Portada » Educación Artística » Periodos del garabato de 4 a 7 años
Existe una secuencia predecible en el desarrollo de la expresión plástica infantil por el desarrollo físico del niño: de arriba abajo y de dentro hacia afuera: _La articulación del codo (18 meses) permite tres movimientos esenciales para las posibilidades gráficas _Articulación de la muñeca:
esencial en el desarrollo de la psicomotricidad fina _Articulación de los dedos:
La flexión, extensión y presión harán que las potencialidades para la realización de movimientos sea más precisa//A medida que el niño adquiere control muscular, empieza a tener conciencia de que las relaciones que ejecuta han sido realizadas por él -En el primer año de vida el niño evoluciona rápido. La actividad plástica es limitada. Se centra en establecer una toma de contacto a través de formas, colores, texturas y recursos con el objetivo de impulsar su capacidad para observar, percibir y descubrir. El educador podrá utilizar recursos como la decoración de la clase. Es conveniente cambiar la decoración de la clase y la posición de los trabajos realizados –
el niño se va a mostrar muy activo, ha mejorado su control y su dominio de la prensión y la motricidad fina. Se inicia la manipulación de materiales trabajando con las manos. Puede manipular papel de diferentes texturas y colores y objetos de la naturaleza. La decoración de la clase seguirá siendo un recurso esencial. Ellos escogerán y pegarán trozos de papel y ayudarán al educador a colocarlos en un soporte –
la coordinación de movimientos mejora lo que le permite actuar con mayor precisión a la hora de hacer sus trabajos. En esta etapa se introducen nuevos materiales como la plastilina. Descubrirán texturas y serán capaces de realizar nuevas operaciones. Con las pinturas obtiene nuevas experiencias. Hacia la mitad de la etapa se empiezan a introducir las tijeras de punta roma. Esto contribuye al desarrollo de la psicomotricidad fina. –
el niño progresa en su personalidad y desarrollo motor.
Su capacidad de concentración es mayor. Le va a proporcionar nuevas vías de expresión plástica. Se puede empezar con la representación. El niño puede utilizar pinceles, punzones, etc. Se inicia el dominio del trazo sobre soportes con lápices, ceras… y se trabaja su destreza con las manos rompiendo, arrugando, cortando y pegando papel. Se pueden introducir pastas para modelar. El niño trabaja técnicas como dibujo, pintura, collage, etc. Se favorece la coordinación ojo-mano y el control del trazo. –
El niño sigue avanzando en la coordinación motora y viso-motora y crece su curiosidad. Empieza a diferenciar formas, colores y texturas. Se puede representar el entorno a partir de experiencias diferentes. El dibujo permitirá la expresión de sus sentimientos, emociones y fantasías.-
El niño adquiere una madurez de sus funciones básicas y en su seguridad personal. Asocia, identifica y diferencia muchos de los datos que recibe del exterior a través de los sentidos. Le gusta formar parte de equipos y realizar trabajos colectivos. Se debe continuar el lenguaje plástico, mejorando la utilización del color, manipulación de útiles y materiales…
El proceso madurativo de cada uno es diferente y también su desarrollo psicomotor. Es recomendable realizar actividades de forma libre y espontánea. Los educadores se limitan a estar al lado del niño para escuchar lo que le explica y animarle a descubrir más cosas sobre las obras que realiza, haciéndole reflexionar mediante preguntas. En el caso del dibujo libre deberá limitarse a recoger soportes donde los niños realizan su trabajo gráfico, preguntando lo que dibujan y escribiéndolo para recordarlo. La imaginación, la curiosidad y la creatividad del educador junto con las técnicas y recursos que le permiten trabajar de forma variada harán posible la planificación de actividades adecuadas a las edades de los niños a las que van dirigidas. Los educadores serán los encargados de organizar, idear, proponer, etc. Deberán poseer un alto grado
organizativo y deberán quedarse en la mesa donde se va a llevar a cabo la actividad plástica, colocada estratégicamente para poder observar el trabajo de los diferentes rincones del grupo entero.
evoluciona desde el garabateo incontrolado, al controlado y al garabato con nombre.
la primera parte del brazo que se desarrolla es el hombro y hacia los 18 meses consigue doblar el codo. El niño carece de control visual cobre su mano y con frecuencia excede de los límites del papel donde está dibujando. Los trazos son impulsivos e incontrolados, son rectos o ligeramente curvos, pero tienen diferente longitud y dirección
hacia los 30 meses se inicia el control global. Cuando el niño puede conducir su mano donde indica su ojo, el niño controla el gesto gráfico y cierra figuras, primero circulares y luego rectangulares
la conciencia de la posibilidad de controlar sus propias creaciones motiva al niño a dibujar de forma intencionada. Los trazos realizados son rectas, curvas, óvalos… Es importante no forzar al niño. Hay que esperar a que sea él quien ponga nombre a los dibujos. En esta fase empieza a utilizar el color intencionadamente, utilizando varios colores_Etapa preesquemática (de cuatro a siete años):
el niño consigue mover la muñeca y el pulgar con notable autonomía y realiza trazos discontinuos voluntariamente. Intentará representar formas relacionadas con el entorno que le rodea, y sus representaciones empezarán a ser reconocibles por adultos. Aparecen las primeras formas humanas llamadas monigotes, donde la persona se simboliza con un círculo como la cabeza y dos líneas verticales como piernas. Este esquema se enriquece a medida que se le añaden nuevos detalles como brazos, pelo, etc. Utilizan el color y disfrutan con ello, sin embargo el color no se corresponde con la realidad representada.
El pequeño debe pasárselo bien
dibujando. _En cuanto al tipo de dibujo a realizar (de
dos a cuatro años) será libre, aunque el educador pueda sugerir el dibujo. _A partir de los cuatro años la actividad se puede empezar a dirigir. _A partir de los cinco años se llevan a cabo actividades dirigidas. Todos estos avances serán esenciales para introducir al niño los ejercicios de preescritura.
La música debe entenderse como una actividad lúdica en la que se produce un intercambio comunicativo. El educador debe procurar que el niño descubra las cualidades de los sonidos a través de:
es el punto de partida para los aprendizajes del lenguaje musical _Imitar:
primero el niño imita sin ser consciente, para después tener intención _Reconocer:
se trata de que identifique entre el sonido que ya ha escuchado_Reproducir:
utiliza su memoria visual para producir el sonido _Improvisar:
utiliza recursos musicales en situaciones y por iniciativa propia.
de forma consciente realiza nuevas creaciones//Con niños menores de un año, la intervención se centrará en las dos primeras técnicas. Cuando el niño tiene entre uno y dos años, puede jugar a reconocer y reproducir. Cerca de los tres años, puede improvisar con ayuda del educador. A partir de los cuatro años, el niño podrá crear, con gran apoyo del educador.
La educación del silencio es primordial para iniciar cualquier actividad. La actitud expresiva del educador, será fundamental para hallar este clima. Con los más pequeños, se puede introducir el concepto sonido-silencio a partir de botes vacíos y otros llenos de distintos materiales. A los dieciocho meses, se puede hacer desaparecer un objeto, lo que indicará silencio. Cuando el objeto vuelva a aparecer, se identificará como sonido. A partir de los dos años, se puede crear la figura del rey del silencio y ofrecer la corona al niño que esté más callado. A medida que el niño consigue una mayor destreza manipulativa, podemos empezar a trabajar sonido-silencio con instrumentos de percusión.