Portada » Español » Objeto inmediato y dinámico ejemplos
Óscar Steimberg (GENERO ESTILO)
Género: lo define como clases de textos, es un principio de clasificación que está vigente en la sociedad.
Son clases de textos u objetos culturales, discriminables en todo lenguaje o soporte medíático que presentan diferencias sistemáticas entre si y que su recurrencia histórica instituyen condiciones de previsibilidad en distintas áreas de desempeño semiótico e intercambio social.
Constituyen opciones comunicacionales sistematizadas por el uso.
Estilo: son maneras de hacer. Es también un principio de clasificación, pero diferente del género.
Descripción de conjuntos de rasgos que por su repetición y su remisión a modalidades de producción carácterísticas, permiten asociar entre sí objetos culturales diversos, pertenecientes o no al mismo medio, lenguaje o género.
3 dimensiones:
Retórica, temática y enunciativa.
relacionada con la configuración formal del texto, ¿cuáles son las partes que constituyen el texto y cómo se relacionan entre sí? Todo lo que constituye las partes textuales y su relación. Considerar la retorica como la configuración formal.
Se la entiende como una dimensión esencial a todo acto de significación, abarcativa de todos los mecanismos de configuración de un texto que devienen en la combinatoria de rasgos que permiten diferenciarlo de otros.
Es aquella de un texto que hace referencia a acciones y situaciones según esquemas de representabilidad históricamente elaborados y relacionados previos al texto.
Los temas, son esos esquemas que ya vienen de la historia de los textos.
El tema se diferencia del contenido específico y puntual de un texto por ese carácter exterior a él, ya circunscripto por la cultura, y se diferencia del motivo, entre otros aspectos, porque el motivo si bien puede caracterizarse por una relación de exterioridad similar, sólo se relaciona con los sentidos generales del texto por su inclusión en un tema, y porque el tema sólo puede definirse en función de los sentidos del texto en su globalidad.
El motivo también es un esquema de representabilidad, está históricamente elaborado. Es reconocible dentro del fragmento textual.
El tema, es más abarcativo y el motivo está dentro del tema. Es metadiscursivo. Es una diferencia de parte a todo.
El contenido específico es lo que corresponde a un texto en particular y no lo comparte con otro. Cada texto resuelve el esquema de representabilidad.
se define como enunciación al efecto de sentido de los procesos de semiotización por los que en un texto se construye una situación comunicacional, a través de dispositivos que podrán ser o no de carácter lingüístico.
¿Qué es un signo?
Charles Peirce
Ofrece una explicación de los signos basada en un análisis de la experiencia consciente tomando como punto de partida sus 3 categorías universales. Estudia las 3 clases principales de signos (íconos, índices y símbolos).
El signo no se agota en su materialidad, es una relación lógica; debemos pensar al signo como una relación entre 3 componentes: representamen, objeto, interpretante.
Trabaja a partir de 3 categorías fenomenológicas (todo fenómeno puede ser considerado dentro de estas categorías):
Lo que es considerado en sí mismo, sin relación con otra cosa, fenómeno como posible, cualidad.
Considera al fenómeno en relación con otra cosa, en tanto existente o como hecho en bruto, es lo que existe.
El fenómeno es pensado en relación con una ley, con una regla. Ámbito del signo, fenómeno pensado en una relación triádica.
Las 3 configuran una relación de jerarquía, se incluyen la segunda con la tercera y la tercera con la segunda y la primera. La primera va por sí sola (no se incluye más que por sí misma). A través del cruce entre las 3 se obtiene una tipología del signo, siempre que se tengan en cuenta las restricciones de jerarquía. Se obtienen, 9 clasificaciones de signos.
Corresponde a la terceridad (el ámbito del signo)
1º modo en que el signo puede relacionarse con sí mismo y sin relación con ninguna otra cosa.
2º relación diádica—– del signo con su objeto
3º los 3 modos en que el signo se manifiesta en tanto relación triádica.
En la relación triádica que es un signo, es el signo el que determina los otros dos componentes (el objeto y el interpretante). Si se puede decir de un objeto que determina un signo, es porque el objeto mismo, como el representamen y el interpretante, es un signo.
