Portada » Lengua y literatura » Novelas de Realismo mágico
Durante la segunda mitad del Siglo XX la narrativa hispanoamericana tuvo un desarrollo extraordinario. Su éxito internacional se demuestra con la concesión del Premio Nobel a Miguel Ángel Asturias, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa.
Su origen está en los años cuarenta, con la superación del Realismo tradicional que se había centrado en tres grandes temas: la grandiosidad de la naturaleza (Doña Bárbara de Rómulo Gallegos), la explotación de los indígenas (El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría) o las convulsiones históricas como la Revolución Mexicana (Los de abajo, de Mariano Azuela). Esta superación viene determinada por la asimilación de la renovación de la narrativa occidental (Faulkner, Hemingway, etc.) y por la influencia de las vanguardias de los años veinte, especialmente del Surrealismo. Durante los años cuarenta y cincuenta se concreta en tres manifestaciones: el Realismo fantástico de Borges, el existencialismo de Juan Carlos Onetti y Ernesto Sábato, y el Realismo mágico de Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Juan Rulfo, que llegará a su cima con García Márquez.
El Realismo fantástico de Borges (Ficciones, El Aleph) surge de la intuición de que «es dudoso que el mundo tenga sentido» o de que podamos comprender la realidad donde resulta que cualquier cosa puede ser posible. Sus cuentos son parábolas o apólogos donde aborda temas como el tiempo cíclico, la muerte, la identidad, el sentido de la vida, la naturaleza de la realidad, elementos fantásticos, mitos clásicos y símbolos como el laberinto, la biblioteca, el espejo o el tigre.
Juan Carlos Onetti es el creador de un espacio mítico donde expresa una visión profundamente pesimista del sentido de la vida, con unos personajes que persiguen una ilusión absurda (La vida breve).
Ernesto Sábato expresa una visión angustiada de la existencia: la soledad, la incomunicación, la locura, el mal, etc. (El túnel).
El Realismo mágico surge de las vanguardias europeas de los años veinte que posteriormente Alejo Carpentier actualizará bajo el nombre de «lo real maravilloso». Lo maravilloso surge de «una inesperada alteración de la realidad”. Su origen está en el pensamiento mágico y mítico de las culturas indígenas o africanas, en la tradición popular religiosa e incluso en las crónicas de los conquistadores. La realidad queda enriquecida por una perspectiva de carácter mítico. El Realismo mágico aúna la realidad y la magia, y el mundo real y la maravilla. (El siglo de las luces, Los pasos perdidos). Destacan:
Miguel Ángel Asturias al que el Surrealismo le hará tormar conciencia de la cultura indígena maya. Su obra se caracteriza por la reivindicación de estas culturas y por la denuncia de la explotación neocolonialista y las dictaduras. El Señor Presidente inaugura la novela de dictador, que será cultivada por Roa Bastos (Yo el Supremo), Alejo Carpentier (El recurso del método), Vargas Llosa (Conversación en la Catedral) o García Márquez (El otoño del patriarca). Por último Juan Rulfo, autor de El llano en llamas, centrado en el mundo rural mexicanoy Pedro Páramo. En sus obras hay alternancia de narradores y dislocación temporal, pero destaca la concisión narrativa a base de elipsis y el lenguaje popular.
Boom es una onomatopeya que hace alusión al extraordinario éxito editorial que en la década de los sesenta alcanza la novela hispanoamericana. A ello contribuye el carácter cosmopolita de sus componentes y una potente industria editorial en Bueno Aires y en Barcelona, sede de la editorial Seix Barral. Allí también reside la agente literaria de muchos de ellos, Carmen Balcells. Los integrantes mantienen estrechas relaciones de amistad hasta que se distancian a causa de su posicionamiento político.
Los autores que se consagran en esta década y en la siguiente son José Lezama
Lima (Paradiso), Guillermo Cabrera Infante (Tres tristes tigres), Augusto Roa Bastos (Hijo de hombre) y José Donoso (Historia personal del boom)
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El éxito de la nueva novela lo inaugura Carlos Fuentes con La regíón más transparente. Se caracteriza por la experimentación con las nuevas técnicas narrativas y por su análisis de la realidad mexicana
Julio Cortázar es el heredero del Realismo fantástico de Borges y del Surrealismo. Se caracteriza por aunar el humor y la experimentación. Es el autor de una de las novelas más originales que supone la ruptura con la tradición realista: Rayuela.
El último reconocimiento del boom ha sido el Premio Nobel a Vargas Llosa en 2010. Inicia su carrera literaria con La ciudad y los perros, caracterizada por la ausencia de elementos mágicos, pero por una prodigiosa capacidad de fabulación y un gran dominio técnico, con que logra renovar el Realismo y denunciar las lacras de la realidad. Otras novelas son La casa Verde y Conversación en la Catedral, entre otras.
Tendencias de la aportación de la narrativa hispanoamericana:
Una superación del Realismo tradicional al proponer un concepto más amplio de realidad que incorpora lo mítico, lo mágico, lo fantástico, lo insólito.
Un intenso pesimismo, que deriva de la imposibilidad de comprender la realidad, y que enfatiza temas como la incomunicación, la soledad, el absurdo de la existencia, la violencia.
El recurso al humor, satírico (Vargas Llosa), metafísico (Cortázar) o lúdico-lingüístico (Cabrera Infante) y al erotismo (Vargas, Onetti).
El abandono de la narración lineal, la subversión del tiempo cronológico lineal, la creación de espacios imaginarios, la tendencia a reemplazar al narrador omnisciente con narradores múltiples y el empleo de elementos simbólicos.
La figura más popular de la narrativa hispanoamericana, es Gabriel García Márquez nacido en Aracataca en 1927, su niñez transcurrirá en casa de sus abuelos, circunstancias que constituyen la base de su universo literario y que aparecen en su obra. Se dedicó al periodismo, y obtuvo un gran éxito con el reportaje Relato de un náufrago. En 1982 obtuvo el premio Nobel de Literatura.
En los cuentos y novelas que escribe va configurando su peculiar universo literario (Los cuentos de Los funerales de la Mamá Grande, las novelas La horajasca, La mala hora y El coronel no tiene quien le escriba).
Cien años de soledad significa la consagración del Realismo mágico como gran aportación a la literatura y a la cultura universal, y es, junto con el Quijote, la novela más importante en lengua castellana. En ella, conviven hechos históricos como las guerras civiles colombianas, la explotación de la compañía bananera y la masacre de obreros que han hecho huelga. Trata lo paranormal humorístico, lo paródico religioso, las lluvias y huracanes, lo ultraterreno… Todo ello contado por un narrador omnisciente que crea un segundo autor, el gitano Melquíades.
Otras obras posteriores son El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera. Todas ellas confirman la maestría de uno de los grandes narradores del Siglo XX.