Antonio Machado (Sevilla 1875-Francia 1939) pertenecíó al Modernismo y a la Generación del 98.
Pasa su Juventud en Madrid y estudia en la Institución Libre de Enseñanza. En 1899 viaja a París con su hermano Manuel y, a su regreso, comienza a escribir en las publicaciones modernistas. En 1907 marcha a Soria como catedrático de francés y conoce a la joven Leonor Izquierdo, con la que se casa dos años después. En 1912 ingresa en la Academia de la Lengua. Ya en Madrid, le sorprende la Guerra Civil y es evacuado a Valencia. Poco antes de la finalización del conflicto se exilia a Francia donde muere en 1939.
La estética modernista se halla en su momento de máximo esplendor a comienzos del Siglo XX. Iniciado oficialmente por Rubén Darío en 1888 con la publicación de Azul, el Modernismo supone una integración de diversas tendencias que se habían desarrollado a lo largo de la segunda mitad del Siglo XIX, en especial del simbolismo y del parnasianismo de origen francés.
Se acude a la poesía de los estadounidenses Walt Whitman y Edgar A. Poe; además de a fuentes hispánicas como Berceo, Manrique, los cancioneros…
Considerando todo ello, podemos establecer las principales tendencias del Modernismo:
1. Modernismo parnasiano: esta corriente se caracteriza por la búsqueda de efectos sensoriales que provocan el goce para los sentidos y un enriquecimiento del lenguaje poético.
2. Modernismo simbolista: conecta con poetas como Baudelaire, Mallarmé y Verlaine. Su evasión no se produce hacia mundos lejanos, sino hacia el mundo interior del poeta.
Los temas más habituales son:
-El escapismo: el poeta escapa y nos sitúa en espacios lejanos y exóticos o bien en un tiempo distante (el mundo medieval, por ejemplo). Abundan los elementos propios de un mundo elegantemente exquisito: dioses, ninfas, jardines perfumados…
-El cosmopolitismo: París es el símbolo del cosmopolitismo y será la capital del Modernismo.
-La desazón ROMántica: se exaltan las pasiones y lo irracional: el misterio, lo fantástico, el sueño. La melancolía es un elemento primordial.
-Amor y erotismo: aparecen poemas de amor delicado y, frente a ellos, otros de intenso erotismo.
La producción literaria de Antonio Machado se encuentra marcada por tres poemarios, Soledades (1903), Campos de Castilla (1912-1917) y Nuevas canciones (1924). Estas obras comprenden tres etapas:
-La primera, modernista, coincide con su libro Soledades (1903), reeditado posteriormente con el título de Soledades, galerías y otros poemas (1907). En él se muestra al poeta de lo interior, de la soledad y de la melancolía.
-La segunda, representada por Campos de Castilla (1912), supone su integración en la Generación del 98.
-La tercera y última etapa (Nuevas canciones,1924) es más reflexiva.
En sus obras apreciamos hermosas composiciones dedicadas a su mujer, Leonor, en las que el paisaje toma un papel fundamental al mostrarse, a través de él, la sensibilidad y el estado de ánimo del poeta.
Antonio escribíó también teatro y prosa. Al primer género corresponde La lola se va a los puertos, escrita en colaboración con su hermano Manuel. En cuanto sus escritos en prosa, destaca Juan de Mairena, conjunto de reflexiones que ofrece a sus alumnos sobre los más diversos temas. Destacan sus reflexiones en torno al lenguaje poético; en ellas nos expresa la necesidad de abandonar el retoricismo vacío, en busca de la sencillez expresiva y del lenguaje vivo.
Cuando compone “A un olmo seco”, Leonor está a punto de fallecer, con la llegada de la primavera, que siempre trae la vida a la naturaleza, él sueña poéticamente con que la vida también llegue a Leonor y se recupere milagrosamente de su enfermedad. Hay que hacer constar que este poema es el último que aparecíó en la primera edición de Campos de Castillas en 1912.
“A un olmo seco” es uno de los poemas más conocidos de Machado y se encuentra incluido en una de las, a su vez, obras más representativas del poeta sevillano: Campos de Castilla.
Campos de Castilla contiene una serie de poemas que tratan de la enfermedad y la muerte de su joven mujer, Leonor Izquierdo.
A partir del motivo del olmo seco, aparentemente muerto, al que le brotan hojas nuevas con la primavera, Machado se dedica a describir este olmo y su milagroso brote de nueva vida. Afirma esperar “otro milagro de la primavera”, en alusión al deseo de recuperación de su esposa. El tema, pues, es la esperanza en el milagro de la vida.
El “milagro de la naturaleza” que esperaba finalmente no se produce y la muerte de Leonor llega, y marcará un grupo de poemas añadidos a partir de 1912.
En definitiva, Machado nos está planteando uno de los motivos universales de la poesía: el conflicto entre realidad y deseo.
Estamos ante un poema en verso, generalmente endecasílabos, que alteran con algunos heptasílabos, una combinación que ha sido muy habitual desde el Renacimiento y Garcilaso de la Vega.
Se trata de una combinatoria de diversas formas estróficas habitual en otros poemas del poeta sevillano, sin duda, herencia de los impulsos renovadores de la métrica modernista.
Podemos dividirlo en tres partes: una formada por el soneto citado (versos 1-14), otra que abarca los versos 15-27 y, por último, los tres versos finales.
En la primera parte describe al olmo. En la segunda, marcada por el “antes que” que remite al tópico del tempus fugit, desea dejar constancia del milagro antes de que la muerte sea definitiva. Los tres versos finales son la aplicación de todo lo anterior a la vivencia personal del escritor: él también espera un milagro en su vida.
Se aprecia cómo el poeta es rico en recursos literarios de los distintos planos lingüísticos. Un quiasmo (hendido por el rayo/ en su mitad podrido) seguido de un paralelismo (con las lluvias de Abril y el sol de Mayo) así como el uso de la antítesis (olmo viejo frente a hojas verdes).