Si se considera no el funcionamiento interno de cada tipo de composición triádica, sino la semiosis misma el engendramiento de los signos, entonces un signo es determinado por su objeto. Debido a que este objeto es en sí mismo un signo, produce otro signo del cual él es objeto, el cual signo será objeto de otro signo y así infinitamente. Un signo sólo puede ser determinado por un tercero, la semiosis está en relación con la primeridad y la segundidad como fenómenos (la función misma de los signos es producir esta relación), pero es irreductible a ellas: las 3 categorías son originarias, la terceridad no puede ser reducida a composiciones del orden de lo segundo. El universo de la semiosis es un universo cerrado.
Icono el signo está en lugar de su objeto en virtud de una semejanza (preservación de algunas cualidades), se asemeja a su objeto. Sirve para transmitir ideas de las cosas que representan imitándolas. Son simplemente, ideas pictóricas.
Índice, el signo está en relación con su objeto en la medida en que es una parte de ese objeto. (Parte de un todo). Guarda una relación existencial. Muestra algo sobre las cosas por estar físicamente conectados con ellas.
Símbolo, el signo está en lugar de su objeto en virtud de una ley, de una regla. Los símbolos son modos de relación entre el signo y su objeto. El símbolo es aplicable a todo lo que puede encontrarse que realiza la idea conectada con la palabra, no identifica, por sí misma, esas cosas. El símbolo está conectado con su objeto en virtud de la idea de la mente que usa símbolos, sin la cual no existiría tal conexión.
* Según Peirce, el objeto puede considerarse como inmediato o dinámico.
Llamamos al modo de representación del objeto en el signo, el objeto inmediato.
Pero el signo no sólo representa su objeto de una cierta manera, también representa su propia relación con el objeto; contiene una representación de segundo grado, una representación de la relación entre la representación y el objeto. Es impuesta a cada signo particular por el funcionamiento de la semiosis. (Corresponde a una realización significante)Llamamos al desbordamiento del signo por el objeto, desbordamiento que también debe estar representado en el signo, el objeto dinámico.
Se constituye en la semiosis, se constituye históricamente.
“La semiosis social (cap.3-4-5-6)” Elíseo Verón.
Sentido como estado. Sentido como concepción relacional del mismo. Esta manera de concebir tiene como consecuencia una metodología.
La propuesta metodológica de Elíseo Verón es una propuesta relacional-comparativa. Basada en el principio de la diferencia, se relaciona con la idea de que el estatuto semiótico no es estable, sino que depende de otra cosa.
Es el objeto con el que nos vamos a enfrentar: sistema de relaciones, no analizamos al texto sino el proceso del que forma parte.
Puede combinar materialidades heterogéneas. Ese paquete, ese conjunto de materialidades no significa nada en sí misma, y no forma parte de un proceso. No está vinculada a ningún tipo de práctica.
– Idea de signo de Peirce. Articular principios generales del modelo triádico.
Verón diferencia entre Texto y Discurso, el texto es un paquete de materia significante, mientras que el discurso es un modo de abordaje de los textos.
El funcionamiento del texto a partir de las relaciones con otros textos. Texto como producto que resulta de un proceso. A medida que varían las producciones del mecanismo productivo, varía el producto.
Se trata de concebir los fenómenos de sentido como apareciendo bajo la forma de conglomerados de materias significantes, y como remitiendo al funcionamiento de la red semiótica conceptualizada como sistema productivo. El sentido es un efecto de un sistema productivo, el acceso a la red semiótica implica un trabajo de análisis que opera sobre fragmentos extraídos del proceso semiótico. Se trabaja sobre estados que sólo son pedazos del tejido de la semiosis.
es un conjunto de hipótesis sobre los modos de funcionamiento de la semiosis social. Por semiosis social entiendo la dimensión significante de los fenómenos sociales: el estudio de la semiosis es el estudio de los fenómenos sociales en tanto procesos de producción de sentido. Reposa sobre una doble hipótesis:
1. Toda producción de sentido es necesariamente social: no se puede describir ni explicar un proceso significante, sin explicar sus condiciones sociales productivas.
conjunto de determinaciones presentes en el proceso a partir del cual fue generado un texto o un discurso.
