Portada » Filosofía » Pensamiento de Karl Marx: Alienación, Historia y Sociedad
En sus primeros escritos, Karl Marx muestra una gran preocupación por la esencia del ser humano. Frente a las concepciones del idealismo alemán (Hegel), que veía al ser humano como pura racionalidad, y la visión económica clásica (Adam Smith y David Ricardo), que lo reducía a una simple fuerza productiva, Marx busca recuperar la importancia del ser humano a través de un enfoque humanista.
Marx desarrolla un humanismo materialista, económico, revolucionario y ateo:
Aunque Marx considera el trabajo como la esencia del ser humano, en su época observa que, en lugar de realizar al ser humano, el trabajo lo somete y lo convierte en un objeto. Para explicar este fenómeno, introduce el concepto de alienación, entendido como la separación del individuo de su propia esencia.
Es la corriente o conjunto de corrientes filosóficas que defienden que la materia es anterior al pensamiento. Esto quiere decir que el pensamiento surge como consecuencia de una cierta organización de la materia y no a la inversa. Además, el materialismo sostiene la materialidad del mundo y su existencia objetiva e independiente de sujetos que la piensen. Así, el materialismo se opone al idealismo.
Se afirma que una cierta realidad o teoría es dialéctica si cumple, al menos, las siguientes características generales:
Es la corriente filosófica que sostiene que el sustrato fundamental de la realidad es la materia, la cual se desarrolla siguiendo el esquema dialéctico propuesto inicialmente por Hegel y que aparece explicado más arriba.
Es la aplicación de las tesis del Materialismo Dialéctico a la comprensión de la economía, la sociedad y la historia humana. Marx sostiene que estas tres realidades se encuentran subordinadas a las condiciones materiales de los seres humanos y que cambian siguiendo el esquema de la Dialéctica.
La tesis fundamental del Materialismo Histórico que defiende Karl Marx es que la materia, es decir, las condiciones materiales, es lo que determina la evolución histórica de la humanidad. Para demostrar esto, Marx mostrará cómo son los modos de producción, y no las formas de organización social y los eventos bélicos, los que caracterizan la estructura de la sociedad en cada periodo de la historia. La estructura social cambia cuando cambian los modos de producción, arrastrando estos a su vez todos los demás cambios sociales.
Así, Marx propone un recorrido por las diferentes etapas de la historia:
Estos tres primeros modos constituyen lo que Marx denomina la prehistoria en Occidente.
Marx resume esta idea en su famosa frase: “La historia de la humanidad no es más que la historia de la Lucha de Clases”. Y es que, desde la aparición de las primeras sociedades, siempre ha habido una clase dominadora, que controla los medios de producción, y una clase dominada, que trabaja para aquella.
La tesis fundamental del Materialismo Histórico es que la materia, es decir, las condiciones materiales, determina la evolución histórica de la humanidad. Para demostrar esto, Marx explicará qué son los modos de producción, y no las formas de organización social y los eventos bélicos, los que caracterizan la estructura de la sociedad en cada periodo de la historia. Los modos de producción son las formas en que los seres humanos obtienen y transforman los distintos bienes necesarios para su vida. Estos modos de producción se encuentran determinados por la infraestructura económica de la sociedad. Dichos modos de producción determinan a su vez la superestructura político-jurídica e ideológica de la sociedad.
La base de la sociedad es su estructura económica, determinada por:
Estas se encuentran integradas por:
Son las relaciones que se establecen entre los seres humanos como consecuencia del proceso de producción. Estas Relaciones de Producción son el resultado de las relaciones de propiedad: quién posee los medios de producción y quién no.
La estructura de todas las sociedades conocidas es una estructura de clases. Existen una serie de individuos que ostentan el poder político y económico, mientras el resto dedica su vida a trabajar para ellos en unas condiciones materiales mucho más humildes. De acuerdo con Marx, esta estructura de clases viene determinada por las Relaciones de Producción: quien tiene el control de los medios de producción pertenece a la clase alta y quien no los tiene pertenece a la clase baja.
La superestructura político-jurídica es el conjunto de normas, leyes e instituciones que ostentan el poder político en la sociedad. De acuerdo con Marx, esta superestructura se encuentra determinada por la infraestructura económica: son aquellos que controlan los medios de producción y, por tanto, pertenecen a una clase social elevada, los que se garantizan el control del poder político. Así, a través del control de las leyes del Estado, las clases altas aseguran su dominio sobre las clases bajas.
Por su parte, la superestructura ideológica es el conjunto de creencias, ideas y costumbres expresadas a través del arte, la religión, la filosofía (y la cultura en general) que existen en una determinada sociedad. Como en el caso anterior, Marx afirma que esta superestructura ideológica ha sido diseñada por las clases elevadas para lograr el control de las clases bajas.
De este modo, debería quedar claro que, de acuerdo con Marx, toda superestructura depende, en último término, de la infraestructura económica de la sociedad. Las ideas no determinan las condiciones materiales, sino que estas determinan las ideas.
Por este motivo, Marx lleva a cabo una extensa crítica de la ideología, que no es más que el conjunto de creencias que la clase dominante impone sobre la clase dominada para garantizar su sometimiento.