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a. Dos de los poetas del Grupo del 27 que permanecieron en España se convertirán en modelos seguidos por los escritores jóvenes: Dámaso Alonso, con Hijos de la ira (1944), inicia una tendencia de poesía existencial. Vicente Aleixandre, con Historia del corazón (1954), se convertirá en modelo para los poetas sociales de posguerra.
b. Continúa una línea de rehumanización de la poesía que ya se había iniciado en 1927 con la llegada del Surrealismo.
La poesía durante la Guerra Civil (Miguel Hernández). La poesía en los años cuarenta: poesía arraigada (Luis Rosales), poesía desarraigada (Dámaso Alonso)
Durante la Guerra Civil, la poesía abandona los avances formales consolidados tras las vanguardias y se convierte en una poesía épica, de circunstancias, que pretende arengar a los combatientes de cada bando. Se publicarán antologías de ambos ejércitos y la labor de los poetas será la de cantar las alabanzas de su facción, atacar a la contraria y levantar el ánimo de los soldados. Es conocida la participación de Alberti durante la contienda, pero la figura más destacada es:
Es un poeta muy dotado, con virtudes tan importantes como la imaginación creadora, gran técnica y fuerza expresiva. Se caracteriza por la concentración expresiva unida a la fuerte emoción de sus temas graves y humanos.
Obras principales son: Perito en lunas, que responde a los modelos clásicos y metáforas difíciles como Cernuda en sus primeras obras. El rayo que no cesa: vida, amor, muerte se dan cita en una poesía que transmite un vitalismo trágico que ve la vida amenazada.
A lo largo de los años cuarenta, la poesía se manifiesta en diversas tendencias:
a. Poesía arraigada. Dámaso Alonso destaca la “creencia en la organización de la realidad”. Dentro de esta tendencia nos encontramos con dos grupos de escritores vinculados a dos revistas poéticas de la época: el Grupo Garcilaso y el Grupo Escorial. Algunos de los rasgos que definen la tendencia son:
-Visión optimista y ordenada de la realidad, que no da cabida a los problemas reales del momento. Predomina la serenidad, la visión de un mundo armónico.
-Métrica y formas clásicas. Lenguaje depurado, de sencillez y elegancia, de gracia expresiva.
-Temas tradicionales, como el amor o la naturaleza, el sentimiento religioso, de un intimismo trascedente o del encuentro con Dios, la evocación nostálgica del pasado glorioso, la sublimación de lo cotidiano, del sentimiento familiar, la memoria de la infancia, la fraternidad, el tiempo y la muerte.
En años posteriores, algunos de estos poetas abandonaron este clasicismo como consecuencia de un giro ideológico o del deseo de buscar nuevas formas poéticas.
b. Poesía desarraigada. La visión del mundo es contraria a la serenidad: es un caos que provoca angustia. Los autores más significativos de esta tendencia serán los del Grupo Espadaña.Los rasgos más carácterísticos de la tendencia serán:
-Tono trágico y confesional, que evoluciona de lo religioso a lo humano y existencial.
-Temas: sufrimiento, angustia y dolor. Religión: duda religiosa, imprecaciones a Dios sobre el dolor humano, desesperanza, desarraigo espiritual…
-El estilo se caracteriza por su sencillez formal, por un lenguaje bronco y desgarrado, directo, que busca la expresión de esas circunstancias vitales. Es una poesía muy intensa, donde lo principal es la comunicación.
c. Postismo. Iniciada en 1945 por Carlos Edmundo de Ory, es una tendencia que enlaza con los vanguardismos de la década de los 20. Reivindica la libertad expresiva, la imaginación y la idea de que la literatura debe ser diversión y juego. Rechaza la angustia existencial como tema poético. Se lo conoce como el Surrealismo hispánico: prima la irracionalidad sobre la reflexión o inteligencia. Su principal representante es Miguel Labordeta, cuya poesía se caracteriza por la imaginación, uso del absurdo, metáforas sorprendentes, mundo de los sueños, etc.
e. Grupo Cántico. Se trata de un grupo de poetas cordobeses que harán una poesía continuadora de la del Grupo del 27 y en la que el gran modelo será Luis Cernuda.
La producción de este poeta tras la guerra supera lo que hizo con anterioridad. Así, desde la poesía pura de Poemillas puros, poemas de la ciudad, escribirá Hijos de la ira, con el que se inicia la poesía existencialista desarraigada: versículos, lenguaje bronco, de léxico duro, llenos de imprecaciones e imágenes violentas alucinatorias. Tras él, llegarán Oscura noticia y Hombre y Dios, donde el tema se vuelve religioso: diálogo con Dios, religiosidad angustiada.