Determinaciones que dan cuenta de las restricciones de generación de un discurso o de un tipo de discurso. (Las operaciones de producción son anteriores)
Todas las determinaciones u operaciones que regulan al origen-nacimiento de esos textos.
Son determinaciones que están presentes en el proceso que regulan las lecturas o los efectos discursivos (su destino, su uso respecto a las de producción).
Determinaciones que definen las restricciones de su recepción.
*El estatuto semiótico de un texto no se agota con las condiciones de producción. El estatuto semiótico no está determinado por las condiciones de producción y de reconocimiento, sino por la doble relación entre condiciones de producción y de reconocimiento, que se denomina a esa relación “circulación”.
Funcionamiento semiótico del texto, del signo. El funcionamiento social no es inherente al texto, va a cambiar dependiendo de las relaciones con otros textos.
Se pueden prever un campo de efectos posibles. Prever un conjunto de efectos posibles pero no puedo saber cuál va a ser ese efecto.
Temporalidad de sentido, semiosis social infinita, debe ser controlada por prácticas sociales. Campo de efectos posibles, Quiere decir que podemos contar con una descripción relativamente adecuada de la clase o de las clases de textos que nos interesan en cuanto a la producción, pero eso no nos permite deducir los efectos. Hay todo un campo de efectos, el resultado es que este esquema es asimétrico porque, respecto de un objeto dado y de un tipo de discurso determinado, podemos obtener un conjunto de reglas que describa las propiedades pertinentes de dicho objeto desde el punto de vista de la producción.
Nuestro análisis es relacional.
El texto debe relacionarse con las condiciones de producción y de reconocimiento.
– En la primera tríada el discurso de referencia es interpretante respecto a sus condiciones de producción.
– En la segunda triada el texto de referencia es representamen respecto a sus condiciones de reconocimiento.
Todo texto según bajo la condición que se observa, forma parte de las condiciones de producción o de reconocimiento. Conjunto de condiciones de reconocimiento: abierto e infinito.
Principio básico de la metodología que plantea Verón. Es un principio comparativo. No hay posibilidad de análisis fuera de la comparación, la comparación tiene por objeto dar cuenta del proceso. El principio de la diferencia es un principio comparativo donde se comparan discursos anteriores y posteriores en el tiempo. Los discursos se materializan en textos.
Comparo sus propiedades (aquello que Verón llama “marcas”)
Las marcas son propiedades textuales, hacen a la materialidad. Se establecen relaciones con las condiciones de producción y de reconocimiento. Es cuando la marca se convierte en huella.
La huella es la operación analítica.
Comparto textos o discursos. Textos a partir de propiedades que los constituyen como tales. Estas propiedades significantes, Verón las llama Marcas.
Una marca es una propiedad significante, la marca lo hace diferente a otro texto, pueden tener propiedades en común. Estas marcas, resultan del proceso productivo.
La huella es una operación analítica de relación que hace el analista cuando establece una relación entre la marca y sus condiciones productivas. Es una herramienta del analista.
Cuando verifico las condiciones de producción con la marca, se produce la huella.
Identificar técnicas o géneros determina tipologías:
4 niveles:
* Tipos discursivos: grandes clasificaciones sociales de los discursos, grandes regiones de tipos de discursos (ej: religioso, científico, político)
* Determinaciones de dispositivos: determinaciones técnicas (ej: gráfico, radiofónico, televisivo) Presupone saberes y prácticas sociales productivas y de reconocimiento acerca de saberes técnicos. Determinar el funcionamiento técnico o tecnológico.
*Determinaciones genéricas: se determina el hecho de que sea texto o no. (se distingue la telenovela, de los noticieros, del reallity)
Siempre los géneros se articulan o tienen relaciones con ciertas técnicas.
*Determinaciones estilísticas- de estilo- : se distinguen “maneras de hacer”. (ej: telenovela clásica o posmoderna)
Cada nivel presupone saberes tanto de condiciones de producción como de reconocimiento.
Propone una distinción entre observador de primer orden y observador de segundo orden.
El primero equiparado con el actor social y el segundo con el científico social.
