Portada » Latín » Poesía Lírica en Roma y Retórica Clásica: Cicerón
Introducción: -Se caracteriza por la musicalidad y la expresión de sentimientos personales muy variados, desde el más dulce amor hasta el odio más enconado.-Estaba destinada a ser recitada ante un público por un individuo aislado o un coro con el acompañamiento de algún instrumento musical.
Poesía Lírica en Roma:La lírica latina comienza en Roma a finales del siglo II a.C., en plena influencia helenística y cuando las circunstancias políticas y sociales habían abocado los ánimos de los ciudadanos cada vez más hacia la intimidad y la vida privada.
Catulo (autor): Es el único autor del que conservamos todos sus poemas y uno de los poetas latinos más populares hoy día. Se le recuerda como poeta amoroso y esto influyó en los grandes elegíacos que le sucedieron: Tibulo, Propercio y Ovidio. Cayo Valerio Catulo, nacido en Verona (84.54 a.C.), tuvo una vida breve, pero intensa, aunque sin acontecimientos extraordinarios. Era hijo de una familia provinciana, que pudo permitirse darle una excelente educación y facilitarle un trato social elevado. El actual Corpus Catuliano que poseemos consta de 116 poemas y podemos diferenciarlo en tres partes:La primera parte, del poema 1 hasta el 60, comprende poemas líricos cortos, en metros y contenidos variados. Tiene incidentes de la vida diaria, expresiones de amistad, sátiras, críticas políticas, poemas de amor e, incluso, un himno a Diana y la traducción de un célebre poema de Safo.La segunda parte, del poema 61 hasta el 68, se caracteriza por una mayor extensión de las poesías e importancia del asunto: himnos nupciales, elegías epistolares, y hasta una breve epopeya con motivos mitológicos. La tercera parte, del poema 69 hasta el 116, es parecida en cuanto al contenido a la segunda parte, pero se caracteriza porque expresa los sentimientos del poeta de una forma más tradicionalmente romana.Catulo era la figura más destacada entre los poetas jóvenes de su época, que buscaban la inspiración no en sus antepasados romanos sino en los griegos, tanto en los poetas cultos y esmerados de la época helenística.En la vida del poeta se mezclan momentos de felicidad, con momentos de abatimiento y autodestrucción. La pasión desencantada junto con el angustioso drama de la muerte de su hermano le hacen llegar a una revelación íntima que llena de luz su alma, indecisa entre el odio y el amor.
Horacio:Quinto Horacio Flaco (65-8 a.C.) nació en Venusia (Apulia). Con gran sacrificio de su familia, recibió una esmerada educación en Roma y más tarde en Grecia, entusiasmándose con la filosofía epicúrea. Cuando volvió a Roma empieza a escribir sus Épodos y Sátiras, trabando amistad con Virgilio,al cual le unió una profunda amistad durante toda su vida. Se dedicó por completo a su actividad literaria, permitiéndose incluso rechazar el cargo de secretario particular del «princeps», que el propio Augusto le había ofrecido.Obras:Épodos: Están a media distancia entre la poesía satírica y lírica. Reúne aquí 17 poemas cortos, de tono violento y agresivo sobre temas muy diversos: las críticas contra personas de la vida pública o privada, contra sus enemigos literarios o contra mujeres perversas… No obstante, también hay un poema de tema bucólico, el conocidísimo Beatus Ille, en el que canta la vida del campo frente a las complicaciones de la vida urbana. Odas (CARMINA):Escritas entre el 30 y el 20 a.C., se trata de composiciones líricas agrupadas en cuatro libros, con las que intenta crear una poesía lírica que rivalice con la griega; naturalmente utiliza temas y metros líricos griegos. En los primeros libros de Odas, Horacio apoya las intenciones morales y religiosas de Augusto, incluyendo una temática muy variada: Temas político-nacionales: Centrados en el valor educativo de la guerra y en la predicación de la vida serena y la aurea mediocritas, Igualmente habla del sometimiento de los pueblos bárbaros para garantizar la paz de Roma y dedica también poemas de alabanza a Augusto.Temas religiosos: Horacio usa a los dioses como un mero artificio literario.Temas de ética y moral: Se pueden incluir también alguno de tipo erótico y otros de tipo profano, pero donde fundamentalmente se deja ver la influencia de la filosofía epicúrea que Horacio profesaba, en clara contradicción con su carácter típicamente romano: se ha de vivir el presente, disfrutando de la vida («carpe diem»).En el fondo Horacio entiende el deber por encima de los placeres del alma.En realidad, toda la lírica de Horacio no es otra cosa que una meditación en torno a la muerte: ésta es el hilo conductor de su mundo. Pero su pesimismo no es absoluto, como lo demuestra su evolución fatigosa desde el epicureísmo al estoicismo, manifestada en su producción lírica donde supo aunar los aspectos ambiguos de la vida humana.Horacio manifiesta sus gustos literarios en la “Epistula ad Pisones”, verdadero tratado de preceptiva literaria, denominado también Ars Poética. Pueden resumirse en las siguientes características: Sentido del equilibrio: intenta llevar a la literatura la idea epicúrea de la moderación que cultivó durante toda su vida. Insiste en la importancia del orden y combinación de las palabras como principio fundamental del lenguaje poético Sentido de la perfección: es la cualidad más acusada y característica, aunque pueda hacerle perder a veces sentimiento y espontaneidad. Horacio utiliza en todo momento la palabra o construcción exacta, trabaja una y otra vez los versos hasta dejarlos perfectos.
