Portada » Historia » Origen y Características del Fascismo
Entre 1920 y 1930 se produjo en Europa la aparición de una nueva ideología y forma de organización política: el fascismo.
Oposición a la democracia, al comunismo y al capitalismo.
Sumisión del individuo al Estado (el Estado era dirigido de forma totalitaria por un líder todopoderoso e infalible. Las libertades individuales se suprimieron).
Existencia de un único partido, por lo que no había elecciones libres.
Culto a la violencia (no se pretendía convencer al contrario, sino eliminarlo por la violencia física o psíquica. Cualquier forma de oposición era duramente reprimida).
Control estatal de la economía, con el fin de conseguir la autosuficiencia económica del país (autarquía).
Exaltación de los valores nacionales y desarrollo de una ideología que defendía la desigualdad entre los pueblos.
Glorificación de la guerra y el militarismo que llevan a un nacionalismo feroz y expansionista, que exigía la creación de un imperio colonial para Italia.
Movilización de las masas por parte de los partidos fascistas para encuadrarlas en el seno del partido y el sindicato.
Exaltación de los principios masculinos, relegando a la mujer a la crianza de los hijos y las labores del hogar.
Los partidos fascistas nunca lograron un respaldo popular total, pero su base social, minúscula al principio,
se fue incrementando paulatinamente hasta alcanzar en algunos países una gran fuerza (casos de
Alemania e Italia).
El fascismo reclutó a sus primeros seguidores entre excombatientes de la 1º Guerra Mundial y jóvenes
activistas y románticos que exaltaban la guerra y la historia. MSe sumaron miembros de las clases
medias afectadas por la crisis económica y temerosos de la expansión del comunismo, además de un
importante sector de la clase obrera.
Los grandes empresarios y terratenientes utilizaron en un principio al fascismo como fuerza de choque
frente a socialistas, comunistas y sindicalistas. Cuando el fascismo llegó al poder lo financiaron, y cuando
este eliminó su discurso anticapitalista, lo respaldaron totalmente.
Cabe recalcar que la toma del poder por el fascismo y el nazismo no puede explicarse sin los apoyos que
recibió de las propias instituciones del Estado libreal: el ejército y la policía, que toleraron e incluso
colaboraron en las acciones violentas que las organizaciones fascistas realizaban
El final de la guerra tuvo en Italia graves efectos económicos y sociales. Tras la desmovilización de los
soldados, el número de desempleados se elevó y la inflación se disparó.
Italia se vió envuelta en una oleada de huelgas obreras para lograr el aumento de los salarios y la
reducción de la jornada laboral a 8 horas.
Además, estallaron múltiples revueltas de las ligas de campesinos pobres.
En los años 1919 y 1920, durante el llamado ‘’Bienio Rojo’’, las huelgas se extendieron y dieron lugar a
ocupaciones de fábricas y de tierras. Esto atemorizó a la población debido a la amenaza de que se
produjera una revolución de tipo bolchevique.
La guerra había acrecentado la crisis del sistema de monarquía libreal y parlamentaria, por lo que mientras
que los partidos liberales perdieron apoyo, los partidos de masas (socialista y popular) ganaron apoyo
debido al implante del sufragio universal masculino de 1913 (el Partido Socialista Italiano no supo cómo
juntar las masas obreras al encontrarse dividido entre reformistas y maximalistas. Al no poder resolver esta
brecha, la corriente maximalista fundó en 1921 el Partido Comunista de Italia).
A la inestabilidad social se sumaba la frustración por los resultados de la 1º Guerra Mundial. La indignación
de los nacionalistas se debió a la pérdida de Fiume (actual Rijeka) en la Paz de París.
El fundador del fascismo fue Benito Mussolini, procedente del ala más radical del Partido Socialista.
En 1919, fundó en Milán los Fascios Italianos de Combate (grupo paramilitar de carácter ultranacionalista
cuyos miembros se identificaban por su camisa negra). Su núcleo militar era muy heterogéneo (estaba
formado por antiguos anarquistas, ultraderechistas, etc).
Una de las primeras acciones violentas de los Fascios fue ejecutada por los escuadristas. Destruyeron en
1919 las oficinas del diario socialista Avanti, ya que consideraban que difundía sentimientos antinacionalis.
