Portada » Español » Novela existencial de los años 40
tema 11
1 Sociedad y cultura
1.1 La llegada de la democracia El dictador Francisco Franco muere el 20 de Noviembre de 1975. Dos días después ocupa la jefatura del Estado Juan Carlos I, a quien Franco había designado como su sucesor, pero el monarca nombra Presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, quien lidera una serie de cambios que llevan al país a una reforma política. Se legalizan los partidos políticos, hasta entonces clandestinos1 , y se celebran las primeras elecciones a Cortes en 1977. En 1978 se aprueba en referéndum la nueva Constitución democrática, que consolida el Estado democrático de derecho, la monarquía parlamentaria y la división de la administración del Estado en 17 comunidades autónomas. Tras el intento fallido de Golpe de Estado del 23 de Febrero de 1981, en posteriores convocatorias electorales el país alcanza una total normalización democrática y se va perfilando el mapa político español, marcado por un claro bipartidismo: el electorado orienta mayoritariamente su voto hacia el centro-derecha (UCD, AP, ahora el PP) y la izquierda socialdemócrata (PSOE). En las comunidades históricas (Cataluña, País Vasco) tienen gran fuerza los partidos nacionalistas, algunos de los cuales defienden planteamientos independentistas (CiU, ERC, BNG, PNV, EA, la ilegalizada HB). Los atentados terroristas de ETA no cesaron al llegar la democracia, sino que han seguido siendo uno de los grandes lastres que arrastra la todavía joven democracia española. 1.2 Modernización A lo largo de estos años, España ha ido experimentando una gran modernización y un notable desarrollo económico. Se ha incorporado a organizaciones internacionales como la OTAN y la Uníón Europea. Militares españoles han participado en numerosas misiones de paz en zonas en conflicto y políticos españoles han dirigido importantes instituciones europeas. En estos años de democracia, se ha producido una incorporación cada vez mayor de la mujer a la vida pública y al mundo del trabajo y de la cultura. En la última década, sobre todo, la sociedad española, que había visto cómo muchos miles de compatriotas tenían que emigrar a países más ricos para ganarse la vida, ha vivido el fenómeno contrario: la llegada de numerosos inmigrantes, procedentes del Este de Europa, del Norte de África y de Hispanoamérica, que, atraídos por la mayor prosperidad económica, buscan en nuestro país un futuro mejor. 1.3 Cultura en libertad El régimen de libertades que garantiza la Constitución de 1978 supone un cambio importante para la cultura española. Hay que destacar como hecho más importante la desaparición de la 1 Fue muy polémica la legalización del Partido Comunista de España (PCE), en 1977, que provocó el recelo de los militares más partidarios del régimen franquista. Tema 11: La literatura de la democracia 2 censura2 de la prensa, la literatura, el teatro y el cine, que permite a los creadores expresar sus ideas con total libertad. La libertad de prensa también permite la aparición de una crítica literaria y artística libre. La democracia también permite que se consolide la apertura de la cultura española a nuevas tendencias que vienen de Europa, de América, etc. Además, se difunden las obras de los autores que habían permanecido en el exilio. Otro aspecto reséñable es la extensión de la alfabetización a la práctica totalidad de la población, lo que permite el acceso a la cultura de muchas más personas. A ello hay que añadir la labor que el Ministerio de Cultura, las Consejerías de las distintas comunidades autónomas y los Ayuntamientos realizan en apoyo a la cultura en general. En estas décadas es necesario destacar la influencia e importancia del cine y la televisión en la cultura y en su difusión. Además, en los últimos años, Internet aporta una nueva dimensión global a la difusión de la cultura. Centrándonos más en el mundo de la novela, hay que destacar el impulso que recibe de los grandes grupos editoriales (Alfaguara, Anagrama, Planeta, etc.), que han consolidado su implantación en el mercado hispanoamericano, además de España. A todo esto hay que añadir la importancia de los premios literarios, algunos de ellos con gran dotación económica, convocados por editoriales o por instituciones públicas o privadas (Planeta, Nadal, Alfaguara, Primavera, Herralde, Fernando Lara, etc.).