Todo observar presupone un trazo de límites a partir de los cuales el observador puede observar algo distinto a sí mismo. Toda observación constituye el estado incompleto de las observaciones pues se elude a sí misma y a la diferencia constitutiva de la observación.
– El observador de primer orden observa el mundo, puede observar todo salvo su propia actividad de observación (queda fuera al observador observando) siempre hay punto ciego, algo que no se puede ver.
Vive en un mundo transparente como si no hubiera mediación entre él y lo que observa, no percibe el carácter histórico, cree en el mundo que está observando. No puede dar cuenta de las operaciones que pone en funcionamiento mientras observa.
Las operaciones se vuelven visibles para otro observador, uno de segundo orden).
La observación de primer orden es señalamiento, distinción en todo aquello que no está señalado, la mirada se mantiene sobre la cosa. El observador mismo y su observación se mantienen inobservados.
El observador de primer orden se concentra en aquello que observa y vive o actúa dentro de un horizonte de relativa poca información.
– El observador de segundo orden puede observar las operaciones que determinan la observación de primer orden. “El mundo no puede ser observado desde afuera, no existe ningún sujeto extramundano”.
Percibe la improbabilidad de la observación de primer orden. Cada movimiento realizado es improbable si se considera como selección obtenida de entre todas las demás posibilidades.
La observación de segundo orden se distancia del mundo hasta llegar finalmente a omitir su unidad y abandonarse a lo que le aparece “valor propio” en el proceso recursivo y dinámico de la observación de observaciones.
Para la observación de segundo orden se hace observable la inobservabilidad de la observación de primer orden, bajo la condición de que el observador de segundo orden (como observador de primer orden) no pueda observar su observación, ni pueda observarse a sí mismo como observador. Esto lo puede señalar un observador de tercer orden.
– Posición de analista corresponde al observador de segundo orden.
La posición del analista es metadiscursiva, pero se constituye de reconocimiento para otro analista, que está analizando el análisis del otro.
El actor social es el soporte de la semiosis social.
El científico social (Heinich), es el observador de segundo orden (Luhmann) y el analista asumiendo una posición metadiscursiva (Verón).
ejerce las categorías sin percibir su carácter contingente.
cambia la manera de concebir la naturaleza de la frontera categorial.
esencialista: están naturalmente dadas. Constructivista: son un invento del lenguaje.
Verón “Cuando leer es hacer(enunciación enunciado)
Conviene no separar el concepto de enunciación del par de términos enunciado/enunciación. El orden del enunciado es el orden de lo que se dice, la enunciación corresponde no al orden de lo que se dice, sino al decir y sus modalidades, a las maneras de decir.
– La definición enunciado/enunciación representa la circulación.
En un discurso, las modalidades del decir construyen, dan forma a lo que llamamos el dispositivo de enunciación. Este dispositivo incluye:
1. La imagen del que habla “el enunciador”. Se trata del lugar que se atribuye a sí mismo quien habla. Relación del que habla con lo que dice.
Las lecturas aparecen determinadas socialmente a partir de acuerdos sobre géneros, sobre estilo.
– Todo soporte de prensa contiene su dispositivo de enunciación. En el caso de la prensa gráfica llamaremos a este dispositivo de enunciación “el contrato de lectura”.
Habla en términos del mercado, las variaciones en el contrato de lectura, en términos de compra. Cambio en el modo enunciativo, modifica el decir.Todo texto periodístico, presupone una lectura, un reconocimiento.
Conjunto de operaciones que socialmente determinan una lectura.
– Las operaciones que se toman en consideración deben ser regulares, deben constituir invariantes, modalidades de discurso que se repiten y que, dan cierta estabilidad a la relación soporte/lector.
Un análisis del dispositivo de enunciación, es lo que Verón denomina análisis de producción, pero el contrato se consuma, en el momento de la lectura: en reconocimiento.
En el contrato de lectura hay una proposición de cierta relación (voy a decir algo, el otro va a entender lo que digo). La tapa de la revista constituye “una promesa de lectura”.
Para verificar el cumplimiento del contrato de lectura, propone hacer un análisis de esa lectura. Analiza si la lectura es la que estaba prevista o no. Diagnosticar la distancia entre el destinatario previsto y el destinatario real (el consumidor de la revista).
