LA POESÍA DE
1939 A FINALES DEL Siglo XX La Guerra Civil deja un panorama desolador. Los
Mejores autores están muertos (Lorca, Valle-Inclán) o exiliados (Rafael
Alberti, Jorge Guillén, Luis Cernuda, Emilio Prados, León Felipe) o el
Denominado exilio interior (Aleixandre). Para completar el panorama realmente
Triste, nos sumergimos en la censura que no fue demasiado férrea en la poesía.
La obra de Miguel Hernández (1910-1942) sirve de puente y transición entre la
Poesía de la Generación del 27 y la posguerra española. Sus obras más
Destacadas son El rayo que no cesa (1936), donde la vida está amenazada por el
Rayo de la muerte; es un libro de sonetos de tendencia barroca. Además, escribe
En la cárcel el Cancionero y romancero de ausencias (1938-41), con versos
Cortos y lenguaje sencillo habla de temas cercanos y dolorosos: donde se
Lamenta por la ausencia de los suyos o la separación con su mujer, destacando
Un poema esperanzador, dedicado a su segundo hijo, “Nanas a la cebolla”.
Distinguimos cinco etapas: 1. Años 40 o “Generación del 36” o “Generación
Escindida”. Dámaso Alonso divide esta década en dos grupos correspondientes con
Los dos bandos de la Guerra Civil. Poesía Arraigada: autores que sienten
Simpatía por la dictadura franquista y que tratan temas tradicionales, con
Métrica y estilística clásica del Siglo de Oro (Garcilaso de la Vega).
Sobresalen Luis Rosales: La casa encendida (1949) versículos largos cercanos al
Surrealismo, y Leopoldo Panero Escrito a cada instante (1949), centrado en lo
Religioso, el paisaje y la familia y Rafael Morales: Poemas del otro (1943).
Poesía Desarraigada: Opuesta a la anterior, arrebatada, de tono trágico,
Angustia existencial y sufrimiento. El estilo es bronco, sincero y humano,
Menos preocupado por los artificios estéticos. Sobresalen Dámaso Alonso Hijos
De la ira (1944), Gabriel Celaya, Blas de Otero Ángel fieramente humano (1950)
Y Redoble de conciencia (1951); y lo poco que pudo escribir Miguel Hernández.
2. Años 50 y comienzos de los 60: la poesía social El poeta se hace solidario
Con los demás hombres, con una clara repulsa de la neutralidad ante las
Injusticias o conflictos sociales. Sus autores conciben la poesía como un
Instrumento para la denuncia y el compromiso, una herramienta para transformar
El mundo y despertar las conciencias ante la Historia. El estilo es claro,
Sencillo y la lengua es coloquial para que todo el mundo pueda entender el
Mensaje. Vicente Aleixandre: Historia del corazón, Gabriel Celaya: Las cartas
Boca arriba, Cantos íberos (1955) José Hierro: Tierra sin nosotros (1947);
Quinta del 42 (1952) y Blas de Otero, poeta que evoluciona desde la poesía
Desarraigada (Ancia en 1958) hasta la poesía combativa, en la que se dirige a
La “inmensa mayoría”: Pido la paz y la palabra (1955) 3. Años 60: poesía de
“los niños de la guerra”: Publican sus primeros libros dentro de la estética de
La poesía social, pero pronto derivan en intimismo. La poesía que se entendía
Como un mero acto de comunicación pasa a ser un ejercicio de autoconocimiento
Del poeta, con anécdotas personales y cotidianas; ausencia de rima pero
Lenguaje musical. Ángel González: Áspero mundo; Sin esperanza, con
Convencimiento. Jaime Gil de Biedma: Las personas del verbo; Compañeros de
Viaje; Poemas póstumos; Moralidades Claudio Rodríguez: Don de la ebriedad;
Desde mis poemas José Ángel Valente: Punto cero 4. Años 70: los Nueve Novísimos
Son autores nacidos después de la guerra, con una importante cultura
Intelectual, que se muestran inconformistas y rebeldes con el arte establecido
E imperante. Su lenguaje recibe las influencias del Surrealismo del grupo del
27 y sus modelos son poetas hispanoamericanos como Octavio Paz. La poesía
Novísima plantea una ruptura con el Realismo social de décadas anteriores.
También se les llamó “poetas venecianos” porque con frecuencia escribieron
Sobre Venecia. Pere Gimferrer Arde el mar (1966); La muerte en Beverly Hills
(1967), Guillermo Carnero Dibujo de la muerte (1967); Leopoldo María Panero:
Así se fundó Carnaby Street; Félix de Azúa: Lengua de cal; Pensar y siete
Canciones Ana María Moix: No time for flowers y otras historias (1971) 5. Desde
Los años 80 Las orientaciones se han multiplicado, pero se observa una
Propensión a abandonar el esteticismo por un mayor intimismo y emoción. La
Temática es muy variada como lo son los modelos que imitan: místicos, autores
Barrocos, ROMánticos, noventayochistas, vanguardistas, Generación del 27 o a
Autores de los 50…. Rescatan el pasado literario español utilizando tanto la
Métrica tradicional como el verso libre. Destacan 1) los Neosurrealistas, que
Continúan la línea de algunos novísimos: Blanca Andreu De una niña de
Provincias que se vino a vivir en un Chagall (1980); 2) los Neovanguardistas:
Miguel Casado 3) los posnovísimos, que escriben una poesía de la experiencia.
Luis García Montero, con Habitaciones separadas (1995) y Felipe Benítez Reyes
Con Vidas improbables (1996). 4) los ROMánticos, que prefieren la poesía de la
Imaginación (Francisco Bejarano); 5) la poesía épica, que recupera el recuerdo
De un pasado idílico, en la que destaca Julio Llamazares: La lentitud de los
Bueyes; 6) Neoerotismo: la poesía erótica que transforma tópicos masculinos de
La poesía amorosa. Ana Rosseti con Indicios vehementes (1985) A pesar de la
Ausencia de perspectiva histórica, sí podemos afirmar que hasta finales del siglo XX y todavía en el XXI existe un claro interés por rescatar del olvido la
Poesía de mujeres. Surgen figuras como Blanca Andreu, Ángeles Mora y Juana
Castro, a la que se sumarían otras muchas importantes voces, en su mayoría ya
De interés para la literatura del presente siglo.