Portada » Lengua y literatura » Personajes del romancero gitano
Es publicado en 1928 en la editorial de la “Revista de Occidente”, pero sus poemas ya se habían difundido con anterioridad por vía oral y en las páginas de las revistas. El éxito del libro no desmereció y sirvió para consagrar definitivamente a Lorca. Trata de fundir dos modalidades de romance, el narrativo y el lírico, a los que se incorpora una técnica dramática. Consta de 18 romances en los que la primera serie es más lírica y con dominante presencia de las mujeres y la segunda más épica y con personajes masculinos. Presenta dos partes: la primera de romances con personajes, donde están intercalados los tres de los arcángeles (San Gabriel, San Miguel y San Rafael) y una segunda parte de romances históricos: “Martirio de Santa Olalla”, “Burla de Don Pedro a caballo”, “Thamar y Amnón”.
El escenario principal es la Andalucía mítica y profunda, reflejo de alma del poeta. Tiempo y espacio se entrelazan puesto que es un libro que recorre la historia y busca las raíces y la cultura del espacio andaluz, incluso se remonta al pasado romano, judío e islámico.
Este espacio mítico confluye en un triángulo de tres ciudades: Granada, Córdoba y Sevilla. Lorca hace un recorrido poético por la geografía andaluza: paisajes de olivares, caballos, cañaverales… Aparecen el Darro y el Guadalquivir, en el romance de San Rafael (“Coches, que el Guadalquivir/ tiende en su cristal maduro, /entre láminas de flores/ y resonancias de nublos.”). También pueblos como Benamejí. “Reyerta” tiene lugar cerca de Montilla, “El romance sonámbulo” en el Albaicín de Granada, al igual que “La monja gitana”.
En cambio no hay referencias geográficas concretas ni en ‘’Muerto de amor’’, ni en ‘’Romance del emplazado’’, aunque el paisaje se llena de olivares y caballos de reminiscencias andaluzas.
El de ‘’Santa Olalla’’, que se sitúa en Mérida en la época romana, también se coloca dentro de este ámbito mítico andaluz.
En esta línea se sitúa el romance de Thamar y Amnón que se localiza en un paisaje desértico bíblico o el de D. Pedro a caballo, ubicado en un paisaje inconcreto próximo a una ciudad de los gitanos que parece el Belén bíblico.
El espacio real deja paso al irreal, abstracto y simbólico. Así en ‘’San Rafael’’, Córdoba se convierte en ‘’arquitectura de humo’’. ‘’El Romance de la Guardia Civil’’, la ciudad de Jerez de la Frontera se convierte en el escenario de la destrucción mítico universo gitano.
Andalucía se comporta como un microcosmos creado y representado entre lo particular y lo universal, lo real y lo imaginario, la tradición y la vanguardia.
Es publicado en 1928 en la editorial de la “Revista de Occidente”, pero sus poemas ya se habían difundido con anterioridad por vía oral y en las páginas de las revistas. El éxito del libro no desmereció y sirvió para consagrar definitivamente a Lorca. Trata de fundir dos modalidades de romance, el narrativo y el lírico, a los que se incorpora una técnica dramática. Consta de 18 romances en los que la primera serie es más lírica y con dominante presencia de las mujeres y la segunda más épica y con personajes masculinos. Presenta dos partes: la primera de romances con personajes, donde están intercalados los tres de los arcángeles (San Gabriel, San Miguel y San Rafael) y una segunda parte de romances históricos: “Martirio de Santa Olalla”, “Burla de Don Pedro a caballo”, “Thamar y Amnón”.
Sin duda, uno de los principales rasgos principales es su vuelta al romancero.
El romance toma un aspecto nuevo, es el verso de la lírica más pura, desasiéndose del todo de sus orígenes medievales puramente épicos. En la rotura de géneros que el siglo XX realiza, la fusión de lo narrativo, lírico y dramático en el romancero lorquiano es un hecho de primera magnitud, por el perfecto entrelazado con que los tres géneros se unen. ‘’Romance sonámbulo’’ es una historia de amor y sangre, un ambiente lírico y dos personajes que dialogan en un perfecto esbozo de drama.
El lenguaje, es una colección encadenada de brillantes imágenes, impensables sin la vanguardia (ultraísmo, creacionismo, y surrealismo).
La vocación oral del romancero antiguo, está presente en las múltiples veces que Lorca los recitó antes de darlos a la imprenta.
El romancero tradicional es muchas veces un escenario para un diálogo, y ya se ha visto cómo este carácter es primordial también en Lorca. Igualmente encontramos las fórmulas paralelísticas (Ya la coge del cabello/ya la camisa le rasga), y la anáfora (“Voces de muerte sonaron/ voces de muerte cesaron.”). El romance de la muerte del Camborio empieza in media res, como también Reyerta, tomado de los tradicionales. Hay otros caracteres más rebuscados: el que incoativo (Y que yo me la llevé al río), los cambios de presente al pretérito o viceversa (La luna vino a la fragua), y el placer filológico, a la vez que el creador de escribir un romance con lagunas.
El ultraísmo informa, de las metáforas del Romancero ejemplos: La prosopopeya, sí parece originaria del binomio ultraísmo-creacionismo, en imágenes como el mar en la playa/un poema de balcones. El eco futurista: el liso gong de la nieve y pon telegramas azules. Pero en las mejores imágenes, la vivencia andaluza domina la mecánica vanguardista. Por último, la presencia de imágenes de tono surrealista, algunas en relación con los caballos (El insomnio del caballo). Y la famosa Y el coñac de las botellas/se disfrazó de noviembre
. Estos versos indican un contacto directo con el surrealismo.
A veces, momentos tan dramáticos como el de la muerte violenta resultan llamativos por una deshumanización siempre en torno al lenguaje.