Poeta y ensayista español nacido en Granada en 1910. Estudió Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad de Granada. Su vocación poética se cristalizó a raíz de su amistad con García Lorca, Joaquín Amigo y Álvarez Cienfuegos. En 1930 se trasladó a Madrid convirtiéndose en la cabeza visible de la denominada «Generación del 36», y en uno de los mejores exponentes de la «Poesía arraigada». Fue miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1964.
Escribe una poesía amorosa y religiosa, donde predominan los versos clásicos en sonetos y décimas. No obstante, busca un estilo vanguardista en su principal obra, La casa encendida. Otro título importante es Rimas, donde atenúa el Vanguardismo y aparece la conocida «poética de lo cotidiano».
Recibíó entre otros, el Premio Nacional de Poesía de 1949 por «La casa encendida» y el Premio Nacional de Literatura en 1951. En 1982 publicó «Un rostro en cada ola», por el que obtuvo el Premio Cervantes.
Dirigíó los famosos «Cuadernos Hispanoamericanos» y la revista «Nueva Estafeta» hasta su fallecimiento ocurrido en 1992.
Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro)
En torno al año 1955 la poesía española, igual que la novela y el teatro, se llena de contenidos sociales. Esta tendencia es iniciada por tres libros fundamentales:
-Vicente Aleixandre, Historia del corazón.
-Blas de Otero, Pido la paz y la palabra.
-Gabriel Celaya, Cantos iberos.
La mayoría de los poetas de la corriente desarraigada amplían el foco de su atención de lo personal a lo colectivo. Se impone en la poesía la perspectiva de un «nosotros» y se alinea con el resto de géneros literarios, donde la literatura se entiende como un arma de combate, que debe cambiar la sociedad denunciando las injusticias y poniéndose del lado de los más desfavorecidos. Los rasgos más significativos serán:
a. La poesía debe tomar partido ante los problemas del mundo. Aparece, nuevamente el tema de España, pero centrado en la injusticia social, la miseria, el hambre, el anhelo de libertad.
b. El poeta debe ser solidario con los demás hombres. Se abandona todo subjetivismo y se hace una poesía de marcado carácter doctrinal.
c. La poesía es un instrumento, una herramienta más con la que transformar la sociedad.
d. Técnicamente, anteponen el contenido a la forma por lo que usarán un lenguaje claro y sencillo y un tono coloquial. Los poemas tienen carácter narrativo, aunque algunos caen en el peligro del llamado “prosaísmo”.
La mayoría de estos postulados encontraron su máximo valedor en:
Nacido en Hernani, vivirá en la Residencia de Estudiantes donde conocíó a los intelectuales del momento. Combate en la guerra en el bando republicano y es hecho preso en un campo de concentración. En los 50, aparecen Lo demás es silencio y Cantos iberos, libros que representan la corriente social. Otra obra importante será De claro en claro.
A caballo entre la poesía existencial y social, destaca este poeta nacido en Madrid, se traslada pronto a Santander donde vivirá hasta la guerra. Trabajará en distintos oficios a lo largo de su vida, pero destaca principalmente su labor poética. Sobresalen en su producción los siguientes títulos: Alegría; Con las piedras, con el viento; Quinta del 42. En esta última, junto al dolor de la existencia, la amargura por las ilusiones incumplidas y el ansia de vivir, se abre paso una perspectiva social, colectiva. Escribirá a lo largo de su vida, pero destacaríamos un último título, Cuaderno de Nueva York, que merecíó todos los elogios dela crítica y donde se llega a la culminación de sus claves formales: importancia del ritmo —basado en las repeticiones, en el uso del encabalgamiento continuo—, la sintaxis cortada carácterística del autor, las imágenes.
Él mismo definíó su estilo desde dos modalidades: el “reportaje”, realista, narrativo; y el “visionario”, irracionalista, alucinado.
Nace en Bilbao y pronto se traslada a Madrid para realizar estudiar. La poesía de Blas de Otero se caracteriza por un tono existencialista y religioso, pues se pregunta por el ser humano, el sentido de la vida, la relación con Dios. Paulatinamente, se abre hacia lo colectivo y aparece el tema de España como dolor y angustia. En una tercera época, intenta una poesía más experimental.
Entre sus títulos, destacan Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, unidos más tarde en Ancia
: poesía metafísica, donde la visión de Dios es terrible. El estilo es el propio de la corriente desarraigada: dramatismo, violencia expresiva, tono desgarrado, imágenes como pesadillas, increpaciones, etc.