2 La novela desde 1975 En 1975, Eduardo Mendoza (1943) publica La verdad sobre el caso Savolta, que supone, olvidando el experimentalismo, un retorno al gusto de contar historias y que, aunque mantiene muchas de las carácterísticas de la novela renovadora, incide en la trama, la peripecia argumental y carga de intriga el argumento, iniciando así un proceso de acercamiento al lector y un considerable éxito de público en la narrativa de los últimos años. Los elementos más notables de la narrativa reciente son los de la narrativa tradicional: argumento comprensible, personajes definidos y estructura simple y lineal. De manera general se pueden observar las siguientes líneas narrativas: la novela de intriga, generacional, histórica, nuevas formas de Realismo, experimentalismo, intimismo o novela estilística. En general, los nuevos novelistas que se dan a conocer en los últimos veinticinco años del siglo enlazan con la renovación iniciada en los sesenta y siguen siendo muy sensibles a la influencia de las literaturas europea e hispanoamericana. 2.1 Carácterísticas Como rasgos comunes a la mayoría de los narradores podemos señalar los siguientes: 2 Mucha gente esperaba que la desaparición de la censura franquista sacaría a la luz una infinidad de obras que se habrían escrito en la clandestinidad. Sin embargo, esto nunca ocurríó, sino que sólo se recuperaron algunas novelas y obras de teatro. Tema 11: La literatura de la democracia 3 • Un sentimiento de desencanto, tras los anhelos de transformación del mundo (Mayo del 68, las ilusiones puestas en la transición democrática, etc.). • Distanciamiento de los problemas colectivos, del compromiso político. • Reaparición de las preocupaciones existenciales y la intimidad. • Tono desenfadado y humorístico en muchas creaciones como muestra del escepticismo y el desencanto. • El cansancio de los excesos de la experimentación y la vuelta al relato tradicional y al argumento, desde una óptica irónica y distante. • La excesiva complacencia en lo personal. No se realiza un análisis complejo del mundo, ni hay personajes de envergadura: el narrador suele ser el protagonista. • La influencia de los medios de comunicación, que impulsan el gusto por géneros como la novela-reportaje, siguiendo el esquema del periodismo de investigación, y la cultura de masas. • La atención a lo formal: son obras bien escritas, pero no profundizan en las posibilidades creativas del lenguaje. El estilo es realista y tradicional y se utiliza la frase corta, lo que supone una menor dificultad para el lector. • Los espacios oscilan entre lo conocido (la ciudad de provincias, el bario, etc.) y lo cosmopolita y exótico. 2.2 Tendencias de la narrativa española a partir de 1975 La amplísima nómina de novelistas actuales y la ausencia de perspectiva histórica hacen que no sea fácil establecer una clasificación por subgéneros, estilos, temas, ideologías, etc. Una clasificación (pueden hacerse otras muchas, igualmente válidas,) puede ser la siguiente: 2.2.1 Novela histórica. Se vuelve al pasado histórico, distanciándose de los hechos con una intención paródica. Destacan Eduardo Mendoza, con La verdad sobre el caso Savolta (1975); Julio Llamazares, con Luna de lobos (1985); Terenci Moix, con No digas que fue un sueño (1986); Gonzalo Torrente Ballester, con Crónica del rey pasmado (1989); Miguel Delibes, con El hereje (1998), Arturo Pérez-Reverté, con El maestro de esgrima (1988), etc. 2.2.2 Novela intimista Se vuelve a lo privado y al análisis psicológico de los personajes. Se recrea la infancia y la juventud de una manera lírica, ubicándolas a veces en espacios rurales y legendarios. Entre otros autores y títulos podemos citar a Adelaida García Morales, El sur (1983); Juan José Millás, El desorden de tu nombre (1988); Luis Landero, Juegos de la edad tardía (1989); Javier Marías, Corazón tan blanco (1992); Almudena Grandes, Malena es un nombre de tango (1994); Manuel Rivas, El lápiz del carpintero (1998); Soledad Puértolas, La señora Berg (1999), etc. 2.2.3 Metanovela Supone una reflexión sobre los aspectos textuales de la creación novelística. Torrente Ballester, La isla de los jacintos cortados (1981); Álvaro Pombo, El hijo adoptivo (1984); Antonio Muñoz Molina, Beatus ille (1986), etc. 2.2.4 Novela neorrealista o neocostumbrista Situada en un espacio conocido como la ciudad de provincias, el campo o la gran urbe. Hay que citar a Luis Mateo Díez, con La fuente de la edad (1986); Miguel Delibes, Diario de un jubilado (1994); José Ángel Mañas, Historias del Kronen (1994); Lucía Etxebarría, Beatriz y los cuerpos celestes (1996), etc. 2.2.5 Novela policíaca Casi siempre está influida por la novela y el cine negro norteamericano. Tiene una intriga poderosa que atrae al lector. Manuel Vázquez Montalbán y su serie sobre el detective Carvalho, en la que destaca Asesinato en el Comité Central (1981), es uno de los principales representantes. Podemos sumar a la larga lista de autores a Lorenzo Silva, con su novela El alquimista impaciente (1999), o a Antonio Muñoz Molina, con Plenilunio (1997). En clave paródica destacan las novelas de Eduardo Mendoza El misterio de la cripta embrujada (1978) y La aventura del tocador de señoras (2000). 2.2.6 Novela de crítica política Refleja la desilusión ideológica de los años ochenta y noventa. Destacaremos a Juan José Armas Marcelo, con Los dioses de sí mismos (1989); Juan Madrid, Días contados (1995). 2.3 Algunos nombres propios en la narrativa contemporánea • La ya mencionada La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza (1943), que inaugura una nueva etapa narrativa, y que continuó con otras novelas también excepcionales: El misterio de la cripta embrujada (1978), La ciudad de los prodigios (1986), La isla inaudita (1989), Una comedia sentimental (1997) y La aventura del tocador de señoras (2000).
2.3 Algunos nombres propios en la narrativa contemporánea • La ya mencionada La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza (1943), que inaugura una nueva etapa narrativa, y que continuó con otras novelas también excepcionales: El misterio de la cripta embrujada (1978), La ciudad de los prodigios (1986), La isla inaudita (1989), Una comedia sentimental (1997) y La aventura del tocador de señoras (2000). Su última obra es Tres vidas de santos (2009). • Manuel Vázquez Montalbán (1939-2003), poeta “novísimo” conocido por su narrativa y, sobre todo, por sus novelas policíacas protagonizadas por el detective Carvalho (Asesinato en el comité central, Los mares del sur, Lo pájaros de Bangkok, El premio), y que ha cultivado también la novela política y el ensayo. Una de sus obras más celebradas es Galíndez (1990). • Francisco Umbral (1936-2007): sus obras se sitúan en la confluencia entre la ficción, la autobiografía, la crónica periodística o el ensayo. Su novela se caracteriza por su riqueza léxica y su variedad de tonos, que van desde el lirismo y la ternura a la crítica y al cinismo. Destacamos Mortal y rosa (1975), emotivo libro sobre la muerte de su hijo, y Las señoritas de Avignon (1995). • Antonio Muñoz Molina (1956) incide en la línea de la novela de intriga. Sus obras se caracterizan por el Realismo, la intriga, el argumento bien estructurado y la riqueza de su escritura. Entre otras, cabe destacar El invierno en Lisboa (1987), Beltenebros (1989), El jinete polaco (1991), Plenilunio (1995) y Sefarad (2001). Su última novela es La noche de los tiempos (2009). • Javier Marías (1951), cuya narrativa mezcla magistralmente intimismo e intelectualismo, y en el que pesa, sin duda, su formación anglosajona, la minuciosidad del detalle y las digresiones morosas que surgen del pensamiento de los personajes. El hombre sentimental (1986), Todas las almas (1989), Corazón tan blanco (1992) y Mañana en la batalla piensa en mí (1995) son algunas de sus novelas. Sus últimas obras forman una trilogía, titulada Tu rostro mañana (2002-2007). Tema 11: La literatura de la democracia 5 • Almudena Grandes (1960) se dio a conocer en 1989 con la novela erótica Las edades de Lulú, ganadora del premio “La sonrisa vertical”. Posteriormente, su narrativa se ha centrado en el análisis psicológico de personajes contemporáneos y cotidianos, en novelas de gran formato, como Malena es un nombre de tango (1994), Atlas de geografía humana (1998) o Los aires difíciles (2002). Ha hecho incursiones en la novela corta, con desigual fortuna, en