Portada » Español » Poesía posterior a la Guerra Civil Española y su evolución en las décadas siguientes
La década de los 40 fue una época dura debido a la posguerra y la coincidencia con la Segunda Guerra Mundial. España se mantuvo neutral y vivió un periodo de censura en el que se prohibió el derecho de reunión y asociación, así como el uso de otras lenguas en la educación y la administración. Durante este tiempo, surgieron poetas que fueron contemporáneos de Miguel Hernández (1910) y que formaron parte del Grupo del 36, entre ellos Luis Rosales, Dionisio Ridruejo, Gabriel Celaya, Luis Felipe Vivanco, Juan Gil-Albert y Leopoldo Panero. Dámaso Alonso redujo la poesía de esta época a dos caminos: la poesía arraigada y la poesía desarraigada. La poesía arraigada se caracteriza por una creencia luminosa y reglada en la realidad, con un firme sentimiento religioso y temas tradicionales. Por otro lado, la poesía desarraigada reacciona contra el formalismo y el neoclasicismo de los garcilasistas, enfrentándose al mundo caótico y expresando su sufrimiento y angustia de manera directa y sencilla. También surgieron otras tendencias como el postismo, que reivindicaba la libertad expresiva y la imaginación, y el Grupo Cántico, cuyas principales figuras fueron Ricardo Molina, Juan Bernier, Julio Aumente y Pablo García Baena.
En la década de los 50, se consolidó el realismo social en la poesía española. Durante esta época, se publicaron dos libros importantes: ‘Pido la paz y la palabra’ de Blas de Otero y ‘Cantos iberos’ de Gabriel Celaya. Vicente Aleixandre también destacó con su obra ‘Historia del corazón’, que centraba la idea de solidaridad. La poesía social se caracterizaba por su preocupación por el contenido y su enfoque político, utilizando un lenguaje claro, prosaico y coloquial. Se distinguieron dos grupos de autores: los poetas que publicaron obras en los años 40, como Gabriel Celaya, Blas de Otero y José Hierro, y los poetas de la Generación del Medio Siglo.
En los años 60, la poesía social dio paso a una nueva poética. Durante esta década, hubo un crecimiento económico que modificó la sociedad española, con el turismo y la inversión extranjera como motores principales. Surgieron nuevos poetas como Ángel González, Jaime Gil de Biedma, José Ángel Valente y Claudio Rodríguez, quienes se alejaron del patetismo de la poesía desarraigada y buscaron un lenguaje personal y válido. Se hablaba de la poesía de la experiencia, con temáticas como el fluir del tiempo y la evocación de la infancia.
En la década de los 70, surgieron los ‘novísimos’, un grupo de jóvenes poetas que fueron dados a conocer por José María Castellet en su libro ‘Nueve novísimos poetas españoles’. Estos poetas, como Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, José María Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix y Leopoldo Panero, representaban una nueva corriente poética que recuperaba el surrealismo, el dadaísmo y el futurismo. También se destacaron otras figuras como Luis Antonio de Villena y el Grupo Claraboya. En los años 80, se dio paso al neorrealismo y al nuevo costumbrismo, abordando temas de actualidad.
Tras la Guerra Civil Española, los escritores tuvieron dos opciones: el exilio o la adecuación al país de miseria, represión y censura. Durante los años 40, el teatro fue principalmente de evasión, con comedias mediocres, melodramas y zarzuelas. Destacaron la comedia burguesa en la ‘alta comedia’ de Benavente y el teatro ideológico de José María Pemán y Calvo Sotelo. En los años 50, surgieron las inquietudes existenciales con obras como ‘Historia de una escalera’. Se abordaron problemas de la sociedad española y surgieron dos posturas: el posibilismo, defendido por Antonio Buero Vallejo, y el imposibilismo, defendido por Alfonso Sastre. En los años 50 y 60, se desarrolló el teatro social-realista, que abordaba temas de injusticia social y precarias condiciones de vida. En los años 70, se experimentó con nuevas formas teatrales y se dio paso al teatro subterráneo. En los años 80, se dio lugar al neorrealismo y al nuevo costumbrismo, abordando temas de actualidad. A partir de los años 90, se han desarrollado diversas tendencias en el teatro español, desde el teatro intelectual y reflexivo hasta el teatro vanguardista.