En la tapa se privilegian los recursos enunciativos en función del destinatario, se exacerba el contrato de lectura. Lo que crea el vínculo entre el soporte y su lector es el contrato de lectura.
El destinatario es definido como alguien motivado por una intención apropiativa y práctica, el hecho de que el destinatario evalúe cada elemento, con miras a una posible utilización, es la cuestión esencial.
La posición de enunciación pedagógica define al enunciador y al destinatario como desiguales:
El primero muestra, explica, aconseja, el segundo mira, comprende, saca provecho. La posición de enunciación distanciada y no pedagógica induce cierta simetría entre el enunciador y el destinatario: el primero al exhibir una manera de ver las cosas, invita al destinatario a adoptar el mismo punto de vista, o a apreciar la manera de mostrar tanto como lo que se muestra.
Verón “El análisis del contrato de lectura”
La relación entre un soporte y su lectura reposa sobre lo que llamaremos el contrato de lectura. El discurso del soporte por una parte, y sus lectores, por la otra. Ellas son las dos partes entre las cuales se establece un nexo, el de la lectura.
El éxito de un soporte de la prensa escrita se mide por su capacidad de:
+ proponer un contrato que se articule correctamente a las expectativas, motivaciones, intereses y a los contenidos del imaginario de decible visual.
+ hacer evolucionar su contrato de lectura de modo se seguir evolucionando socio-cultural de los lectores preservando el nexo.
+ modificar su contrato de lectura si la situación lo exige, haciéndolo de una manera coherente.
La primera cuestión es saber por cuales mecanismos y en qué nivel de funcionamiento del discurso de un soporte de prensa se construye el contrato de lectura.
El análisis del contrato de lectura permite determinar la especifidad de un soporte, hace resaltar las dimensiones que constituyen el modo particular que tienen de construir su relación con los lectores.
En recepción, la lectura no reside solamente en los contenidos, reside en los contenidos siempre tomados a cargo por una estructura enunciativa donde alguien (el enunciador) habla y donde un lugar preciso le es propuesto en tanto destinatario. Hipótesis del lector.
Existen dispositivos de enunciación propios de los textos audiovisuales. Uno de ellos es el noticiero televisivo.
Entre las marcas de enunciación que definen al género, hay uno que antecede: “los ojos en los ojos” (eje T-T). Consiste en la mirada del presentador enunciador sobre el telespectador alrededor del cual se organiza el noticiero televisivo (tiende a desficcionalizar el discurso). Adquiere el estatuto de conector, es decir, se instala así un contrato de lectura y es este recurso el que marca los roles de los actores de la comunicación. Las miradas fuera del eje se transforman en operaciones de transición o articulación. Crea además una sensación de “confianza” que es la condición previa sobre la que se basa el discurso informativo. Actualmente al recurso para crear un vínculo y confianza, que es el Eje T-T, se le han sumado carácterísticas metonímicas (movimientos corporales) del enunciador.
Existen tres órdenes fundamentales sobre los que se organiza el noticiero: la palabra, la imagen, y el contacto, es decir, la confianza. Y a su vez apela a dos funciones primordiales: Convencer (a través de vías raciones, pruebas, evidencias), y conmover (vías emocionales, narraciones, testimonios).
Los noticieros como discursos comunicacionales, trabajan recursos tendientes a la captación del televidente, a crear un contrato de lectura estable, que es posible identificarlos en términos de reglas retóricas, temáticas y enunciativas.
Hablar de discurso político supone que existen discursos que no son políticos. Ahora bien, esa tipología no existe todavía. El trabajo sobre el discurso político se ha desarrollado entonces sobre la base de ciertas intuiciones y a partir de sentido común, que consiste en asociar el concepto de “discurso político” a la producción discursiva articulada a las instituciones del Estado. El concepto de “político”, como se ve, califica en dos instancias diferentes, por un lado discursos, por el otro instituciones. Pero debemos estar en condiciones de transformar la categorización intuitiva inicial, y llegado el caso, abandonarla. Pues la caracterización de un tipo de discurso supone trabajar en varios niveles al mismo tiempo.
