Hasta la adopción de la PAC, la política agraria española se centra en cuatro aspectos:
El sistema de propiedad de la tierra trató de modificarse en varias ocasiones. La desamortización del siglo XIX no alteró la concentración de la propiedad en unas pocas manos. La de la Segunda República también fracasó y la política de colonización y extensión del regadío del franquismo tuvo un alcance limitado.
El inadecuado tamaño de las explotaciones se abordó mediante la concentración parcelaria, para acabar con el minifundio y la dispersión de las parcelas. Y mediante la Ley de fincas para acabar con los latifundios subexplotados.
El proteccionismo comercial impone aranceles a los productos agrarios extranjeros para la competencia.
El aumento de los rendimientos agrarios se abordó mediante la introducción de mejoras técnicas y el riego.
La primera PAC
La primera PAC se creó en 1962, en la posguerra mundial y cuyos objetivos eran incrementar la producción de alimentos para garantizar un abastecimiento estable y conseguir precios asequibles para los consumidores.
Las medidas fueron la creación de un mercado común agrario y la concesión de ayudas a los agricultores:
El mercado común agrario se basa en la libre circulación de productos entre los Estados miembros y en la imposición de aranceles comunes a los procedentes de terceros países. También se basa en la regulación de los precios de los productos.
Las ayudas a los agricultores dependían de la producción, por lo que estimularon la modernización tecnológica y la intensificación productiva.
Los resultados de la primera PAC en la década de 1980: se celebró el autoabastecimiento europeo de alimentos, a costa de la creación de excedentes y de problemas medioambientales.
La acumulación de numerosos excedentes trató de solucionarse con dos tipos de medidas. Medidas como las intervenciones para evitar el hundimiento de los precios, restituciones para compensar la diferencia con los precios mundiales y la reducción de precios agrarios. También se tomaron medidas para reducir la producción, prejubilación, abandono de la actividad, retirada de tierras de la producción, cuotas a los productos excedentarios y extensificación.
Los problemas ambientales fueron la degradación del medio natural y el deterioro del patrimonio cultural rural.
España entró en las Comunidades Europeas en 1986. La adopción de la PAC supuso la reorientación de las importaciones en favor de los países comunitarios, una subida de los precios agrarios, la adopción del sistema de cuotas y la recepción de cuantiosas ayudas que contribuyeron a la modernización y elevaron las rentas.
Las reformas y la PAC actual
Para hacer frente a los problemas generados por la PAC se tomaron medidas basadas en un modelo posproductivista cuyo objetivo es la sostenibilidad. El resultado ha sido una cierta reducción de los problemas anteriores. En la actualidad, los objetivos de la reforma de la PAC de 2013 son 3: caracterizar la seguridad alimentaria proporcionando alimentos suficientes, conseguir una agricultura sostenible y contribuir al desarrollo territorial de las regiones agrarias manteniendo a la población, creando empleo y diversificando su economía. Las medidas para alcanzar estos objetivos se estructuran en dos pilares:
El primer pilar de la PAC financia los pagos de mercado y las ayudas directas a través del FEAGA (Fondo Europeo Agrícola de Garantía).
Los pagos de mercado financian las intervenciones y las restituciones. El objetivo es limitarlos a los momentos de crisis.
Las ayudas directas a los agricultores se justifican por la necesidad de garantizar unas rentas adecuadas y estables y de recompensarles por los servicios prestados a la sociedad con la producción de alimentos y el cuidado del medio ambiente. Esta ayuda consiste en un pago básico por hectárea a los agricultores activos. A este pago se unen otros dos obligatorios, uno para la instalación de jóvenes agricultores y otro ecológico. Además, los estados pueden añadir dos pagos voluntarios por tener todas o parte de las explotaciones en zonas con limitaciones naturales y producir en ciertos sectores.
El segundo pilar de la PAC financia el desarrollo rural a través del FEADER (Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural). Sus ayudas se dirigen a la mejora de la competitividad, el cuidado del medio ambiente y del paisaje, y la mejora del nivel de vida y el empleo.