El movimiento fascistaera aún minoritario en 1919-1920, pero ante la creciente desconfianza de los italianos
hacia el régimen parlamentario, logró aumentar sus apoyos sociales, ya que veían en el movimiento fasciista
un instrumento de ‘’orden’’ que prometía poner fin a los conflictos sociales y al socialismo revolucionario.
Mussolini, consciente de la necesidad de consolidar estos apoyos, cambió de táctica: abandonó su tendencia
revolucionaria preparó al fascismo para su lucha revolucionaria, por lo que en 1921 transformó los fascios
en el Partido Nacional Fascista. Por otro, el fascismo se convirtió en un movimiento de represión de las
organizaciones obreras y campesinas (organizó escuadras de combate que atacaban las sedes de los
partidos de izquierda, los sindicatos y las cooperativas).
En agosto de 1922 los socialistas promovieron una huelga general contra la violencia fascista, aunque esta fue un
Fracaso.
Octubre de 1922, en una reunión del bando fascista en Nápoles, se decidió la ‘’Marcha sobre Roma’’ de los
escuadristas con el objetivo de exigir un gobierno con un mínimo de 6 ministros fascistas.
Esta marcha triunfó, por lo que el 29/10/1922 Victor Manuel III envió un telegrama a Musolini solicitando que
formara gobierno.
En los años 1922-1925 fueron cruciales para el paso del régimen liberal a la dictadura fascista. Al principio,
Mussolini organizó un Gobierno de coalición, y en 1924, tras la aprobación de una nueva ley electoral, los
fascistas y los partidos que apoyaban al Gobierno lograron la mayoría absoluta.
Tras estas elecciones, se produjo una crisis más grave del fascismo a raíz del asesinato del diputado socialista
Matteotti por bandas fascistas (este diputado había reclamado la nulidad de las elecciones porque el fascismo
había utilizado la violencia y la intimidación. Mussolini respondió acelerando la implantación de la dictadura).
Desde 1925-1926, Mussolini, sin oposición ningúna, desarrolló las llamadas ‘’leyes fascistísimas’’, que incluían
medidas diversas como la creación de la OVRA (policía política secreta), la eliminación de de los demás partidos
y sindicatos o la implantación de la censura de prensa. Desde ese momento los poderes de Mussolini fueron
ilimitados.
La fascistización del Estado condujo a un régimen totalitario de partido único (Partido Nacional Fascista), aunque
este era un mero órgano burocrático,ya que el poder residía en Musolini, asistido por el Gran Consejo Fascista.
La firma de los Pactos de Letrán (1929) consolidó el régimen y puso fin al litigio entre el Estado italiano y la Iglesia
Católica. Nació oficialmente el Estado del Vaticano, se reconoció la religión católica como la única del Estado, y la
religión volvió a ser obligatoria en las escuelas. A cambio, la Santa Sede reconoció al Estado fascista y la
capitalidad de Roma.
El Estado fascista aspiró a controlar la forma de pensar y las actividades de la población. Por ello, otorgó una gran
importancia a la educación, estableciendo leyes como que los niños entre 4 y 18 años debían formar parte de
organizaciones juveniles controladas por el partido, como la Obra Nacional Balilla.
El régimen fascista animó en teoría a las mujeres a salir del ámbito doméstico, pero la legislación laboral las
penalizó en el orden salarial. Además, la defensa de una política natalista reforzó su papel de esposa y madre.
Mussolini pretendió ejercer un control total sobre la cultura y los medios de comunicación mediante el Ministerio
de Prensa.
El fascismo optó además por el sistema corporativista. El Estado fascista pretendía organizar la economía y
gestionar las organizaciones sociales bajo el principio de colaboración de clases. Pero este sistema fue una
fachada que permitió al régimen controlar a estos grupos mediante el Ministerio.
El corporativismo se inició con leyes laborales como la Carta del Trabajo (1927).
El fascismo aplicó primero una política económica liberal favorable a las grandes empresas que dió paso en 1925
a una política intervencionista. Además, gracias al despliegue propagandístico, impulsó un conjunto de iniciativas
presentadas como ‘’batallas’’.
Tras la crisis de 1920 se optó por la autarquía. Se fomentó la concentración industrial y el 1933 se creó el IRI para
controlar la industria.
A partir de 1936 se diseñó una auténtica economía de guerra.