En primer lugar, lo que se trata de conceptuar no es un discurso, sino un campo discursivo, procesos de intercambio discursivo. En segundo lugar, la definición del “tipo” supone la definición de un “núcleo” invariante y de un sistema de variaciones. En tercer lugar, la descripción de intercambios discursivos implica que trabajamos en diacronía: los intercambios ocurren en el tiempo. Y una misma estrategia varía a lo largo del tiempo. En cuarto lugar, hay diferentes modos de manifestación de un cierto “tipo” de discurso: los discursos sociales aparecen materializados en soportes significantes que determinan las condiciones de su circulación.
La cuestión del adversario significa que todo acto de enunciación política supone necesariamente que existen otros actos de enunciación, reales o posibles, opuestos o propios. Todo acto de enunciación a la vez es una réplica y supone (o anticipa) una réplica. En consecuencia, podemos decir que el imaginario político supone no menos de dos destinatarios: un destinatario positivo y un destinatario negativo, y se dirige a ambos al mismo tiempo.
El lazo con el primero reposa en la creencia presupuesta, pues el destinatario positivo corresponde a un receptor que participa de las mismas ideas, que adhiere a los mismos valores, es el partidario o “prodestinatario”. La relación entre el enunciador y el prodestinatario cobra la forma de una entidad que llamaremos colectivo de identificación. El colectivo de identificación se expresa en el “nosotros” inclusivo.
El destinatario negativo está excluido de este colectivo y lo llamaremos “contradestinatario”. El lazo con este reposa en la hipótesis de una inversión de la creencia. En verdad ese “otro” es la presencia de la lectura destructiva que define la posición del adversario.
También hay un tercer tipo de destinatario, este “tercer hombre” es aquel que se mantiene, en cierto modo, “fuera de juego”. La posición de los “indecisos” tiene, en el discurso político, el carácter de una hipótesis de suspensión de la creencia. Designaremos esta posición como la posición del “paradestinatario”. A él va dirigido todo lo que es del orden de la persuasión. .
El discurso político está habitado por varios tipos de entidades:
El colectivo de identificación aparece también en el plano del enunciado, en la medida en que, habitualmente, se lo designa de manera explícita en el discurso (nosotros). Estos colectivos son entidades enumerables que admiten la fragmentación y la cuantificación.
Entidades, también enumerables, que designan colectivos que no funcionan como operadores de identificación sino que corresponden a entidades más amplias que los colectivos y que el enunciador político coloca habitualmente en posición de recepción (ciudadanos, trabajadores, argentinos). Se trata de colectivos asociados habitualmente al paradestinatario.
Entidades que llamaremos meta-colectivos singulares. Singulares porque no admiten la cuantificación y la fragmentación, metacolectivos porque son mas abarcadores que los colectivos propiamente políticos (el país, el estado, el mundo, el pueblo).
Ciertas formas nominalizadas que el enunciador utiliza para ritmar sus argumentos. Se trata de expresiones que adquieren una cierta autonomía semántica respecto del contexto discursivo (la participación, la otra política, el desorden, la decadencia). La función de estas entidades es de poseer un valor metafórico respecto del conjunto de la doctrina de un enunciador.
Formas nominales que poseen un poder explicativo, son verdaderos operadores de interpretación: su utilización supone un efecto inmediato de inteligibilidad (la crisis, el imperialismo).
Estas entidades intervienen en la construcción del enunciador y de los destinatarios. Lo interesante es que poseen diferentes propiedades “lógicas” que determinan lo que podríamos llamar “leyes de composición”. A determinado destinatario, determinada entidad.
En el plano del enunciado, el segundo nivel fundamental es el de los componentes.
Este nivel opera como articulación entre el enunciado y la enunciación, puesto que los componentes definen las modalidades a través de las cuales el enunciador construye su red de relaciones con las entidades del imaginario. Distinguiremos 4 componentes: descriptivo, didáctico, programático e interpelativo. Hay que entender estos componentes no como elementos aislados sino como zonas del discurso. A su vez, el prodestinatario, el contradestinatario y el paradestinatario tendrán uno u otro componentes como lugar privilegiado de manifestación.
