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Las primeras influencias del Gótico
Francés llegan a Castilla a fines del siglo XII destacando la Catedral de Ávila y la Catedral de Cuenca. Son las dos primeras catedrales consideradas góticas, y en ellas se puede ver muy bien el cambio del ROMánico al Gótico.
La influencia francesa es total en Castilla durante el Siglo XIII. Del mismo modo que había ocurrido con el ROMánico, el Arte Gótico
Francés penetra de la mano de arquitectos franceses a través del Camino de Santiago, hasta el punto de que las catedrales castellanas imitan estrechamente algunas catedrales francesas. Sin embargo las peculiaridades castellanas se hacen también presentes muy pronto, y se crean auténticas maravillas.
Las tres catedrales castellanas del Gótico Clásico más importantes del Siglo XIII son las siguientes:
La Catedral de Burgos (1221-1260) fue una construcción impulsada por el Obispo Mauricio. En principio trabajó un autor desconocido, después se le atribuye al Maestro Enrique, que también realizó la traza de la Catedral de León y que probablemente era francés. Hoy en día la Catedral muestra un aspecto muy distinto al que debíó tener en el Siglo XIII, ello se debe a los numerosos añadidos que se le hicieron en los siglos XV y XVI y que modificaron radicalmente su aspecto. La planta original muestra una iglesia de tres naves, con girola simple y cinco capillas radiales en el ábside. La catedral del Siglo XIII muestra las influencias francesas de Notre Dame, Bourges o Reims. En el Siglo XV, diversos añadidos modificaron el aspecto de la catedral convirtiéndola en el edificio airoso y recargado que vemos hoy en día. Así, Juan de Colonia añadió los chapiteles calados de piedra de influencia alemana que coronan la fachada occidental, mientras que su hijo Simón de Colonia construyó la Capilla del Condestable, capilla funeraria de planta centrada y estilo isabelino rematada por una bóveda estrellada y calada. Por último, a mediados del Siglo XVI se reconstruyó el cimborrio sobre el crucero, rematado por bóveda estrellada, calada y con rasgos de estilo flamígero y plateresco.
La catedral de Toledo se inició en 1226. Participaron en su construcción el Maestro Martín y Petrus Petri que diseñaron un enorme templo de cinco naves con el crucero no marcado en planta situado junto al presbiterio (esta planta tiene algunas similitudes con la de París). Tras el presbiterio se sitúa una doble girola con siete capillas. La nave central no se eleva mucho sobre las laterales, sino que existe un escalonamiento gradual y armónico de las naves, lo cual rompe con la influencia francesa y crea la tendencia posterior del Gótico Castellano. Asimismo, los arcos polilobulados del triforio denotan una influencia mudéjar típicamente hispánica. La Catedral de Toledo será uno de los edificios que más influya en las construcciones españolas posteriores (por ejemplo, en la Catedral de Segovia, Granada, etc.).
La catedral de León se realizó entre 1255-1302 y fue diseñada por el Maestro Enrique y Juan Pérez. Su planta tiene una clara influencia de Reims con cinco capillas poligonales, presbiterio profundo y crucero de tres naves. Hacia el lado de los pies, la iglesia es muy corta y probablemente está inacabada. El alzado muestra un vaciado de las paredes en favor de las extraordinarias vidrieras, que continúan tras el triforio (como en Amiens y Beauvais). La gran diferencia de altura entre las naves permite abrir un enorme claristorio. Se puede ver como las naves se dividen en tres partes: los arcos formeros, el triforio y el claristorio. El interior mágicamente iluminado es uno de los más bellos del Gótico Español. La «Pulchra Leonina» es así la más «francesa» de las catedrales castellanas. La fachada occidental es muy extraña con dos torres desiguales separadas del cuerpo central por unos arbotantes.
Durante el Siglo XIV la Corona de Aragón y especialmente Barcelona, se convierte en una de las grandes potencias mediterráneas tanto en el plano económico como político. También se convierte en el gran centro del Gótico en la Península ibérica. Estas obras destacan por la gran anchura de su nave central, y por la poca diferencia de altura entre la nave central y las laterales. Las iglesias no tienen la sensación de verticalidad tan marcada como en Castilla.
La Catedral de Palma de Mallorca (siglos XIII-XVI) tiene planta de salón, sin crucero, con tres naves, capillas entre los contrafuertes y cabecera rectangular, carece de torre y en su exterior destaca el sugerente efecto del bosque de pináculos y chapiteles. Interiormente las naves laterales se elevan casi hasta la altura de la nave central.
Probablemente el ejemplo más logrado del Gótico Catalán es Santa María del Mar (1328) en Barcelona. Esta extraordinaria iglesia se caracteriza por el adelgazamiento y separación entre los pilares que generan una ilusión de unidad espacial única. El espacio interno de Santa María del Mar es uno de los más sugerentes y mágicos del Gótico Catalán, además es un ejemplo de precisión en las medidas y proporciones, algo inesperado en un edificio medieval. Otros templos son las Catedrales de Barcelona y Gerona.
En la Corona de Aragón también hay que mencionar la importante arquitectura civil de los siglos XIV-XV. El gótico civil, muy importante en los países mediterráneos, tiene en la tipología del ayuntamiento y de la lonja sus principales manifestaciones.
Civil utiliza los elementos formales de la Catedral Gótica pero los adecua a una funcionalidad distinta.
En Barcelona destaca el Barrio Gótico con varios edificios entre los que se encuentra el Palacio de la Diputación (Generalitat). Las lonjas son uno de los edificios más sugerentes de la Corona de Aragón. Su función es comercial, y para ello utilizan la planta de tipo salón con todas las bóvedas a la misma altura y pilares delgados y muy separados entre sí. Entre las principales lonjas destacan las de: Palma de Mallorca (1426-1448) y Valencia (1482-1498). En la Lonja de Valencia destacan las finas columnas helicoidales de gran belleza que dotan a la obra de un interior muy refinado y diáfano. Estas lonjas son la manifestación del poder de los gremios y de la importancia de las actividades comerciales en las ciudades marítimas de la Corona de Aragón.
En esta etapa se ve una clara influencia del arte flamígero europeo, el gótico flamígero destaca por su calidad en la decoración, creando bóvedas con muchos nervios, usando arcos decorados como el arco conopial, y también destaca por el uso de pináculos y contrafuertes muy decorados.
Destacan autores como los Colonia, Juan Guas y Enrique Egas. Destacamos la Catedral de Sevilla o la Iglesia de San Juan de los Reyes.
Ya en el Siglo XVI destacamos dos obras de Rodrigo Gil de Hontañón , la Catedral de Segovia y la Catedral de Salamanca. Son dos grandes obras góticas en pleno Renacimiento. Su autor ya dominaba en sus obras palaciegas el lenguaje renacentista, pero al proyectar estas obras de carácter religioso, tuvo que amoldarse al gusto más conservador de los clientes eclesiásticos. Son dos obras de gran calidad muy parecidas en una primera impresión, pero podemos destacar entre sus diferencias: la obra de Salamanca está más decorada, se coloca al lado de la antigua Catedral ROMánica y su ábside es rectangular. La obra segoviana destaca por su ábside semicircular repleto de pináculos y arbotantes, su esplendida cúpula y su gran torr