Se puede definir a la generación del 27 como a un grupo de amigos poetas
(“Generación de la amistad” es otro de sus nombres) con ideas similares acerca de lo que
Debe ser la poesía y con similares influencias, aunque no tengan una técnica poética
Compartida.
Todos ellos trabajan como un grupo, publicando en las mismas revistas,
Participando en los mismos actos (como el centenario de Góngora celebrado en 1927, cita
Que se toma como referencia para el nombre de la generación) desde los años 20 hasta el
Estallido de la Guerra Civil en 1936. A partir de este momento la Generación como tal
Desaparece, ya que sus miembros se dispersan como consecuencia de del resultado de la guerra. Todos ellos pertenecían al bando de los perdedores, al bando republicano y por
Tanto muchos de ellos tienen que exiliarse al término de la contienda. Los pocos que
Permanecen en España son sometidos a lo que se conocíó como el “exilio interior” y uno
De ellos, Lorca, fue fusilado al comienzo de la guerra. Exceptuando a este último, por
Razones obvias, el resto de los miembros de la generación siguen escribiendo durante la
Posguerra, en lo que se conoce como tercera etapa de la generación; sin embargo cada
Uno sigue un camino poético distinto y la unidad generacional desaparece.
Hacia 1920 – momento en el cual comienza la andadura literaria de esta generación
De poetas- el Modernismo estaba definitivamente superado y era el momento de las
Vanguardias. Es el período que Ortega y Gasset bautizó como DESHUMANIZACIÓN
DEL ARTE , expresión que hace referencia a la falta de compromiso del arte con los
Problemas del hombre, a la huída de lo real, al rechazo del arte que tuviera una finalidad
Que no fuera puramente estética, es decir, al intento de crear un arte alejado de lo
Confesional, lo sentimental o lo apegado a la realidad social.
Tradicionalmente se ha dicho que ésta es la postura que adoptaron los poetas de la
Generación del 27 en lo que se ha llamado su primera etapa (hasta 1927), en la que
Supuestamente cultivaban la llamada POESÍA PURA . Así, toda la trayectoria poética del
Grupo se explicaría como un tránsito de la poesía pura a la POESÍA
COMPROMETIDA, , que cultivarán sobre todo a partir de la Guerra Civil.
Podemos establecer, por tanto, una división de la obra poética del grupo en dos
Etapas:
Primera etapa, hasta 1927: es la etapa de la llamada POESÍA PURA,
Intrascendente, en la que se puede apreciar cierta frialdad, asepsia, huída de los
Sentimientos. El intelecto rige la creación poética y las emociones intentan mantenerse
Alejadas de la poesía.
Esta etapa coincide con el momento de esplendor de las Vanguardias, de las que
Toman numerosos elementos, como la libertad creativa, las metáforas irracionales, el uso de
Adjetivos sorprendentes, etc. Los ismos más influyentes en esta primera etapa son el
Creacionismo y el ultraísmo, como se aprecia en los libros Imagen de Gerardo Diego o
Presagios de Pedro Salinas. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía con los
Movimientos de vanguardia, los poetas de la Generación del 27 no rechazan nada de la
Tradición: el romancero (Romancero gitano, de Lorca), la poesía popular (Marinero en tierra,
Rafael Alberti), Góngora, Juan de la Cruz, Juan Ramón Jiménez o Bécquer. Nunca
Renunciarán a la herencia anterior, sino que en sus obras se aprecia una fusión de tradición
Y vanguardia, que se traducirá en la mezcla de imágenes irracionales con estrofas clásicas,
2
Entre otras cosas. De aquí (de la mezcla de tradición y vanguardia) deriva una de las
Tendencias que apreciamos en la poesía de algunos miembros de la Generación en esta
Etapa: el neopopularismo, cultivado, sobre todo, por Lorca y Alberti.
Segunda etapa: se supone que por las circunstancias políticas que se vivían en
España y también por motivos personales, los poetas de la generación del 27 van
Deslizándose poco a poco hacia una poesía cada vez más humana, más apasionada y
Comprometida con los problemas del hombre y de la sociedad en que vivían. Se habla por
Eso de una REHUMANIZACIÓN del arte o del tránsito de una poesía pura a una
POESÍA COMPROMETIDA . Esta tendencia se intensificará tras la guerra, ya que el
Nivel de compromiso político de los escritores de esta generación había ido aumentando
Durante los años 30, poniéndose en muchos casos al servicio de fines sociales y en contra
De la dictadura de Primo de Rivera. A esta llamada rehumanización del arte contribuye
También la presencia en España del escritor chileno Pablo Neruda, representante de la
Poesía comprometida.
En esta segunda etapa se siente una influencia notable del Surrealismo ,
Aunque poetas como Guillén o Salinas se mantienen al margen de esta influencia. Los
Poetas en los que más se aprecia este influjo son Lorca, Alberti, Alexandre y Cernuda,
En obras como Poeta en Nueva York (Lorca), Sobre los ángeles (Alberti), Espadas como labios
(Aleixandre) o Los placeres prohibidos (Cernuda). El Surrealismo que practican estos autores
No es el de «escuela», ya que no utilizan la escritura automática y no lo llevan a sus
Extremos. El Surrealismo les sirve para hablar del amor, el odio, el sexo, los sueños o la
Muerte desde una perspetiva no sentimental, más auténtica, porque no pasa por el filtro de
La razón. Esta influencia se nota principalmente en las metáforas, que serán la base del
Poema y que tendrán una naturaleza irracional y siempre sorpendente. Se trata de que la
Relación entre el término real y el imaginario sea distante aunque perceptible. Lo mismo
Sucede con los adjetivos y aquí radica la dificultad de estos autores.
Respecto a los temas, los grandes asuntos del ser humano- el amor, el universo, el
Destino, la muerte, la libertad-, están presentes en las obras de los poetas del 27, aunque,
Como es lógico, cada autor se acerca a ellos desde una perspectiva diferente, individual.
Esta división de la trayectoria de la Generación del 27 en una etapa de poesía pura y
Otra de poesía comprometida ha sido muy discutida. Jorge Guillén afrima que en la llamada
Primera etapa de poesía deshumanizada sí hay sentimientos y emociones, pero que lo que
No hay es sentimentalismo. Quizás, dice, la dificultad de los poemas no permitíó ver a los
Lectores el sentimiento que había dentro de ellos. No eram fríos, sino difíciles.
Si hay poesía, dice Guillén, tendrá que ser humana, ¿cómo podría no serlo?. Las
Grandes preocupaciones del hombre, como ya hemos dicho, están ahí, aunque
Transformados en poesía. Hay una profunda emoción en los poemas de los hombres del 27,
Aunque no sea evidente.
Después de la guerra estos autores siguen escribiendo desde el exilio o desde dentro
Del país y se van a convertir en figuras clave de la poesía de posguerra, en referentes para
Las nuevas generaciones de escritores.