Portada » Otras materias » Optimización del Tiempo y Gestión de Agenda: Estrategias para la Productividad
Se deben identificar las horas de respuesta activa y aquellas con un rendimiento menor.
Es necesario clasificar las tareas y determinar cuáles se deben realizar. Luego, se valoran según:
Dos puntos de vista:
Aprender a decir NO:
Variable de dificultad: Conocerla permite distribuir las tareas en horas altas o bajas, ya que según la dificultad se necesita más concentración y esfuerzo.
Rompen el ritmo de trabajo y, si son continuadas, provocan errores y estrés.
Características:
Soluciones:
Realizar las tareas de una en una. Planificar las tareas por partes «si no se puede paralizar, tarde o temprano».
No mezclar ni traspapelar documentos, sobre todo debido a las interrupciones.
Cuando no tenemos claras las prioridades, somos incapaces de decir que no a una interrupción. Eso supone que vamos relegando la realización de nuestras tareas y pondremos como excusa las interrupciones de los demás. Ayudar siempre en las tareas de los demás hará que no seamos capaces de hacer las nuestras. No cumplir con las nuestras generará estrés.
Surge poco a poco, su resultado es una acumulación de tareas e incremento del cansancio. Para salir de este círculo, hay que planificar, unirlo con voluntad y completar un trabajo efectivo.
Si no priorizamos tareas, nos sucederá lo siguiente:
Para llevar una agenda, hay que colocar adecuadamente la información y consultarla para recuperarla.
Tipos de Agenda:
Partes Mínimas:
Realizar un plan temporal siguiendo las normas:
Materialización: Para que el plan de trabajo diario sea un éxito, primero elaboraremos un borrador de tareas y, después de depurarse, se concretará una distribución de tareas plasmadas según nos dicte el planning.