Portada » Lengua y literatura » Poetas de la Generación del 27: Características y Obras Principales
La Generación del 27, también conocida como la «Edad de Plata» de la literatura española, la conforma un grupo de poetas e intelectuales reunidos en el Ateneo de Sevilla para conmemorar el tricentenario de la muerte de Góngora. Compartían una serie de características comunes, entre las que destacan:
Configuran este grupo poético o «generación de la amistad», entre otros, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Pedro Salinas, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre.
Pedro Salinas fue un poeta de obras reflexivas y de sobrio lenguaje, con hondos sentimientos y emociones. Sus producciones más destacadas son: Seguro Azar, La voz a ti debida y Razón de amor (de gran carga conceptual) y Todo más claro (donde reflexiona sobre la deshumanización del mundo). Entre sus obras de ensayo destaca El defensor.
Jorge Guillén destaca por su poesía pura e intelectual. Sus versos quedan recogidos en Aire Nuestro, que consta de tres obras: Cántico, Clamor, subtitulado «Tiempo de historia», y Homenaje.
Gerardo Diego es autor de una poesía vanguardista y otra más lírica, tradicional y clásica. En su poesía vanguardista hace gala del ingenio, la imaginación y el juego. Busca la belleza verbal y la sugestión. En la poesía tradicional usa estrofas clásicas como el romance, el soneto y la décima para expresar sentimientos y vivencias del alma humana. Son comunes a ambas el lenguaje formal y sus elaboradas metáforas.
Federico García Lorca es el creador de una poesía excepcional de carácter popular y culto. Sus primeros libros fueron Libro de poemas y Canciones (serie de breves poemas de sencillez formal).
Entre las obras sobre la Andalucía trágica, figuran Poema del cante jondo (añoranza de la tierra andaluza) y Romancero gitano (recrea el mundo de los gitanos). Su etapa surrealista se centra en Poeta en Nueva York (predomina el verso libre y un lenguaje rico en expresividad). Otras obras tardías son Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías (elegía a la muerte de un torero amigo suyo), Diván del Tamarit y Los Sonetos del amor oscuro (donde el tema amoroso tiene un tono de amargura).
Su obra dramática presenta un profundo sentido trágico y lírico, con temas como la frustración personal o el amor imposible. En las obras lorquianas, la mujer es la protagonista relevante. Las principales obras de teatro son las farsas (Retablillo de don Cristóbal, La zapatera prodigiosa), el drama histórico Mariana Pineda, primer éxito, obra en verso, con tema amoroso y político para llevar a escena a esta heroína; el teatro vanguardista, con El público, críptica obra metateatral, y Así que pasen cinco años, de inspiración surrealista con difíciles símbolos; las tragedias rurales, con temas como el amor imposible o la oposición entre la realidad y el deseo, donde los personajes sufren la opresión de los núcleos sociales y familiares, como en Bodas de sangre; Yerma, escrita en prosa; y La casa de Bernarda Alba, drama de mujeres de los pueblos españoles, con valor estético de «documental fotográfico».
Vicente Aleixandre tiene versos de amplio recorrido; es uno de los más intensos y profundos poetas del 27. Podemos señalar las siguientes etapas: la primera, surrealista, con La destrucción o el amor, Sombra del paraíso (imagina un paraíso perdido); la segunda, con Historia del corazón (donde el autor adopta un lenguaje más accesible); y las últimas obras, Poemas de la consumación y Diálogos del conocimiento, dos obras de poesía reflexiva.
Dámaso Alonso fue un poeta con enorme valor en la lírica española del siglo XX. Entre sus títulos, Poemas puros, poemillas de la ciudad (obra sugerente y sencilla, con influencia de la poesía tradicional y ecos apreciables de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado); Hijos de la ira, libro de poesía donde emplea el verso libre y un lenguaje intenso y desgarrado; y Hombre y Dios, dictada por su angustia existencial y desasosiego.
Luis Cernuda es la voz del sentimiento amoroso homosexual surcado por la tristeza e inconformismo. Tiene un libro de prosa, Ocnos; escribió, entre otros poemarios, Égloga, elegía y oda; Los placeres prohibidos (con aire surrealista, expresa su rebeldía contra las convenciones); Donde habite el olvido (libro íntimamente dolorido), y Desolación de la quimera (publicada en el exilio). Toda su poesía queda recogida bajo el título de La realidad y el deseo. Tiene un lugar especial dentro de la Generación del 27 como contrapunto al vitalismo desbordado de los otros.
Rafael Alberti cultiva una poesía vanguardista y surrealista; el verso comprometido forma parte de su variado repertorio lírico. Escribió obras como Marinero en tierra; Cal y canto (obra de corte gongorino); El poeta en la calle; Sobre los ángeles (una de las mejores obras de poesía surrealista española); Entre el clavel y la espada y Retornos de lo vivo lejano (escrita en el exilio). Entre su producción dramática destacan: El hombre deshabitado, Noche de guerra en el Museo del Prado y El adefesio.
Miguel Hernández es nombrado como «epígono» del 27 por Dámaso Alonso, por su enorme altura literaria; fue admirado por poetas como Pablo Neruda y Aleixandre. Escribió algunos de los poemas más hermosos de la lírica española del siglo XX en obras como: Perito en lunas, El rayo que no cesa (el autor plasma su deseo amoroso con un lenguaje lleno de imágenes); Viento del pueblo; El hombre acecha (eco trágico de la guerra española), y Cancionero y romancero de ausencias. El autor vierte sus vivencias y emociones en los poemas con moldes tradicionales.