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Los medios de comunicación y un mundo
Editorial cada vez más plurales, donde la censura ya no tiene cabida, harán el
Resto, dando a conocer a nuevos escritores y promoviendo la lectura mediante
Colecciones literarias (especialmente de novela)
, como es el caso de la famosa
Colección de novela erótica de “La sonrisa vertical”. Una sociedad cada vez más
Abierta y más plural alienta una novela igualmente abierta y plural,
Caracterizada sobre todo por su fecunda diversidad. Dentro de ello, podríamos
Observar algunas constantes que, en algunos casos, ya estaban presentes en la
Generación inmediatamente anterior, “generación del 68”, en la que habían
Brillado autores como Francisco Umbral o Manuel Vázquez Montalbán. Es el caso
De la recuperación de la historia o argumento como elemento fundamental de la
obra (algo que había pasado a un segundo lugar durante los años 60 a favor del
Lenguaje y las innovaciones en la estructura) y la recuperación asimismo de
Ciertos géneros que hasta entonces habían sido un tanto menospreciados, como la
Novela policíaca, la novela erótica, la novela de ciencia ficción, la novela de
Humor, etc.; en ocasiones, creando géneros híbridos tal como hace Eduardo
Mendoza con algunas de sus novelas donde mezcla la novela policíaca y la novela
De ciencia ficción con el humor (El misterio de la cripta embrujada o Sin
Noticias de Gurb, respectivamente). Eduardo Mendoza es quizás el mayor
Representante de esta nueva generación de escritores (denominados a veces con
El término de “promoción del 75”): su novela La verdad sobre el caso Savolta,
Aparecida justamente en el 75, pone en sí misma de manifiesto esa evolución, al
Percibirse en ella la transformación desde una “novela estructural”, al estilo
De las que caracterizaron la década anterior, a una novela de corte más
Tradicional, como va a ser carácterístico a finales del s.XX.
Otras tendencias
Vienen determinadas probablemente por la influencia de la novela extranjera y
Por las nuevas inquietudes que se suscitan en la sociedad. Así ocurre con la
Novela histórica en diversas orientaciones que van desde el Egipto faraónico de
Terenci Moix (No digas que fue un sueño) o la saga narrativa que escribirá
Arturo Pérez Reverté sobre el capitán Alatriste, cuya historia es ambientada en
El Siglo XVII, hasta épocas más cercanas como la Barcelona de finales del XIX y
Principios del XX que nos aparece en La ciudad de los prodigios (Eduardo
Mendoza) o incluso los años de la II República y de la Guerra Civil, como
Ocurre con escritores de la talla de Muñoz Molina (La noche de los tiempos) o
Almudena Grandes (Corazón helado), dos de los novelistas más interesantes de
Finales del Siglo XX y principios del XXI.Dentro de esta tendencia,
Revitalizado en los últimos tiempos, no puede olvidarse la presencia de autores
De gran interés como Javier Cercas (Soldados de Salamina) y Dulce Chacón (La
Voz dormida) o, más reciente, Rafael Trapiello, con obras que, ya en el siglo
XXI, abordan el tema de la Memoria Histórica (Ayer no más). Otras tendencias
También van a caracterizar el final del Siglo XX como son la novela de la
Memoria, en la que se explora el mundo de los recuerdos de forma más o menos
Lírica (La lluvia amarilla, de Julio Llamazares, o El jinete polaco, también de
Muñoz Molina, serían dos buenos ejemplos) o el mundo de la sensibilidad
Femenina y el nuevo papel que la mujer juega en la sociedad, con autoras como
Rosa Montero o Lucía Etxebarría. Finalmente, conviene consignar algunas otras
Tendencias de notable interés como la novela erótica (Almudena Grandes, sin ir
Más lejos, se dio a conocer con una novela publicada en “La sonrisa vertical”
Que años después fue llevada al cine, titulada Las edades de Lulú) o que
Aborda, desde distintas perspectivas y formas, el tema sexual (Coños, de José
Manuel de Prada), sin olvidar la novela que narra el conflicto generacional
(Miguel Ángel Mañas y su Historias del Kronen, también llevada al cine). El
Hecho de que muchas de estas obras (Obabakoak, Soldados de Salamina, Las edades
De Lulú, Historias del Kronen, El capitán Alatriste…) hayan sido adaptadas al
Cine, muestra la vinculación que la novela de este periodo ha mantenido con la
Sociedad de su tiempo.
t.10 novela española
Posterior a 1940 y hastala novela que
Se estudia en este es el de la que se desarrolla durante el franquismo, un
Largo periodo dominado por un régimen totalitario que dura casi 40 años. Tras
La derrota de la República en la Guerra Civil, la represión de la dictadura
Militar triunfante va a ser feroz: ejecuciones sumarias, encarcelamientos,
Establecimiento de una férrea censura…al tiempo que una fuerte ideologización
Del régimen, sustentada en la Falange y el fascismo español. Todo ello, unido a
Una situación económica y social de absoluta penuria, nos trasladan a un
Escenario desolador. De hecho, para muchos estudiosos, la literatura que se
Hace fuera de España (la literatura del exilio) es en los años 40 superior a la
Que se hace en el interior. No en vano, una de las carácterísticas de la
Literatura, sobre todo de los años 40 y 50, es su pervivencia de la literatura
De la España peregrina, dramático testimonio de un país que se ha desangrado en
Una guerra civil de la que, además, salíó vencedor el bando más intolerante, el
Que se sublevó en armas contra un régimen de libertades y que acabó para
Siempre con una de las páginas más gloriosas de nuestra cultura y nuestra
Literatura, la de Machado y Lorca, la de Juan Ramón y Unamuno…
Los años 40 son muy duros para
España. Recién terminada la Guerra Civil, y con el régimen de Franco sediento
De sangre, Europa se despedaza en la II Guerra Mundial. Son momentos inciertos
Para el régimen que aspira a afianzarse en el interior, eliminando cualquier
Vestigio republicano, al tiempo que mira de reojo lo que está sucediendo fuera.
En este contexto, aparece una generación nueva de escritores, la Generación del
36, que alberga diferentes tendencias en su seno pero que, en conjunto,
Presenta un modelo narrativo de corte tradicional y clásico, tanto en el
Contenido como en la forma (narrador ominisciente en 3ª persona, etc.), con
Temas que casan bien con la moral nacionalcatólica imperante (en el tema
Amoroso, en el religioso, en el de la Guerra Civil visto desde una perspectiva
Muy maniquea…).
Es un tipo de novelas, además, que va a potenciar el régimen
Desde las instituciones con premios, etc. Pero que, a pesar de ello, presenta
Tendencias muy interesantes como un cierto criticismo hacia la burguésía
Conservadora en autores como Ignacio Agustí (Mariona Rebull) o la
Tendencia existencial en Carmen Laforet (Nada). Pero lo más atractivo
Sin duda es la aparición del a veces denominado “Grupo de los Mayores” (Cela,
Delibes, Torrente Ballester), que se irán convirtiendo con el tiempo en los
Tres referentes indispensables de la novela en la segunda mitad de siglo,
Especialmente Camilo José Cela, que ya con La familia de Pascual Duarte inaugura
Tendencias nuevas (en este caso, la del “tremendismo”). Esa labor pionera la
Continuará las décadas siguientes con obras como La colmena, que
Inaugurará la novela social de los 50. Aunque no tan innovadores, algo parecido
Harán Delibes (El camino, Cinco horas con Mario, Los santos inocentes,
Etc.) y, en menor medida, Gonzalo Torrente Ballester (Los gozos y las
Sombras en los años 60, La saga/fuga de JB en los años 70, etc.). A
Esta literatura, hay que añadir la que desarrollan los autores en el exilio, la
Mayoría de ellos pertenecientes a la generación del 27 y que van a evolucionar
Por itinerarios personales, como Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino
Español), Max Aub (con el ciclo de “los campos”), Arturo Barea (con La
Forja de un rebelde y las novelas que le siguen), Rosa Chacel (La
Sinrazón), etc.
En los años 50 la situación
Internacional permite que el régimen de Franco rompa su aislamiento. Es
Readmitido en la ONU, se firman acuerdos con la Santa Sede, también con EEUU…
La guerra fría convertirá a Franco en un aliado frente al comunismo y esto
Aliviará la presión sobre el régimen, al tiempo que se esfuman las esperanzas
De los exiliados por recuperar la democracia para su país. Esto coincide con
Una recuperación del tejido industrial. El país está cambiando, y la
Literatura, que pretende reflejarlo,
También. Nace así la novela social y la “generación del medio siglo”, un grupo
De autores que centran su interés en esta nueva sociedad que se está formando y
Que pretenden retratar al tiempo que introducen ciertas novedades técnicas: el
Objetivismo, con un narrador que únicamente se convierte en presentador de los
Personajes e introductor del diálogo; la concentración espacial y temporal, con
Obras que, aunque puedan ser largas, desarrollan su acción en un breve espacio
De tiempo y en un solo lugar (Madrid, Barcelona, pero también el río Jarama…),
Con un protagonista colectivo que pretende mostrarnos una realidad caleidoscópica
Y global… La colmena de Cela marcará la pauta pero enseguida aparecerán
Grandes escritores como Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama) o Carmen
Martín Gaite (Entre visillos). Publican también en estos años el
Madrileño Juan Benet y los catalanes Juan Marsé y Juan Goytisolo, que consagran
Una literatura marcadamente innovadora ya en los años 60, con obras como Volverás
A Regíón, Últimas tardes con Teresa o Señas de identidad,
Respectivamente.
Los años 60 son los del
Desarrollismo. España se ve cada vez más integrada en el contexto de las
Democracias occidentales (de hecho, solicita ya su entrada en el Mercado Común,
Antecedente de la UE), aunque siga siendo una dictadura en la que permanecen
Vigentes la censura o la falta de libertad de expresión. Las riendas del
Régimen ya no están en manos de ideólogos de la Falange sino de tecnócratas, a
Menudo relacionados con el Opus Dei, y al tiempo que el fenómeno de la
Emigración, ya fuerte en la década anterior, se vuelca ahora hacia países como
Francia y Alemania, España se convierte en un importante destino turístico. Y
No solo vienen turistas: también comienza el retorno de algunos exiliados, y la
Literatura se abre a nuevas influencias (Francia, EEUU, también de novelistas
Hispanoamericanos). Simultáneamente, el mundo se ve conmovido por hechos tan
Dispares como la llegada del hombre a la luna o la guerra de Vietnam (cuyas
Terribles imágenes ven por primera vez los ciudadanos occidentales en su
Televisor); es también la época del Mayo del 68 francés y de Los Beatles, del
Madrid de las Copas de Europa y del “landismo”. En este contexto de vitalidad e
Ilusión, la novela muestra un evidente cansancio del tema social y se vuelca en
Un nuevo lenguaje que ya, de alguna manera, se anticipaba en el decenio anterior
Con la apuesta por técnicas narrativas nuevas: novelas sin signos de
Puntuación, con la voz narrativa en 2ª persona, con innovaciones en la
Estructura y ausencia muchas veces de peripecia, con la presencia del monólogo
Interior o “corriente de conciencia”, que nos trasladan a una novela distinta,
A menudo denominada “novela estructural” o “novela dialógica”. Algunos autores
De las generaciones anteriores como Cela o Goytisolo volverán a marcar la
Pauta, al tiempo que aparecen otros, como el malogrado Luis Martín Santos,
Quien, con Tiempo de silencio (1962), es considerado el iniciador de una
Nueva forma de narrar. Su labor será continuada por otros novelistas a finales
De los años 60 como Vázquez Montalbán o Francisco Umbral (En los mares del
Sur y Mortal y rosa, se consideran, respectivamente, sus obras más
Representativas).
En los años 70, la muerte de Franco y la Constitución del 78
Cambiarán de arriba abajo el país. La recuperación de las libertades acabarán
Abren un marco nuevo para la expresión literaria, sin censuras ni límites al
Pensamiento crítico o al atrevimiento en el lenguaje. Al mismo tiempo, la
Construcción de un Estado autonómico, descentralizado, dará oxígeno a las
Lenguas catalana, gallega y vasca, que serán potenciadas desde las administraciones
Locales y autonómicas. Paradójicamente, el experimentalismo al que llegó la
Novela a finales de los 60 y principios de los 70, se va a transformar ahora en
Una vuelta a una forma más tradicional de escribir, dando nuevamente predominio
A la historia, al argumento, en detrimento del interés por las técnicas
Narrativas. Eso sí, ahora ya no hay límites para las historias que se van a
Contar: La verdad sobre el caso Savolta (1975), de Eduardo Mendoza, o Las
Edades de Lulú (1989), de Almudena Grandes, son dos buenos ejemplos de
Ello, aunque por motivos distintos. Pero ahora ese ya es otro tema: el de la
Novela posterior a 1975