Es aquel en que el enunciador político ejercita la constatación: balance de una situación. Aquí predominan los verbos en presente del indicativo. Comporta con frecuencia a la vez una lectura del pasado y una lectura de la situación actual. A su vez el enunciador político se construye a sí mismo como fuente privilegiada de la inteligibilidad de la descripción y de las numerosas modalizaciones apreciativas.
Corresponde a la modalidad del saber. A través de este el enunciador político enuncia un principio general, no describe una coyuntura específica, sino que formula una verdad universal. Acá las marcas de la subjetividad son mucho menos frecuentes: los principios se enuncian en el plano intemporal de la verdad.
Entreteje lo que es del orden del deber, del orden de la necesidad deontológico. Dicha necesidad aparece como de carácter impersonal, como un imperativo universal. El enunciador puede, sin embargo, marcarse como fuente expresiva de la regla deontológico enunciada. Aunque el enunciado de la regla puede también cobrar la forma de un principio impersonal.
En este se manifiesta el peso del futuro en el discurso político. Es aquí donde el hombre promete, anuncia, se compromete. Se caracteriza por el predominio de las formas verbales en infinito y en futuro. El componente programático es del orden del poder hacer.
Enunciar una palabra política consiste en situarse a sí mismo y en situar 3 tipos de destinatarios diferentes, por medio de constataciones, explicaciones, prescripciones y promesas, respecto de las entidades del imaginario: por un lado respecto de aquellas entidades con las cuales el enunciador busca construir una relación –los metacolectivos- y por otro respecto de la entidad que funda la legitimidad de la toma de palabra, el colectivo de identificación. He aquí una primera forma a la “intuición” que nos lleva a hablar de discurso político. Aunque el marco conceptual trazado es insuficiente. Lo que caracteriza la especifidad del discurso político es cierta configuración de operaciones discursivas, uno de cuyos aspectos fundamentales es el de las operaciones enunciativas.
VERON DE LA IMAGEN AL DISCURSO
Comienza hablando de Roland Barthes que comienza publicando en 1960 un artículo en una revista francesa que hablaba de la fotografía periodística y luego fue analizando otros fenómenos de masas. En el mismo número Christian Metz, escribía su artículo sobre la problemática en cuanto al cine, y ese artículo se constituiría en la “semiología del cine”.
En el caso de Barthes se anuncia el mensaje fotográfico y se termina hablando de la fotografía periodística; se anuncia la retórica de la imagen y se termina analizando una publicidad. Metz en cambio habla y se interroga sobre el cine. Por medio de estos se le daba nacimiento a la semiología.
También era la época del estructuralismo triunfante. La lingüística estructural aparecía como el paradigma de las ciencias sociales. De ahí que todo los nuevos objetos eran procedentes de la lingüística. Uno de los postulados saussureanos que heredó el estructuralismo es que la lengua es una institución y por ende un objeto sociológico, la lengua era la fuente ideal de donde extraer los signos. La palabras de Chomsky ya estaban inmersa en esta ciencia, solo que no había llegado a Francia.
El estancamiento estructuralista se desvanecerá a mediados de 1970 cuando Metz, comenzara ha notar y analizar la cuestiones que están en juego en una semiología de las imágenes, en fin el movimiento que se dio en 1960 sirvió para el estudio de los discursos sociales. La supuesta universalidad de una teoría lingüística ha sido transferida con exceso a objetos que no pueden separarse de prácticas sociales específicas; esta fracasó.
Metz dice la noción visual en su sentido totalitario es una fantasía, una ideología y la imagen no existe. Las imágenes continua Metz, no podrían evitar caer en los juegos del sentido que reglamenta la sociedad. Desde el instante mismo en que la cultura se apodera(y está presente en el espíritu del creador de imágenes) del texto icónico, aparece en la impresión de la figura y el discurso. La semiología de la imagen no puede desarrollarse sino dentro de una semiología general. Metz llama a la fotografía, historietas, cine, tv.
Por otra parte están los géneros como la publicidad.
A partir de que Metz publicó la inútil búsqueda de unidades mínimas en 1970, se afirma que no es necesario conocer los códigos para analizar las imágenes, para lograr algo que corresponda al orden de disposición operativa, o organización significante, es necesario partir del mensaje. El análisis del mensaje es el paso previo indispensable antes de establecer las reglas significantes; son los mensajes los que construyen el seno de la historia y la sociedad.
