Portada » Magisterio » Optimización del Liderazgo en Actividades Físico-Deportivas: Modelos y Errores Comunes
Forma tradicional de dirigir grupos que gira alrededor del conocimiento que les proporciona el técnico. Basado en su autoridad como experto, las decisiones son tomadas por el técnico sin contar con el grupo. La creatividad e iniciativa del grupo es eliminada. El técnico es la única fuente de información. El grupo acata sus indicaciones y se comporta con gran disciplina.
También llamado participativo, permite y fomenta la participación del grupo, la investigación y la toma de iniciativas que él coordina. El técnico no pierde de vista los objetivos ni los contenidos, aunque puede cambiarlos si lo cree necesario para conseguir un clima de mayor participación. El técnico es el líder del grupo porque canaliza y controla todas las iniciativas del grupo. Este tipo de modelo funciona muy bien con grupos maduros, interesados en el conocimiento o progreso.
“Deja hacer” excesivamente a las personas que él debe dinamizar. No adquiere la responsabilidad de la organización y de la dirección del grupo, con lo que funciona de una forma bastante anárquica y desigual. Su actuación es bastante “invisible”. Es el menos recomendado por ser fuente de despreocupación, poca implicación y/o aburrimiento por parte de clientes y usuarios que no se sienten guiados ni atendidos.
El modelo más adecuado para un técnico es el participativo o democrático porque:
Intenta solucionar sobre la marcha las dificultades que se presentan. Es siempre un gran riesgo. Supone el comienzo de una escalada de improvisaciones al tener que hacer frente a nuevas dificultades que genera la propia improvisación. Puede afectar a las actividades, a la organización, a la metodología, a los materiales, etc.
La falta de informaciones y la parquedad en los mensajes emitidos hace que el usuario se encuentre desorientado ante las demandas de las actividades propuestas. Este error es muy frecuente cuando el técnico no contempla los diferentes niveles de desarrollo de los usuarios, cayendo en la emisión de informaciones únicas (pensadas para un determinado nivel de aprendizaje o capacidad).
Consiste en utilizar un tratamiento despersonalizado ante el usuario: emitir mensajes con un lenguaje excesivamente complejo, difícil y/o rápido. Se supone que la información se ha dado, aunque no se ha logrado el efecto deseado.
Situación que experimentan los usuarios cuando el técnico no se dirige a ellos en concreto y cuando piensan que el técnico no conoce sus avances o dificultades. Desconocimiento, que puede ser intencionado o no, que puede tener como efecto inmediato el abandono de la actividad por parte del usuario al no sentirse escuchado u orientado.
Sin que deba estar permanentemente innovando, parece aconsejable no quedarse estancado en lo mismo. La innovación es una fuente de motivación para algunos usuarios y el técnico debe estar al día de los avances reales en su campo para informar adecuadamente a sus clientes. La insistencia en las mismas actividades y métodos tiene el riesgo de convertirlo en un técnico desfasado, poco actualizado.
Se caracteriza por la excesiva centralización en la práctica de actividades a toda costa, sin la necesaria evaluación de riesgos y sin la necesaria adecuación a los objetivos. Afán por presentar actividades “muy activas”, “muy sudorosas” o “muy intensas” que pueden hacer perder los objetivos razonables para el ámbito en el que se encuentra: educativo o recreativo.
Es recomendable usar y estimular la disciplina y el orden, pero otra cosa es convertirlos en objetivos. Eso puede generar climas de obligación y/o frustración hacia los objetivos reales propuestos. Hay que insistir que el ámbito recreativo tiene como objetivos el disfrute, la alegría, la socialización y el mutuo respeto, a través de la práctica de las AFD.
Este error consiste en no plantear al usuario un sistema de evaluación acerca de sus actividades. Este sistema de evaluación persigue dar información al usuario acerca de sus avances, logros o retrocesos, con la intención de proporcionarle refuerzos ante el futuro, incentivando su participación.
El técnico debe estar informado de los avances científicos que en el mundo de las actividades físicas se produzcan (asistencia a congresos, suscripción a revistas científicas, etc.). El técnico ha de considerarse no como un “producto terminado” sino como en “continuo crecimiento”. Ha de intentar aprender cada día y ser receptivo ante cada nuevo conocimiento.