Portada » Lengua y literatura » Panorama del Teatro Español desde 1940: Evolución, Autores y Tendencias
Durante la posguerra, varios dramaturgos destacados continuaron su labor en el exilio, principalmente en América Latina:
En la década de 1940, el teatro español se caracteriza por la evasión y el humor. Destacan autores como:
El teatro realista de los años 50 busca renovar la escena española y manifestar su oposición a la dictadura. Las obras abordan temas como la injusticia social, la explotación, la vida de las clases media y baja, y la condición humana de los marginados.
Dramaturgos destacados de esta época son:
En el teatro comercial, continúan triunfando las comedias de autores como Mihura, Jaime Salom, Jaime de Armiñán y Ana Diosdado. Entre los nuevos autores, sobresale Antonio Gala, con obras como Los verdes campos del Edén (1963), Anillos para una dama, Las cítaras colgadas de los árboles, Por qué corres, Ulises, El hotelito y Séneca o El beneficio de la duda.
La experimentación marca esta época, con autores que buscan nuevas propuestas en oposición al realismo social. Surge el llamado «teatro soterrado», «teatro del silencio», «teatro underground» o «teatro vanguardista».
Fernando Arrabal, exiliado en Francia desde 1955, destaca con su «teatro pánico», que exalta la libertad creadora y busca la provocación. Obras como El triciclo (1953), El laberinto (1956) y Oye, Patria, mi aflicción (1975) son ejemplos de su estilo.
El «teatro independiente» también cobra fuerza, con grupos como «Los Goliardos», «Tábano», «Teatro Libre» de Madrid, «Els Joglars», «Els Comediants» y «La Fura dels Baus» en Barcelona, y «Aquelarre» en Bilbao, entre otros.
Tras la muerte de Franco y el fin de la censura, se esperaba una etapa prometedora para el teatro, pero la crisis se hizo evidente. Se crean instituciones teatrales oficiales como el Centro Dramático Nacional, el Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas y la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Francisco Nieva, figura clave del teatro experimental, desarrolla un teatro surrealista, onírico y fantástico. Divide su obra en «teatro de crónica y estampa», «teatro de farsa y calamidad» y «teatro furioso». Obras destacadas son Pelo de tormenta (1972), Nosferatu (1975), Te quiero zorra (1987) y El baile de los ardientes (1990).
Otros autores relevantes de esta época son: