Portada » Diseño e Ingeniería » Optimización de Suelos para Cultivo: Sistematización y Manejo del Agua
Un buen manejo del agua se debe iniciar con la nivelación en cada cuadro (emparejamiento), de tal manera que la lámina de agua mantenga la misma profundidad, y se pueda bajar o subir de acuerdo a las necesidades del cultivo.
El levantamiento topográfico permite conocer en detalle las condiciones que se encuentra el campo respecto de bajos y altos y del diseño y número de los actuales pretiles. El topógrafo entregará una serie de antecedentes que permitirán hacer el futuro ordenamiento.
Con los datos obtenidos en el levantamiento topográfico, se hace un plano de campo en que se trazan líneas que unen los puntos que tienen igual altura o cota. A estas líneas se les denomina «curvas de nivel» y se representan en el plano de acuerdo a un orden de menor a mayor. La curva de nivel además indica la dirección de la pendiente, esto es, hacia donde baja o sube el suelo.
Los perfiles deben ser paralelos, curvos o rectos, evitando curvas innecesarias que solo perjudican al agricultor y disminuyen la eficiencia. El número de perfiles debe ser también el menor posible, de manera de contar con el máximo de superficie disponible para la siembra. Cuando se diseñan los nuevos pretiles se debe dejar una distancia entre ellos que corresponda a un número de pasadas de la trilladora. Una buena distancia entre los pretiles es aquella que permite al menos cuatro anchos de la máquina cosechadora, de esta forma se mejora la eficiencia y se bajan los costos.
En el diseño de los pretiles se debe perseguir que quede una diferencia de cota de 10 centímetros entre los cuadros. Esto significa que un cuadro debe quedar 10 centímetros más bajo que el cuadro anterior. La diferencia de altura entre un cuadro y otro puede ser menor en la medida que aumente la pendiente, pero siempre se debe recordar que interesa tener un mínimo de pretiles.
Después de diseñados los pretiles se hace su trazado en el potrero. Se dibujan primero con un arado de tiro animal y luego se construye, ya sea en forma mecánica o manual. Es aconsejable usar aquellos pretiles que coincidan con el nuevo pretil, pues en muchos casos los antiguos pretiles pueden ser adaptados a las nuevas condiciones.
Uno de los aspectos más importantes que se debe tener en cuenta en la adecuación de suelo es el diseño de sistema de riego. Este debe permitir la aplicación del concepto de manejo de agua, tanto durante la siembra como cuando se apliquen los herbicidas. Desde este punto de vista, es indispensable diseñar un sistema de riego que permita:
La adecuación de los suelos se completa con la nivelación de cada uno de los cuadros. Esta debe ser encomendada a un topógrafo, quien indicará los lugares desde donde se debe sacar y poner tierra.
Esto debe hacerse cuadro a cuadro, de forma de lograr que la superficie del suelo quede a cota cero, para que la altura del agua dentro del cuadro sea pareja.
La maquinaria que se emplee dependerá del tipo de cuadro y de su tamaño, aunque se pueden emplear los equipos comunes disponibles en el campo, como niveladoras o palas traseras.
El emparejamiento se puede hacer en seco o con los cuadros inundados.
En el primer caso, el levantamiento topográfico nos indicará el movimiento de tierra.
En el segundo caso el agua servirá de nivel e indicará los lugares de traslado de tierra. Otro método más preciso, que está en uso en muchos países, es la nivelación por láser.
Es fundamental incluir los caminos necesarios para la circulación de la maquinaria, como también para equipos de cosecha y camiones.