Portada » Filosofía » Platón: Dualismo, Conocimiento y Crítica de Nietzsche
Platón, a través del mito de la caverna, busca representar la existencia de dos mundos:
Platón distingue dos formas de conocimiento:
Las Ideas se organizan jerárquicamente, con la Idea del Bien en la cúspide, seguida por la Justicia, la Belleza, etc. La contemplación de estas Ideas es tanto teórica, al permitir la captación del orden y la estructura real, como práctica, al reunir las normas de toda ordenación moral y política.
Para acceder al Mundo de las Ideas, es necesario un camino de purificación. Platón propone tres modos principales:
El ser humano está dividido en cuerpo y alma. El alma fue creada por el Demiurgo a partir de la materia caótica. Platón explica la naturaleza del alma a través del Mito del Auriga. Compara el alma con un carro conducido por un auriga que lleva dos caballos: uno blanco (simbolizando lo bueno) y otro negro (simbolizando lo malo). El Auriga representa la parte racional. Si logra controlar a ambos caballos, podrá mantenerse en el Mundo de las Ideas; de lo contrario, caerá al Mundo Sensible y se encarnará en otro cuerpo.
Las funciones del alma se dividen en tres:
La inmortalidad del alma se sustenta en la anamnesis (recuerdo). En el Mundo Sensible, el alma recuerda su estancia en el Mundo de las Ideas. También se argumenta a partir del automovimiento del alma, que al estar en constante movimiento, es virtuosa y da existencia a lo perfecto, y de su simplicidad, ya que todo lo que se compone de partes es inmortal.
Para Platón, ética y política están intrínsecamente ligadas. El ser humano es ciudadano en tanto vive en una polis que debe satisfacer sus necesidades básicas. De aquí surge la división del trabajo, que se traduce en tres clases sociales:
Su sistema educativo se estructura en dos niveles:
La justicia, para Platón, tiene un aspecto moral con dos dimensiones:
Friedrich Nietzsche, un filósofo contemporáneo, critica duramente la filosofía de Platón. Considera que lo peor de esta filosofía es que eleva a la categoría de verdad todo lo que va en contra de la vida, reprime los instintos vitales, acepta una realidad como absolutamente realizada y considera irracional todo lo referente a pasiones, afectos y sentimientos. Para Nietzsche, Platón es el»gran verdugo de la vid».
Nietzsche destaca la importancia de dos dioses griegos: Dionisos (dios de la embriaguez, el caos y las pasiones inconscientes) y Apolo (dios del orden y la armonía). Argumenta que al expulsar a Dionisos de la tragedia griega, se renuncia a la vida.
Nietzsche es un gran crítico de la moral tradicional por considerarla antinatural y opuesta a la vida. Se autodenominaba»inmoralist», no porque careciera de moral (amoral), sino porque su moral seguía caminos muy diferentes a los del cristianismo.
Distingue dos tipos de moral:
Para Nietzsche, la distinción entre un mundo real y un mundo aparente es una ilusión óptica basada en la creencia de que el devenir del ser es un error de nuestros sentidos. Esta separación es síntoma de una vida descendente.
Con su doctrina del Nihilismo, Nietzsche pretende devaluar los valores supremos. Este Nihilismo va de la mano del superhombre, quien está dominado por la Voluntad de Poder, ya que él es quien crea la realidad y los valores.
El panorama político actual dista mucho de los ideales platónicos. Según Platón, en su obra La República, los políticos deberían ser personas formadas y educadas para gobernar de forma justa. Consideraba que la aristocracia, liderada por individuos capacitados para alcanzar la justicia, era la forma idónea de gobierno. En contraste, en la actualidad, nos regimos por un sistema democrático en el que el pueblo elige a sus gobernantes. Sin embargo, a menudo se observa que estos buscan popularidad, recurriendo a la corrupción y el chantaje.
Es una esperanza que las nuevas generaciones puedan cambiar esta situación para mejorar la política y, en consecuencia, nuestras vidas.