Portada » Lengua y literatura » Panorama del Teatro Español: De la Posguerra a la Actualidad
El teatro fue un género afectado negativamente por la Guerra Civil, con la pérdida de grandes renovadores como Valle-Inclán y Lorca, y la imposición de restricciones debido a su naturaleza pública. A pesar de ello, surgieron dramaturgos que reflejaron las inquietudes de cada momento.
El teatro de la primera posguerra fue principalmente conservador, cumpliendo dos funciones: entretener y transmitir ideología. Se cultivó la comedia burguesa, en la línea de Benavente, caracterizada por su perfecta construcción y su intrascendencia, con dosis de humor y ternura. Destacaron autores como José María Pemán, Joaquín Calvo Sotelo y Juan Ignacio Luca de Tena.
Una cierta innovación la representó el teatro del humor, con dos autores principales:
El teatro realista intentó renovar la escena española y manifestar su oposición a la dictadura.
Este tipo de teatro, preocupado e inconformista, se inicia con el estreno de Historia de una escalera de Buero Vallejo. La obra refleja un mundo gris de frustraciones. En otras obras como El tragaluz, Buero realiza una fuerte crítica al franquismo. Alfonso Sastre, con su Teatro de Agitación Social, destaca con Escuadra hacia la muerte, una obra sobre la rebelión contra la autoridad.
Un grupo de autores jóvenes, siguiendo los planteamientos realistas de Buero y Sastre, desarrollaron un teatro de denuncia social, con autores como José Martín Recuerda, Lauro Olmo y Carlos Muñiz.
Antonio Gala inició su trayectoria con Los verdes campos del edén y gozó del favor del público en los 70 con obras como Anillos para una dama. Sus obras se caracterizan por su tono poético, puesta en escena convencional y un cierto moralismo.
A finales de los sesenta se desarrolló un teatro vanguardista y experimental, opuesto estéticamente al realismo, aunque no exento de crítica social. Destacan:
Bajo los últimos años del franquismo, surgió un teatro independiente que, sin dejar de ser crítico, buscaba nuevas formas de expresión. Estos grupos dieron a conocer obras y tendencias proscritas, utilizando todos los recursos escénicos y rompiendo la barrera entre escenario y público. Algunos grupos se profesionalizaron.
Con la llegada de la democracia y el fin de la censura, confluyeron todas las tendencias. Surgió un teatro «underground» y alternativo. En 1983 se fundó la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Se adaptaron novelas como Cinco horas con Mario de Delibes y se recuperaron autores exiliados (Alberti, Arrabal) y olvidados (Lorca, Valle-Inclán). Los realistas consagrados como Alfonso Sastre (La taberna fantástica) y Antonio Gala (Petra regalada) siguieron teniendo éxito, al igual que la comedia burguesa.
En la actualidad, el texto se revaloriza y se produce un auge del género musical, con obras como El hombre de la Mancha, Mamma Mia y Hoy no me puedo levantar. Otros autores destacados son José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro) e Ignacio Amestoy (Pasionaria).