Portada » Lenguas extranjeras » Oposición al Franquismo: Estrategias y Protagonistas (1939-1975)
La oposición a la dictadura franquista (1939-1975), tanto dentro como fuera del país, se plasmó en diferentes aspectos, como la lucha guerrillera del maquis, las movilizaciones de los universitarios y de los obreros, o los grupos políticos opuestos al régimen, tanto del exilio republicano como del interior.
Desde un punto de vista cronológico, habría que referirse, en primer lugar, al fenómeno del maquis (Documento 1). Con antecedentes en la misma Guerra Civil (1936-1939), los llamados «fuxidos», que escapaban de la represión franquista, fueron organizándose con el paso del tiempo y, sobre todo, tras el final del conflicto, en partidas de guerrilleros, llevando a cabo una importante resistencia armada que se prolongaría hasta la década de 1950. La lucha armada contra la dictadura fue organizada por distintas formaciones políticas, destacando el Partido Comunista.
La guerrilla antifranquista fue muy intensa en diferentes zonas de la Península, llegando a contabilizar unos 10.000 efectivos, dedicándose a actividades insurgentes representativas de los movimientos de resistencia y lucha armada, protagonizando numerosos enfrentamientos con las fuerzas de orden público y llegando a preocupar en cierto grado a las autoridades franquistas. Precisamente, el auge del maquis coincidió en gran parte con la esperanza de la oposición antifranquista en que el régimen dictatorial del general Franco pudiese llegar a ser derribado por la fuerza.
A pesar de su destacable actividad a lo largo de la posguerra y de actuaciones salientables, el maquis tuvo que enfrentarse a la contundente respuesta por parte de la Guardia Civil y del ejército, y no llegó a tener el apoyo masivo de una población desmotivada políticamente y aterrorizada por la represión franquista. Hacia 1950, la actividad de la guerrilla iría descendiendo considerablemente y cambiando la lucha armada por una oposición más de tipo político.
El Documento 2 hace referencia a otro de los sectores representativos de la oposición antifranquista, el mundo universitario. El crecimiento económico del país a raíz del final de la autarquía y la puesta en marcha de la liberalización económica, trajo consigo un cambio social representativo, repercutiendo en la aparición de nuevos focos opositores a la dictadura, tanto entre las clases trabajadoras como entre los estudiantes universitarios. Paradójicamente, el crecimiento económico a finales de los años 50 trajo consigo el aumento del número de estudiantes en las universidades españolas, que pasaron a ser uno de los focos contestatarios del régimen, demandando libertades y derechos políticos.
En cuanto al Documento 3, este representa el papel de las fuerzas políticas opuestas al franquismo, tanto desde la clandestinidad del interior como desde los grupos del exilio. La durísima represión de la dictadura en la posguerra había desarticulado durante largo tiempo cualquier posibilidad de oposición política a aquella. Sin embargo, las fuerzas opositoras fueron capaces, progresivamente, de reorganizarse. Ya en los años 60, organizaciones políticas anteriores a la Guerra Civil, como el PCE y el PSOE, reforzaron su papel de opositores al régimen en la clandestinidad.
Uno de los hechos más significativos del papel de las organizaciones opositoras al franquismo fue el llamado «Contubernio de Munich», al que hace referencia dicho documento. En 1962, se reunieron en dicha localidad alemana, en el marco del IV Congreso del Movimiento Europeo, más de un centenar de personalidades y políticos españoles de casi todas las fuerzas opuestas al franquismo, tanto del interior (unos 80) como del exilio republicano, en un encuentro histórico entre representantes de los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil, con el fin de coordinarse frente a la dictadura. El gran impulsor de la reunión fue Salvador de Madariaga, participando igualmente en el encuentro José María Gil Robles (antiguo líder de la CEDA), el monárquico liberal Joaquín Satrústegui o el ex falangista y crítico con el franquismo Dionisio Ridruejo. La reunión quería debatir sobre el posible ingreso de España en la Comunidad Europea, argumentando los opositores que eso era imposible hasta que el país no tuviese un régimen democrático, al tiempo que se pedía a las instituciones europeas que presionaran en ese sentido al general Franco.
El régimen del general Franco recibió las noticias con estupor y preocupación, calificando dicha reunión de forma despectiva como un «contubernio o xuntanza de traidores a España», teniendo que exiliarse incluso figuras señeras como Dionisio Ridruejo o Gil Robles, o siendo desterrados varios de los participantes en la reunión a su vuelta al país. Además, se suspendió durante dos años la libertad de residencia recogida en el Fuero de los Españoles. Como conclusión, es indudable que las fuerzas de oposición antifranquista tuvieron un papel importante como factor de desgaste y erosión en la dictadura, así como de concienciación entre una población en gran medida a favor de un proceso democratizador, aunque hubo que esperar a la muerte del general Franco en 1975 para que se iniciase un proceso de transición pacífica con el fin de conseguir las libertades y derechos fundamentales negados por la dictadura durante casi 40 años.