Portada » Filosofía » Nietzsche: Crítica al platonismo y la metafísica occidental
Nietzsche afirmó “mi filosofía es platonismo al revés”. Por tanto, Platón será el filósofo al que Nietzsche critica como, en general, critica toda la filosofía racionalista y dualista por considerarla metafísica. Nietzsche, filósofo del periodo de la filosofía contemporánea, pertenece a la denominada “Escuela de la sospecha”, junto a otros dos críticos de la modernidad: Freud y Marx. Influenciado por la lectura del libro de Schopenhauer “El mundo como voluntad y representación”; sin embargo, rechazó de este filósofo la utilización del arte como una medicina. Su relación con el músico Wagner pasa por la admiración (el héroe Sigfrido de la ópera El anillo de los nibelungos le pareció un héroe parecido a lo que Nietzsche llamará dionisiaco), pero rompió su amistad y admiración al interpretar una conversión al cristianismo de Wagner en la ópera “Parsifal”, a la que Nietzsche contrapone la ópera “Carmen” del músico francés Bizet. La influencia de Heráclito será fundamental por pertenecer a la época trágica de los griegos. Finalmente estuvo influenciado por las filosofías de la vida. Vamos a exponer la filosofía de Nietzsche según el rechazo de este a todo lo que sea platonismo.
Expresiones como “decadente”, “momias conceptuales”, “tejedores de telarañas” son utilizadas por Nietzsche para oponerse al platonismo, mostrando que los conceptos de la razón, la Idea de Bien en el caso platónico, son sólo el “último humo de la realidad”. Si queremos acceder a la realidad es preciso sustituir los conceptos racionales por un lenguaje más creativo que se sabe interpretación, como la metáfora o el aforismo; incluso, nos dice, los conceptos metafísicos de la razón son metáforas de la realidad que han olvidado que son metáforas, por eso se presentan como si fueran únicas, definitivas y absolutas, cerrando posibilidades, en vez de abrir interpretaciones de una realidad siempre cambiante y multiforme. “Necesitamos la mentira del arte para poder vivir.”
El rechazo de Nietzsche a todo dualismo metafísico lo realiza en su crítica de la tradición. Nietzsche admira la tragedia ática y el pensamiento trágico, porque en ellas lo dionisiaco y lo apolíneo son elementos que están en una tensión armónica. Sin embargo, cree que Sócrates (por su valoración moral y racional de la vida) y Platón (por su dualismo metafísico) son responsables de haber eliminado el elemento dionisiaco y haber valorado solo lo apolíneo, comenzando así la cultura de la decadencia que sigue en la moral y religión judeo-cristiana y llega hasta la modernidad. Es decir, para Nietzsche toda la cultura occidental está atravesada por el nihilismo negativo.
Platón estableció en “La alegoría de la caverna” la división entre el mundo sensible y el inteligible, declarando la superioridad del mundo inteligible, ya que en este mundo reina la perfección, es absoluto y eterno; en cambio, en el mundo sensible solo hay error, muerte, sufrimiento, imperfección, todo es relativo. Nietzsche consideró el mundo de los sentidos, del devenir, mundo aparente como el único real y verdadero y, por tanto, rechazó el dualismo platónico. La voluntad de verdad tiene que ser sustituida por una voluntad de conocimiento plural, trágico y dionisiaco. La verdad no es absoluta, sino que está al servicio de la vida, se sitúa más allá de lo verdadero y lo falso. Con la voluntad de poder en la belleza, nos dice…
Platón estableció en el Mito del carro alado el dualismo entre cuerpo y alma. En este mito nos dice que en el alma debe gobernar la ley del ser que consiste en lo siguiente: el alma racional debe dirigir y gobernar y el alma pasional e impulsiva debe mover e impulsar. Si se cumple esta ley del ser se produce la virtud de la justicia (equilibrio y armonía) en el individuo y en la polis, es decir, en la vida privada y en la vida pública. En caso contrario, vivimos desequilibrados o en conflictos en ambas esferas. También nos dice que el alma es lo que somos y que el cuerpo es algo que tenemos, pero no somos. Vivir sin seguir criterios racionales es como vivir en una cárcel o tumba. Por ello, una vida plena y feliz consiste en librarse de las informaciones que proceden de los sentidos y buscar solo lo racional, que consiste en el conocimiento del Bien. Quienes llevan esta vida, los filósofos, deben tener el derecho y el deber de gobernar en la utopía platónica. Nietzsche, por el contrario, rechaza este dualismo platónico. Nos dice que los sentidos acceden a niveles cualitativos de la realidad a los que no pueden acceder las ideas de la razón, ni ningún instrumento técnico. Nos está proponiendo la figura del artista dionisiaco y trágico (Übermensch) que dice sí a la vida y a su sentido trágico, supera el nihilismo negativo y afirma la voluntad de poder en la belleza, resultado de las tres transformaciones del espíritu:
Por último, Platón al pensar lo eterno también necesita el dualismo metafísico. Lo eterno se da solo en las Ideas o Formas inteligibles. Nietzsche, por el contrario, propone su pensamiento del eterno retorno de lo igual, en el que solo vuelve la diferencia. Todo acontecimiento feliz y doloroso volverá eternamente. Es el símbolo de la actitud dionisiaca que dice sí al sentido de la tierra y afirma la inocencia del devenir.
En definitiva, Nietzsche rechaza todo dualismo metafísico, no solo el platónico, porque todo dualismo es nihilismo, y el nihilismo no es más que miedo y resentimiento hacia la vida en lo que tiene de trágica. Será Zaratustra la figura que utilice Nietzsche para anunciar la muerte de dios y anunciar un nuevo día (filosofía positiva o de la aurora: sí a la vida, el Übermensch, la voluntad de poder en la belleza y el eterno retorno).