Estos cinco niveles: los tipos de discurso(publicidad, político, informativo); los soportes tecnológicos(la pintura, fotografía, cine pueden mezclarse entre sí); los medios(Tv., el cine, la radio es un conjunto de tecnología sumada a las practicas sociales de producción y apropiación de esta); los géneros L(referencia al origen literario del concepto, entrevista, reportaje, ficción); los géneros P(referencia al producto, lo que uno compra y consume del mercado cultural; periódicos, series, novelas). Estos 5 niveles se entrecruzan libremente y están vinculados con las prácticas sociales que organiza la discursividad.
El término fotografía que define una técnica y la identificación de un soporte técnico no basta para identificar una discursividad social. En la chambre claire se especifican tres clases de fotos: la fotografía artística, la de utilización privada(de aficionado o familiar) y la de reportaje. Esta última se la puede tomar y la primera pueden tomarse como un medio, ya que se la utiliza para informar.
La fotografía en su carácter hace referencia a la realidad pasada, es decir al tiempo pasado; es una emanación de lo real pasado. Una de las condiciones de la foto es su función indicadora antes que por su nza. Icónica, con lo cual da prioridad al tiempo y no al espacio
A mediados del Siglo XIX nace un soporte: la fotografía. E inmediatamente queda atrapada en los remolinos de la sociedad y la cultura. La imagen fotográfica se reproduce a voluntad y lo privado pasa a lo público; desde entonces pasa a formar parte de los medios, la foto es destemporalizada. Esta hizo posible de hacer público lo privado y el soporte fotográfico permite representar aquello de comunitario que tiene lo privado.
Hoy los medios suministran la parte esencial de la materia partiendo de la cual los individuos estructuran su singularidad. Y dentro de esta materia la fotografía cumple una función fundamental. Una de las consecuencias que esta sufríó fue su mediatización, con respecto a la información.
Llamo fotografía testimonial a la foto tomada en un reportaje en vivo. Esta foto está ahí por la captación del acontecimiento del que se habla en el texto que la acompaña. En el momento que se consume por primera vez esa imagen, es presente puro es el haber estado allí. El periódico, el género P es el que está más vinculado a la imagen testimonial.
Estas construyen una red cognitiva que articula la temporalidad del mundo con la biografía del individuo. Por otro lado, a veces una foto testimonial se la puede usar después de haber pasado mucho tiempo y por segunda o tercera vez, es decir se la puede utilizar descontextualizándola es decir con otro texto y otro sentido.
Esta son fotos tomadas pero con preparación y producción, son las fotos que suelen verse en la revista Gente. La pose es un regalo que le hace el personaje fotografiado al fotógrafo y por su intermedio al lector; y el texto que acompaña la foto dice que esta fue producida por y para, es una pose firmada por la marca. Estas foto pueden volver a usarse en otras notas.
Se rata de imágenes que son cuasi conceptos, que encarnan clases lógicas. Opera la dimensión categorizadora de la evolución individualista: la fotografía es solo un soporte a través el cual el lector reconoce su problema, que comparte con otros de la sociedad. En esta imagen el haber estado allí se perder por completo, en este caso el tiempo no pasa ya que el problema esta allí. Por ej: la foto de una mujer sentada sola en un pub y le ponen una leyenda que dice “mujeres, la generación sin marido”.
La semiología es una técnica de análisis de corpus(cuerpo), la semiosis, quedó señalado por Peirce es una teoría global de la sociedad y de la cultura, localizada en la producción de sentido, esta debe conceptualizarse con la historia de la antropología, sociología, ciencias políticas y economía.
Los movimientos de convergencia(ir a un mismo punto) entre la producción y la recepción de discursos, se busca la articulación entre la oferta y la demanda. El otro movimiento es la divergencia(apartarse de una línea o cosa) que es el resultado de la evolución de la sociedad que no esta determinada, y que aumenta el desfase entre la producción y el sentido. Debemos aprehender a ver las configuraciones entre la convergencia y la divergencia. Las propiedades semiológicas de los discursos carecen de interés en sí mismas: sólo son el producto de la semiosis cultural.