OVIDIO:La terrible atracción que Ovidio sentía hacia la poesía queda patente en toda su obra. Espíritu libre y personaje económicamente independiente, nunca quiso sentirse vinculado a nadie.El tremendo golpe de infortunio en su vida del año 8 d.C., el destierro a Tomis, su gran tragedia, significó paradójicamente su consagración como poeta elegíaco, éste le llegó en uno de los momentos de su vida más dichosos y centrados en Roma.Desde luego, la impresión que el castigo produjo en el poeta, que entonces contaba con 51 años, fue espantosa. Una vez en Tomis hizo todo lo posible por conseguir el perdón y regresar a Roma, pero todo fue inútil, incluso tras la muerte de Augusto. Sólo su amor a la poesía le libró de la desesperación total; murió en el destierro.La obra de Ovidio es rica en formas y facetas, pero toda ella está centrada sobre un tema único: Eros es el dios a quien este poeta rinde culto, por supuesto de una manera muy especial.Poemas eróticos de juventud: Elegíacos (Amores y Heroidas) y didácticos (Ars Amatoria, Remedia amoris y De medicamine faciei femineae=Obras maestras: Fasti (incompleta): relación de fiestas, costumbres y leyendas del calendario romano. Estaba dedicada a Augusto y escrita en seis libros en dísticos elegíacos y Metamorfosis: es el gran poema épico, plagado de narraciones mitológicas y escrito en hexámetros.Poemas desde el exilio, fundamentalmente elegíacos:Poemas didácticos (Halieutica y Phaenomena) y Elegías (Tristia, Epistulae ex Ponto)Pasando ya a la producción propiamente elegíaca podemos destacar variados aspectos en cada una de sus obras:Amores: se trata de un conjunto de elegías de tema amoroso, dedicadas muchas de ellas a una tal Corina. Él mismo afirma haber trastocado su primera intención de escribir un poema épico, cambiándolo por una elegía amorosa, tras ser herido por los dardos de Cupido. Destaca esta obra por la precisa presentación de los sentimientos.Heroidas: son las cartas apasionadas o epístolas poéticas que Ovidio atribuye a heroínas míticas dirigidas a sus maridos o amantes: Penélope a Ulises, Dido a Eneas, etc. El apasionamiento del ardor solitario se derrama en estas escenas representando situaciones modelo: se suceden alternativamente el anhelo y los celos, la tristeza y la ira, los recuerdos y esperanzas, las quejas y acusaciones… Tristia: se trata de doce libros con casi cien poemas, que estuvieron terminados alrededor del año 12 d.C. Aquí no nombra a los destinatarios de estas cartas poéticas personales, según él mismo afirma, para no comprometerlos. A pesar de que muchos poemas empalman con la gran tradición elegíaca (por ejemplo, la estremecedora despedida de Roma), la mayoría fatigan por su tono quejumbroso y deprimen por la autohumillación en su desdicha. Epistulae ex Ponto: son cuatro libros de cartas dirigidas a su mujer y a influyentes amigos, pidiendo insistentemente que intercedan por él para que le sea levantado el exilio29
1. La oratoria en Roma.: -En Roma, la enseñanza superior, a la que tenían acceso exclusivamente los jóvenes pertenecientes a familias acomodadas y con pretensiones políticas, se impartía en las escuelas de Retórica. Allí el rhetor enseñaba la técnica oratoria, un complicado sistema de reglas y procedimientos tradicionales de elaboración del discurso, heredados de Grecia. Los alumnos componían, memorizaban y recitaban discursos sobre temas ficticios.-Estos ejercicios eran el entrenamiento del futuro abogado o político. Los jóvenes completaban esta formación en el Foro, hasta que, con la instauración del régimen imperial, cesaron las rivalidades electorales y las campañas de captación de votos y, con ello, disminuyó la actividad oratoria. -La Retórica entonces se refugia en las escuelas, pero se va convirtiendo en un puro artificio, lleno de afectación y carente de vida.
