Portada » Arte » Neoclasicismo: Arquitectura en Europa y Estados Unidos (Siglos XVIII-XIX)
A mediados del siglo XVIII comienza a desarrollarse el **Neoclasicismo**, ligado a tres fenómenos:
Rococó y Neoclasicismo conviven durante un tiempo, pero este último se impondrá hasta bien entrado el siglo XIX, y París será un centro de irradiación artística.
Una característica es su homogeneidad en todos los países.
A principios del siglo XVIII nació en Inglaterra un estilo neoclásico temprano llamado **Neopalladianismo**, cuyo principal ejemplo es **Chiswick House**, cerca de Londres, que se inspira en la Villa Capra de Palladio. A continuación, se desarrolló el estilo neoclásico maduro de los arquitectos R. Adam (**Kenwood House**) y J. Nash (**Regent’s Park**), aunque este último derivó hacia el Eclecticismo, ya que también es autor del Pabellón Real de Brighton, de inspiración oriental. El **Museo Británico** de Londres, obra de Smirke, se sitúa al final del Neoclasicismo, ya entrado el siglo XIX. Presenta una fachada en forma de U con dos cuerpos avanzados que forman un patio abierto para enmarcar la fachada principal jónica y octástila, que remata un frontón decorado con relieves.
El nacimiento del Neoclasicismo coincide con la independencia de los Estados Unidos, por lo cual el nuevo estilo se va a convertir en una arquitectura nacional vinculada a la joven república. Uno de los primeros presidentes, Jefferson, diseñó **Monticello House**, inspirándose en la Villa Capra de Palladio. Posteriormente, se construyeron en la capital federal, Washington, la **Casa Blanca** como residencia presidencial y el **Capitolio** para albergar al parlamento. Este último edificio, en el que intervino el arquitecto Latrobe, aunque muy reformado en la segunda mitad del siglo XIX, consta de un cuerpo central, muy horizontalizado, con una columnata y una fachada de templo corintio octástilo entre dos cuerpos laterales con pilastras, sobre el que se asienta una enorme cúpula con tambor de dos pisos inspirada en la catedral de San Pablo de Londres, que a su vez recuerda el templete de San Pietro in Montorio de Bramante, construido a principios del Cinquecento en Roma.
El Neoclasicismo francés se gestó a finales del Antiguo Régimen, como puede verse en el **Petit Trianon** de Versalles, obra de J. A. Gabriel. El principal arquitecto neoclásico fue **Soufflot**, autor de la iglesia de Santa Genoveva en París, con una cúpula que recuerda a la catedral de San Pablo en Londres y a Bramante. Fue edificada durante los reinados de Luis XV y Luis XVI, y durante la Revolución se transformó en panteón de hombres ilustres. Ahora es conocida como **Panteón**. La iglesia de la **Madeleine** de Vignon en París fue iniciada por Napoleón, pero las obras se dilataron en el tiempo hasta 1843. Se inspira directamente en un grandioso templo romano corintio, períptero y octástilo, elevado sobre podio y con relieves sobre el Juicio Final en el frontón.
La arquitectura neoclásica alemana se distingue por buscar inspiración en la Grecia clásica, mostrando predilección por el orden dórico, sobrio y austero. Este es el que aparece en la **Puerta de Brandemburgo** de Berlín, obra de **Langhans**, que imita la entrada monumental hexástila a una acrópolis, es decir, unos propileos. Sin embargo, la cuadriga de remate es de origen romano, y la estructura tiene forma de U con dos cuerpos laterales, de menor tamaño, que avanzan y presentan sendos frontones, que no son visibles en la imagen. Otros arquitectos alemanes de renombre son **Schinkel**, autor de la Nueva Guardia en Berlín, de orden dórico, y **Leo von Klenze**, que construye los propileos de Múnich, también dóricos, y la Gliptoteca, museo de escultura, en la misma ciudad, capital de Baviera.