Castillos de cartón (2004) y Estaciones de paso (2005). En su última novela, El corazón helado (2007), aborda el tema de la Guerra Civil y la posguerra. • Juan José Millás (1946) trata fundamentalmente los problemas existenciales de una generación, la del 68: en La soledad era esto (1990, Premio Nadal), el fracaso idealista deja paso al poder del dinero; destacamos también El desorden de tu nombre y Tonto, muerto, bastardo e invisible (1995). Recibíó el premio Planeta 2007, con su novela El mundo. La lista —inmensa— puede completarse con los siguientes novelistas: Luis Goytisolo (1935), Arturo Pérez Reverté (1951), Juan Manuel de Prada (1970), Rosa Montero (1951), Luis Mateo Díez (1942), Luis Landero (1948), Adelaida García Morales (1945), Álvaro Pombo (1939), Julio Llamazares (1955), José Mª. Merino (1941), Félix de Azúa (1944), Javier Tomeo (1932), Lourdes Ortiz, etc. Autores más veteranos, como Luis Goytisolo, ocupan su lugar dentro de esta lista junto a los más jóvenes creadores, como José Ángel Mañas (1971), Lucía Etxebarría (1966) o Espido Freire (1974). 2.4 El cuento contemporáneo Muchos de los narradores actuales más conocidos han publicado cuentos de gran calidad. Desde la segunda mitad del Siglo XX, su evolución como género narrativo ha sido imparable, gracias en parte al éxito que el relato corto ha tenido en Hispanoamérica (Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Juan Carlos Onetti…). En España destacan autores de posguerra como Miguel Delibes o Camilo José Cela, y narradores de los años cincuenta, de entre los que sobresalen Medardo Fraile e Ignacio Aldecoa. Este género alcanza su mayor auge en las dos últimas décadas, gracias al apoyo de las editoriales, que sacan a la luz nuevas colecciones, y de la prensa y revistas especializadas en este género. De este modo, escritores como Javier Marías, Soledad Puértolas, Javier Tomeo, Álvaro Pombo, Luis Mateo Díez, Manuel Rivas y Bernardo Atxaga, Juan José Millás, entre otros muchos, han contribuido a modernizar el género con una gran diversidad de temas y estilos.
3 Tendencias y autores del teatro actual. La política teatral de las décadas de democracia, especialmente desde 1983, tras la llegada del PSOE al Gobierno, se caracteriza por tres líneas de actuación: 1. Creación de leyes que apoyan al teatro, garantizando, entre otras cosas, la libertad de expresión. 2. Restauración de teatros históricos y construcción de nuevos coliseos, dotados de la más moderna tecnología escénica. 3. Creación de organismos de apoyo al teatro, como el INAEM (Instituto Nacional para las Artes Escénicas y la Música), del que dependen el CDN (Centro Dramático Nacional) o la Compañía Nacional de Teatro Clásico. 4. Programación de importantes festivales de teatro, como los de Mérida o Almagro. El teatro actual necesita las subvenciones para subsistir, y por otro lado, falta ayuda privada, tanto de empresarios teatrales como de empresas patrocinadoras. A estas circunstancias hay que añadir la descentralización de la gestión cultural, en manos no sólo del Ministerio de Cultura, sino también de las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos. En este sentido, en Castilla-La Mancha, hemos de destacar la restauración y modernización de teatros como el Teatro de Rojas, en Toledo, o el Teatro Circo de Albacete, así como numerosos teatros y auditorios situados en diferentes localidades, todos ellos de titularidad pública (autonómica o municipal). En cuanto a la difusión teatral, la Red de Teatros lleva representaciones diversas a muchas ciudades de la regíón. El teatro siempre ha estado en crisis3 , pero últimamente parece más acertada que nunca esa expresión: se premian y editan obras que, finalmente, no son llevadas a escena; los montajes son austeros, casi espartanos; los teatros privados sobreviven gracias a las subvenciones de la administración (aunque hay excepciones como el madrileño Teatro de la Abadía4 o el Teatre Lliure en Barcelona) y es en las salas alternativas donde, con el apoyo de un público joven, se está abriendo un camino a la evolución de la escena española. Lo cierto es que apenas hay obras de autores españoles —sobre todo, obras nuevas— en la cartelera actual. Los