Portada » Historia » Orígenes, Desarrollo y Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto armado que estalló en 1939 entre las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) y los Aliados (Inglaterra, Francia y la Unión Soviética). Este segundo bloque fue reforzado por Estados Unidos desde 1941. La causa principal fue la ambición de Adolf Hitler (Alemania), Benito Mussolini (Italia) e Hirohito (Japón) por el predominio económico y político del planeta, buscando arrebatar colonias y semicolonias a las potencias aliadas.
En 1933, el dictador nazi Adolf Hitler llegó al poder en Alemania y, poco después, comenzó a violar el Tratado de Versalles de 1919. Reactivó la industria militar, reorganizó las fuerzas armadas, se anexionó Austria e invadió Checoslovaquia. Mientras tanto, Italia invadió y conquistó Albania. En 1939, Alemania invadió Polonia, lo que provocó que Inglaterra y Francia le declararan la guerra. En 1940, París, la capital de Francia, cayó, y la aviación alemana bombardeó Londres, aunque sin lograr la rendición de Inglaterra. Alentado por los avances alemanes, el dictador italiano Benito Mussolini envió tropas para invadir Grecia y Egipto, pero fueron derrotadas. Esto obligó a Hitler a enviar ayuda para controlar los Balcanes y el norte de África. Estas fuerzas fueron vencidas por los aliados en la Batalla de El Alamein y huyeron a Italia, donde también fueron derrotadas. En 1941, Hitler ordenó la invasión de la Unión Soviética; las fuerzas alemanas avanzaron hacia Moscú, pero tuvieron que retroceder debido al contraataque ruso y la llegada del invierno. Finalmente, fueron derrotadas por los soviéticos en la Batalla de Stalingrado. Simultáneamente, los nazis implementaban una política de exterminio contra los judíos en crueles campos de concentración. Los japoneses llevaron a cabo el bombardeo de Pearl Harbor, lo que provocó el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. La ofensiva japonesa llevó a la conquista de China, el Sudeste Asiático y casi todas las islas del Pacífico. Sin embargo, a partir de la victoria estadounidense en la Batalla de Midway, los japoneses comenzaron a perder posiciones. Los aliados iniciaron una gran contraofensiva con el Desembarco de Normandía, obligando a los alemanes a replegarse hacia su país. En 1944, París fue liberada y toda Francia quedó libre de alemanes. Los aliados invadieron Alemania, pero los soviéticos llegaron primero a Berlín. Poco después, Hitler se suicidó y el mariscal alemán Wilhelm Keitel firmó la rendición de su país en Berlín. Estados Unidos arrojó bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, lo que aceleró la rendición del emperador Hirohito el 2 de septiembre de 1945.
Los efectos humanos, materiales y morales de la Segunda Guerra Mundial fueron devastadores. Su final significó el declive definitivo de Europa y el inicio del dominio de dos grandes superpotencias: Estados Unidos y la Unión Soviética.
El conflicto se extendió al mundo entero y desapareció el concepto de retaguardia. Se estima que la guerra dejó más de 55 millones de muertos y unos 35 millones de heridos, sobre todo entre la población civil. Otro efecto humano de la guerra fueron los grandes desplazamientos de población.
La guerra provocó también un intenso trauma moral y cuestionó todos los valores éticos en los que descansaba la civilización occidental. Sobresalieron las atrocidades del nazismo, con el genocidio en los «campos de la muerte». Para juzgar estas atrocidades, por primera vez se constituyó un tribunal internacional que definió un nuevo concepto jurídico en el derecho internacional: el de crímenes contra la humanidad. Entre 1945 y 1946, tuvo lugar el juicio de Núremberg, que juzgó a 21 dirigentes nazis, de los cuales 12 fueron condenados a muerte.
Los problemas más serios fueron los derivados de la destrucción de las ciudades, los problemas de aprovisionamiento alimentario, el desamparo de la población civil, el elevado volumen de la deuda contraída para financiar la guerra y la subida de los precios.
Estados Unidos fue el país en el que la guerra repercutió más favorablemente. Su alejamiento del escenario de la lucha le convirtió en el principal centro productor de armamento y otros suministros para los aliados. La URSS, a pesar de las destrucciones de la guerra, salió confirmada como la segunda potencia mundial.
En el orden político, la derrota de las potencias del Eje por los aliados supuso el fracaso de los sistemas fascistas. La ocupación por parte de los aliados dividió a Europa en dos zonas políticas: