Portada » Español » Novela existencial de los años 40
El ambiente de libertad en el que comenzó a desarrollarse la cultura española tras la muerte de Franco , permitíó un mejor conocimiento de la literatura española en Europa y de la literatura occidental en España. A ello contribuyó significativamente la desaparición de la censura, la recuperación de la obra de los escritores exiliados y un mayor conocimiento de la narrativa de otros países.
Es difícil establecer objetivos o propósitos comunes en los novelistas de las dos últimas décadas del Siglo XX. Entre otras razones, debido a la proliferación de obras, la convivencia de diversas generaciones y tendencias y la falta de perspectiva histórica. De manera muy general se puede observar un alejamiento del experimentalismo y una vuelta al interés por la anécdota, la recreación de tipos y la reconstrucción de ambientes; en suma, se trata de una recuperación de la narratividad, encabezada por Eduardo Mendoza en La verdad sobre el caso Savolta (1975). La novela se desarrolla en la Barcelona de 1917-1918, en la cual Javier Miranda –el protagonista– se ve envuelto en la muerte del industrial Savolta. Mendoza utiliza tres puntos de vista diferentes: el del protagonista (1ª persona), el narrador omnisciente, y los documentos del juicio. Señálamos a continuación brevemente las principales líneas de la novela a partir de 1975 hasta nuestros días, así como algunos de los autores y títulos más significativos: •
Simbiosis entre la narración de la historia (creación) y el proceso seguido para la construcción de la misma (crítica). Esta manifestación de la literatura dentro de la literatura define la mayoría de las novelas de Juan Goytisolo y de su hermano Luis Goytisolo, de José María Merino (La orilla oscura) y Juan José Millás (El desorden de tu nombre), entre otros.
La novela lírica. La novela lírica o poemática centra su interés en un mundo más sugerente que concreto, con un personaje-símbolo y una mayor tendencia al lenguaje poético. Es la modalidad preferida por Francisco Umbral (Mortal y rosa) y la carácterística esencial de la narrativa de Julio Llamazares (La lluvia amarilla). Dentro de ese mismo género podemos encontrar otros afines, como el relato de aprendizaje, el memorialismo y la autobiografía. Aspectos a los que responden muchas de las novelas de Javier Marías (Todas las almas, Corazón tan blanco, Mañana en la batalla piensa en mí).
• La novela histórica.
Novelas ambientadas en el pasado, desde el más lejano (El maestro de esgrima o la serie del Capitán Alatriste, de Pérez Reverté) al más próximo: la Guerra Civil (Octubre, Octubre, de José Luis Sampedro), los años de la dictadura franquista, la transición política…
• La novela de intriga.
Mezcla esquemas policíacos con aspectos políticos e históricos. La serie de novelas sobre el detective Carvalho o Galíndez (1990) convierten a Manuel Vázquez Montalbán en el escritor más representativo; aunque no es el único, ya que de algunos elementos de este género también se han servido Eduardo Mendoza (La ciudad de los prodigios) y Antonio Muñoz Molina (El invierno en Lisboa y Beltenebros).
• La novela de enfoque realista.
Tras el furor del experimentalismo, algunos autores han vuelto a recuperar para la novela el arte de narrar. Eso sí, desde una perspectiva mucho más amplia y abierta, que abarca también el mundo onírico, irracional o absurdo
• La novela culturalista.
En los últimos años han aparecido una serie de autores jóvenes que hacen una novela que se ocupa de analizar y explicar diferentes aspectos de la cultura occidental desde unas posturas bastante eruditas. Eso es lo que hace Juan Manuel de Prada con Las máscaras del héroe o La tempestad. Otra tendencia en la novela de los autores más jóvenes es la de hacer una novela que trata los problemas de la juventud urbana con una estética muy cercana a la contracultura (Historias del Kronen, de José Ángel Mañas, Ray Loriga con Héroes o Lucía Etxebarría en Amor, curiosidad, prozac y dudas).
Debemos tener en cuenta que muchas de las novelas y novelistas citados participan, a la vez, de más de una de las carácterísticas señaladas, por lo que se les podría incluir en más de una tendencia. En suma, dos son los aspectos más significativos de la novela española en los últimos treinta años:
a. El carácter aglutinador. Acoge prácticamente todas las tendencias, modalidades, discursos, temas, experiencias y preocupaciones personales.
b. La individualidad. Cada novelista elegirá la orientación que le resulte más adecuada para encontrar un estilo propio con el que expresar su mundo personal y su particular visión de la realidad
No debemos olvidar que la mujer adquiere cada vez más importancia en el terreno de la narrativa; aunque pertenecientes a distintas generaciones, podemos destacar nombres como Ana María Matute, Rosa Montero, Josefina Aldecoa, Almudena Grandes, Dulce Chacón, Maruja Torres, Soledad Puértolas, Alicia Giménez Barlett, etc. Tampoco hay que olvidar la narrativa en otras lenguas peninsulares, con autores como Manuel Rivas (que escribe tanto en gallego como en castellano), Bernardo Atxaga (en euskera y castellano), los hermanos Terenci Moix y Ana María Moix o Quim Monzó (los tres en catalán y castellano) Como resumen, desde la publicación de La verdad sobre el caso Savolta (1975), los escritores van a ir ensayando subgéneros muy populares -frente al experimentalismo de los años 60 y 70–y se van a ir alejando de los estrictos sistemas ideológicos de la novela social (los buenos obreros y campesinos frente a los crueles patronos). Tenemos así dos carácterísticas muy claramente destacadas en la novela española actual: el eclecticismo y la posmodernidad (entendida como renuncia a cualquier interpretación totalizante del mundo, con una actitud bastante escéptica, que evita la definición ideológica y ensalza lo ligero, lo leve, lo íntimo). Hay que tener en cuenta además la convivencia de varias generaciones: por un lado, Francisco Ayala, Camilo J. Cela, Miguel Delibes, Sánchez Ferlosio o Juan Marsé, y por otros escritores como Javier Marías, Muñoz Molina, Juan José Millás o Luis Landero. Pero quizás el fenómeno más novedoso e interesante sea que una buena parte de la prosa narrativa breve (cuento y microrrelato), de las entrevistas, crítica y debates, que generan estas obras y sus autores, se esté anticipando en los blogs, por lo que es necesario seguirlos con atención.