2. Cicerón.2.1. Biografía.:-Hijo de una familia ecuestre de Arpino (Italia central), nació en 106 a.C. Recibió una instrucción más amplia de lo habitual en su tiempo. En Roma intervino como abogado en procesos civiles y penales desde 81 a.C. Interrumpió esta actividad para irse a ampliar su formación a Atenas y Rodas desde 79 a 77 a.C. 2.2. Producción literaria.:-A la dedicación secundaria a la poesía y a la filosofía hay que añadir el resto de su obra literaria, que encarna la prosa republicana por antonomasia. En efecto, sobrepujó con mucho en la oratoria a todos sus predecesores, llevó a su máximo esplendor la literatura retórica especializada y la prosa filosófica y puso los fundamentos de la epistolografía como género literario.2.2.3. Oratoria.:-Poseemos de Cicerón 58 discursos, en los que se pone de manifiesto la totalidad de la vida pública desde el año 81 al 43 a.C. Podemos distinguir tres grandes grupos:-Entre las causas civiles se encuentran los Pro Q. Roscio , Pro Archia poeta , sobre la posesión del derecho de ciudadanía.-Entre las causas criminales están los discursos Pro Sexto Roscio Amerino , que tiene como argumento un asesinato, pero sobresalen los que tratan sobre delitos políticos como alta traición Pro Sulla, conducta extorsionadora de funcionarios, In C. Verrem,
Los discursos propiamente políticos forman cuatro grupos principales: 1)A favor de Pompeyo: De imperio Cn. Pompei (66 a.C.);2)Discursos “consulares” (63 a.C.): 3 contra una ley agraria (De lege agraria) y 4 contra Catilina (In Catilinam);3) Discursos “del retorno del destierro” (57 a.C.), para dar las gracias al pueblo y al Senado, y volver a entrar en posesión de sus bienes. Destaca el De domo sua ad pontifices, sobre la reconstrucción de su casa en Roma;4) Las Filípicas (44-43 a.C.), discursos reales o ficticios, pero redactados a modo de panfletos, para ser difundidos por toda Italia y levantar los ánimos contra Antonio.
2.2.4. Retórica.:-En su juventud compuso el De inventione, tratado teórico en el que exponía las cinco partes de la obra oratoria.-En 55 a.C. publicó el De oratore, en 3 libros, su escrito retórico más importante, una amplísima exposición y fundamentación de su ideal de orador.-Nueve años después,movido por la nueva situación política y por las nuevas tendencias literarias, escribió tratados de retórica en otra línea diferente al De oratore. En el Brutus (46 a.C.) reconstruye toda la historia de la elocuencia latina. El Orator (46 a.C.) expone el retrato del orador ideal .2.3.1. Oratoria.:-En sus discursos, Cicerón llevó a su cumbre la tradición de la oratoria político-práctica de la que los romanos pudieron servirse en el Senado, en la asamblea popular y ante los tribunales.-Temática: La obra oratoria de Cicerón presenta una gran variedad: actúa como defensor en causas criminales, como abogado de procesos civiles o de causas políticas. En ellos se refleja su propia vida pública, la evolución política y la transición de la República a la Monarquía. -Elaboración de los discursos: Cicerón lo preparaba primero a fondo, trazaba el plan y redactaba algunas partes; luego lo pronunciaba; finalmente, volvía a tomar las notas taquigráficas del discurso pronunciado realmente y lo modificaba para la edición destinada a la lectura, tratando de conservar la apariencia de la palabra viva, pero dándole un carácter más literario. 2.3.2. Retórica.La producción retórica de Cicerón responde a su intención de difundir en Roma la doctrina de los griegos. Pero va más allá elaborando una literatura retórica propia.-De inventione: Con su primer escrito retórico profesional, la Rhetorica, conocido hoy generalmente bajo el título De inventione, se proponía exponer ampliamente los cinco requisitos que había de cumplir un orador desde que empezaba a preparar un discurso hasta su pronunciación: la búsqueda de argumentos (inventio), su ordenación (dispositio) y formulación estilística (elocutio) y, finalmente, el esfuerzo de aprender el discurso (memoria) y su exposición al público (actio). -De oratore:Treinta años más tarde, en 55 a.C., compone su escrito retórico más importante, el De oratore, en 3 libros, una amplísima exposición y fundamentación de su ideal de orador. Para el De oratore, el orador es el político por antonomasia, el que lleva las riendas del Estado, y cuya palabra tiene un peso decisivo en el Senado, ante el pueblo y en todos los asuntos del Estado.Expone sus puntos de vista sobre la formación del orador, fundada en dones naturales y en conocimientos adquiridos. Explica cómo deben adaptarse las normas tradicionales de la invención, la disposición y la memoria y cuáles son los secretos esenciales del estilo y de la acción .-En el Brutus (46 a.C.), diálogo que mantienen Cicerón y sus dos amigos Bruto y Ático, reconstruye toda la historia de la elocuencia latina y se considera a sí mismo como punto culminante de la evolución de este género en Roma. -El Orator (46 a.C.), escrito en forma de carta dirigida a Bruto, reconstruye con carácter didáctico el retrato del orador ideal, encarnado por el propio Cicerón. Insiste sobre todo en la polémica contra los áticos, en el trabajo del estilo y en la extensión de los discursos.