En los 50, escribirá Pido la paz y la palabra y Que trata de España: poesía social, de estilo más transparente y sencillo, aunque con gran rigor en la construcción del poema.
En general, el estilo de este autor se basa en la construcción poética, en los ritmos y uso del paralelismo y una sintaxis peculiar, en las imágenes y juegos de palabras.
La Generación del 50 y los Novísimos .A finales de los 50 y principios de los años 60 aparece una serie de autores que pretenden seguir haciendo una poesía crítica y comprometida, pero con unas formas más elaboradas y huyendo del exceso de simplicidad y sencillez del período anterior. En general, renuevan el lenguaje poético y adoptan una actitud ética y desdramatizada. La irrupción de esta generación se hace a partir de un debate entre el modelo anterior de poesía (como comunicación)
Y el modelo que se pretende imponer ahora. La poesía se entenderá como el descubrimiento de la experiencia, como una revelación. El poema debe ser un acto de conocimiento, de ahí la contemplación y meditación.
Esta generación recibe distintos nombres: “Promoción del 60”, “Generación del medio siglo”, “Generación del 50”. Los rasgos que les caracterizan serán:
a. Preocupación fundamental por el hombre (tanto lo social como lo existencial), pero abandonando todo dramatismo, tomándolo, incluso, con humor y haciendo uso de la ironía. Ahora los factores sociales se unen a una conciencia ética en la que prima la reflexión y la conciencia crítica de la sociedad y de la propia clase burguesa. Nos encontramos con poemas morales en los que predomina un humanismo acerbo.
b. Inconformismo frente a la realidad, aunque también son capaces de expresar la plenitud interior ante el contacto con realidades cotidianas: la ciudad, la naturaleza conocida, los amigos. En consecuencia, se hace una poesía basada en las experiencias personales cotidianas. De ahí temas como el recuerdo, lo íntimo, la expresión de la intimidad, , la infancia como paraíso perdido, el amor (desde un intenso erotismo), la amistad y los amigos.
d. Tiempo: la conciencia de la transitoriedad humana se trata desde la reflexión y la meditación serena, la resignación. En este punto, se deja sentir la influencia de poetas como Machado y Cernuda
e. Estilo: los poemas narrativos serán predominantes. Pero, sobre todo, estos poetas incidirán en la perfección compositiva de los poemas.
-Búsqueda de un lenguaje personal. Aunque predomina un estilo conversacional y unos poemas propios de contemplación y meditación, aparecen los primeros poemas “culturalistas” y ya se asiste al fenómeno conocido como “metapoesía”, así como a cierto tipo de irracionalismo.
-Ironía y humor como métodos de conocimiento.
-Concentración estilística.Los principales representantes de esta generación son: Ángel Crespo, Claudio Rodríguez, José Ángel Valente, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo José Manuel Caballero Bonald, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral.
Nacido en Orense, fue poeta, ensayista, traductor. Su obra poética pronto transcurre por caminos personales donde destaca el esencialismo lírico muy próximo a la poesía mística. Pretende ahondar en el misterio de la existencia y en las realidades interiores. Escribirá una poesía de carácter trascendente.
Destacan obras como Poemas a Lázaro: poesía comprometida (el exilio, la soledad, la opresión); A modo de esperanza (ausencia, muerte, recuerdo); La memoria y los signos, Mandorla, El fulgor, No amanece el cantor.
Nacido en Oviedo, vivíó en el seno de su familia la tragedia de la guerra.
Este poeta evoluciona desde la poesía social, desde un Realismo directo, a la ironía, al humor, a la expresión de lo cotidiano, lo íntimo y amoroso. Su obra es mezcla de lo íntimo y lo social —el paso del tiempo y lo cívico—. Su estilo se basa en lo conversacional, pero siempre con destellos de juegos verbales e imágenes profundas.
Son obras importantes: Áspero mundo, Tratado de urbanismo, Deíxis en fantasma.
Nacido en Barcelona, encarna las carácterísticas de esta generación de poetas.
Gran conocedor de la poesía inglesa, adopta de ella el lenguaje conversacional y el tono de meditación y reflexión. A pesar de su condición de burgués acomodado, hace una poesía crítica, de carácter ético y moralizante. No obstante, junto a la denuncia social, destacan los temas íntimos: la amistad, la ciudad, el amor desde una perspectiva desgarrada y trágica, autodestructiva, el tiempo.
Obras principales de este autor son: Compañeros de viaje, Moralidades, Diario del artista seriamente enfermo.