rasgos y autores del actual teatro español serían: • Un teatro anticonvencional, de la mano de autores como Francisco Nieva (1929), cuyas obras se caracterizan por el erotismo provocador, la sátira y la desmesura verbal y escenográfica. Señálamos Delirio del amor hostil (1978), Caperucita y el otro (1997), Pelo de tormenta (1997) y La vida calavera (1998). • Retroceso de las vanguardias y retorno a una línea de teatro tradicional, en el que han triunfado autores como Fernando Fernán Gómez, con Las bicicletas son para el verano (1982), de un depurado Realismo. • Teatro que conecta con los jóvenes y aborda realidades como la droga o la delincuencia, con José Luis Alonso de Santos (1942) y sus obras La estanquera de Vallecas (1981), Bajarse al moro (1985), Pares y Nines (1991), Yonquis y yanquis (1996). En esta línea también destacan Fermín Cabal (1948) con obras como Esta noche, gran velada (1983), Travésía (1993), y Castillos en el aire (1995) y José Sanchís Sinisterra (1940) cuyos personajes preferidos son actores de teatro; así, en Ay, Carmela, (1986), El retablo de El Dorado (1993) y El cerco de Leningrado (1994). • La línea de teatro lúdico y circense que están llevando a cabo grupos como los citados de Els comediants y La Fura dels Baus.
4 La poesía actual: tendencias entre las últimas generaciones de poetas. La poesía española contemporánea tiene su punto de partida en el grupo de los “novísimos” 5 . Son un grupo de poetas que, con una educación sentimental y unos referentes culturales diferentes a las generaciones anteriores, inician una importante renovación temática y formal para nuestra creación poética. El nombre procede de la antología publicada en 1970 por José María Castellet, bajo el título de Nueve novísimos poetas españoles. Forman parte del grupo autores como Manuel Vázquez Montalbán, Antonio Martínez Sarrión, José Mª Álvarez, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Vicente Molina-Foix, Guillermo Carnero, Ana Mª Moix y Leopoldo María Panero, nacidos entre 1939 y 1948. A la vez o unos años después de los “novísimos” se dieron a conocer otros poetas como José Miguel Ullán,, Antonio Carvajal, Antonio Colinas, Jenaro Talens, Clara Janés, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Jon Juaristi, Jaime Siles, Andrés Trapiello, Julio Llamazares, Blanca Andreu, Clara Rossetti, Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Almudena Guzmán… Esta poesía española es rica en cantidad y calidad. La crítica discute actualmente por dónde van las tendencias o grupos y destaca los siguientes: • Neosurrealismo. Se destacan los elementos irracionales del lenguaje. Blanca Andreu (1959) con De una niña de provincias que se vino a vivir en un Chagall (1981) se convirtió en emblema de esta corriente. • Refinamiento veneciano, como se denomina a una línea decadentista y esteticista, que arranca de Gimferrer y continúa con Jenaro Talens o Luis Antonio de Villena. • Culturalismo. Así se denomina a una corriente de poesía que se inspira en la propia poesía, o en el arte en sus diversas manifestaciones, y que puede ser de carácter clasicista. Antonio Colinas (1946) con Sepulcro en Tarquinia (1975), Luis Antonio de Villena (1951), que defiende un hedonismo narcisista en Viaje a Bizancio (1978), Luis Alberto de Cuenca (1950) bucea en la literatura antigua en Scholia (1975) y nos remite al cine o la novela negra en El otro sueño (1987). Narratividad. Lenguaje directo para una poesía que cuenta una historia. Destacamos a Almudena Guzmán (1964) con Usted (1986). • Barroquismo, que tiene sus raíces en el XVII, con Antonio Carvajal (1943) y Extravagante jerarquía (1983). • Poesía de la experiencia, o de la nueva sentimentalidad, que representan Luis García Montero (1958) —El jardín extranjero (1983) o Habitaciones separadas (1906)—, Jon Juaristi y Miguel D’Ors. Esta poesía abarca un gran espectro temático que incluye desde los hechos cotidianos y la realidad urbana al más profundo intimismo o la preocupación por el paso del tiempo y su influencia en las personas y las cosas. La presencia de la anécdota conduce muchas veces a poemas narrativos. Su estilo se basa en el lenguaje conversacional y el monólogo dramático.