Portada » Español » Poesía de 1940 hasta 1970
LA POESÍA ESPAÑOLA EN LAS TRES DÉCADAS POSTERIORES A LA Guerra Civil: Miguel HERNÁNDEZ, BLAS DE OTERO Y GIL DE BIEDMA.
Tras la Guerra Civil, a partir de 1936, la cultura española empieza a recuperarse, aunque hasta la transición democrática el país estuvo marcado por el régimen franquista.
DURANTE LA CONTIENDA: GRUPO DEL 36. Miguel HERNÁNDEZ
En los años treinta, la lírica se alejó de la poesía pura y comenzó a rehumanizarse: la poesía debía comprometerse con la realidad y se desarrolló una literatura de propaganda ideológica.
Miguel Hernández fue autodidacto. Ya había escrito antes de la guerra, aunque en estos años alcanza su madurez, influido por el poeta chileno Pablo Neruda. Su obra se centra en el amor, dolor y muerte. El rayo que no cesa (1936) es un libro de poemas de la primera época, donde expresa el deseo de vivir y amar, aunque estos deseos choquen contra un obstáculo insalvable: la muerte. Predomina la simbología en su obra. El vientre y el sexo femenino constituyen el centro de la vida. También símbolos del dolor como las armas (“carnívoro cuchillo”) o la muerte, que aparece unida a la figura del toro, a la oscuridad, a la noche. Escribe otros poemarios de poesía comprometida, como Viento del pueblo (1937). Los poemas escritos entre 1938 y 1941 se publicaron tras su muerte en la cárcel (de tuberculosis) en 1942; se trata de Cancionero y romancero de ausencias, donde habla del amor a su mujer y sus hijos, frustrado por la separación.
DÉCADA DE LOS CUARENTA: POESÍA REHUMANIZADORA
En el exilio, poetas como Juan Gil Albert o León Felipe.
En España, Dámaso Alonso divide la poesía de esta época en dos grupos:
a)Poesía arraigada, complaciente con el régimen franquista, en torno a la revista «Garcilaso», que se inspiran en formas clásicas (Luis Rosales, Leopoldo Panero)
b)Poesía desarraigada, existencial, que exprésó la angustia del hombre, en torno a la revista “Espadaña” (1944). Refleja la desgarradora realidad española de la época (“poesía desarraigada”). En el año 1944 se publican Hijos de la ira de Dámaso Alonso y Sombra del Paraíso de Vicente Aleixandre. Otros autores: Gabriel Celaya, Blas de Otero, o José Hierro en su primera época.
DÉCADA DE LOS CINCUENTA: POESÍA SOCIAL. BLAS DE OTERO
Triunfó una poesía social, arma de denuncia contra las injusticias, cultivada por la mayor parte de poetas desarraigados. La poesía se sigue centrando en el hombre, pero como ser social, con los problemas de su tiempo. El poeta ha de asumir compromisos ante las injusticias, no puede ser neutral. Se da más importancia al contenido de los poemas que a su forma. Se dirigen a la mayoría y para ello son directos, claros y coloquiales ( a veces resultan prosaicos); utilizan muchos recursos retóricos. Fueron poco leídos.
José Hierro: Sus primeros libros están dentro de la línea existencial (amargura por las ilusiones no cumplidas y, al tiempo, una irrefrenable ansia de vivir). Cuanto sé de mí contiene poemas de carácter social.
Gabriel Celaya: de tono sencillo y coloquial, inicia una poesía de claro contenido social (“poesía de urgencia”, cuyo libro más significativo es Cantos Íberos). La poesía es un arma para cambiar las cosas; el poeta no puede lavarse las manos frente a las injusticias, el sufrimiento, la falta de libertad.
Blas de Otero creía que la poesía, para no resultar falsa, debía brotar de la vida. Escribíó una poesía dirigida a la “inmensa mayoría” en la que se pueden distinguir varias etapas: una primera etapa de poesía existencial que plantea el tema de Dios y su ausencia (Ángel fieramente humano, 1950). Una etapa de poesía social, en la que la ausencia de injusticias y sufrimiento, y la libertad, hagan que el hombre pueda gritar su protesta (Pido la paz y la palabra, 1955).
DÉCADA DE LOS SESENTA. JAIME GIL DE BIEDMA
Hacia el final de los años 50 los poetas empiezan a desentenderse de cuestiones sociales, aunque algunos se inician en el tema social. En esta década de los 60 irrumpe un grupo de poetas que reivindica la poesía no ya como un medio para comunicar, sino para que el poeta se conozca a sí mismo. Es la poesía del conocimiento, en la que el poeta explora en la experiencia vital. Los rasgos fundamentales de esta poética son: el paso del tiempo, el amor, la amistad, intimismo, en fin, experiencias individuales. Se revaloriza el lenguaje poético, que ha de ser más elaborado. Este grupo incluye a poetas que publicaron sus primeras obras en los años 50, aunque se consolidan en los 60, por lo que se conocen también como promoción de los 60 o Generación de los 50.
a) En el grupo de Madrid destacan nombres como Claudio Rodríguez, Carlos Sahagún, Félix Grande, Ángel González, José Ángel Valente o Caballero Bonald.
Jaime Gil de Biedma fue el cronista de una vida burguesa. Su poesía está basada en las experiencias personales (su vida cotidiana y privada) evocadas desde la distancia que impone el paso del tiempo: Compañeros de viaje (1959).
En unaantología publicada en 1970 por el crítico José María Castellet con el título Nueve novísimos poetas españoles se incluía a un grupo de poetas nacidos entre 1939 y 1948: Pere Gimferrer (Arde el mar), Guillermo Carnero, Félix de Azúa, Leopoldo Mª Panero.
Los poetas que se han dado a conocer a partir de los 80 han procurado crear al margen de escuelas, normas, consignas y modas.
La poesía más reciente se mueve en muy diversos frentes sin que se pueda hablar en ningún caso de una escuela predominante. Muchos de los poetas y poetisas que hemos mencionado desde los 50 continúan escribiendo; junto a ellos, se han ido incorporando al panorama literario escritores de otras generaciones. Incluso dentro de cada grupo las diferencias son enormes y en muchos casos un poeta se puede adscribir a varios de ellos. En definitiva, posmodernismo y eclecticismo en un grupo extraordinariamente heterogéneo.