Portada » Historia » Neobatllismo en Uruguay: Industrialización y Rol del Estado en la Posguerra
Luis Batlle Berres fue el responsable del neobatllismo, partiendo de su realidad, un mundo de posguerra con muchos cambios. Este fragmento nos deja la sensación de que el neobatllismo fue un movimiento que buscó, y consiguió, una alianza entre los industriales, la clase media y la clase obrera. Desde un punto de vista económico, el eje fue el proceso de industrialización, un gran cambio con respecto al primer batllismo, el cual tuvo el apoyo, por ejemplo, del sector urbano, funcionarios públicos y el proletariado. El rol del Estado para Batlle Berres era un Estado tutelar que busca el bienestar y la paz social. No apoyaba la lucha de clases; su visión era el hombre por encima de la sociedad. Cuando menciona los elementos principales y básicos para asegurar la felicidad, se puede estar refiriendo a su obra social y laboral. Por ejemplo, el Consejo Nacional de Subsistencias, un organismo del Estado que controlaba los precios y el abastecimiento de los artículos; el Consejo de Salarios; y la Caja de Compensación por Despido.
Algo que caracterizó el período neobatllista de Batlle Berres fue la industrialización del país. Para lograr esto, se incentivó la incorporación de capital extranjero. La idea de industria no fue vista solo hacia Montevideo, sino también en el interior. Este fragmento resalta a la industria no solo como creación de la clase media, sino también como creación de riqueza. La clase media es considerada esencial para la estabilidad económica y política del país. La industria es vista como la base de la clase media, gracias a salarios dignos y empleo formal. Los beneficios del desarrollo industrial no sólo favorecen a unos pocos, sino que son el fundamento del surgimiento de una sociedad más equitativa. El fragmento habla de un salario bien remunerado del obrero, lo que quiere decir que la riqueza generada por la industria debe beneficiar a los trabajadores de una manera directa, a través de salarios bien remunerados. Se entiende que el capital es necesario para poner en marcha la industria, pero su finalidad última es repartir de manera justa los beneficios entre los trabajadores. Cuando habla de un “reparto justo” se puede notar una crítica implícita al capitalismo, donde solo los dueños del capital se benefician. Luego afirma no estar de acuerdo con el capitalismo, diciendo «no al capitalismo para los capitalistas». Al decir «hablar con claridad al pueblo» da sensación de cercanía, credibilidad y honestidad.
Este fragmento comienza con un concepto particular: “economía dirigida de gobierno”. Esto implica cierto intervencionismo estatal en la economía, lo que quiere decir que el gobierno asume un rol activo, un Estado como herramienta niveladora y paternalista. Al referirse a la custodia y tutela de grandes intereses, se refiere a los sectores claves de la economía en el país, la industria. Pero sin descuidar que las grandes industrias trabajen para el país y no para su conveniencia. Luego menciona los intereses de los pequeños. Aquí podría estar refiriéndose a los sectores más vulnerables o desfavorecidos de la sociedad. Habla de que estos pequeños empresarios no tienen los recursos suficientes para autoprotegerse, por lo que necesitan la mano paternalista del Estado. El gobierno como un colaborador honesto refuerza la idea de un Estado justo y ético que no actúa a beneficio propio, sino que se ve comprometido al bienestar de su pueblo, especialmente de los más vulnerables.
Este fragmento trata un tema clave del período, la industrialización nacional. Esta idea refleja la necesidad de que los recursos del país estén en manos del Estado o de los propios ciudadanos, pero no en manos del “empresario imperialista”. Al referirse así a los extranjeros, podemos interpretar una crítica hacia el capitalismo extranjero, que exporta los recursos locales sin beneficiar a la población del propio país. La idea de “rescatar” la riqueza se refiere a la repartición de recursos. El fragmento también destaca la idea de favorecer y proteger el proceso industrializador del país, descrito como «revolución industrial del país», refiriéndose a que es una etapa de transformación profunda, donde la industria está vista como la vía principal para alcanzar el progreso económico. Al hablar de proteger el proceso industrial, implica un rol activo del Estado, paternalista y nivelador. “El elemento humano principal protagonista”: este mensaje es muy claro, ya que la industrialización no es vista sólo como un medio para generar riqueza, sino como un proceso de bienestar en las personas. Para ello, dar buenos salarios a los trabajadores muestra una preocupación por la justicia social y por asegurarse de que la riqueza llegue a la clase trabajadora. Los “buenos salarios” también pueden ser vistos como una manera de evitar la explotación laboral. En conclusión, no se debe olvidar en ningún momento el bienestar de la población, objetivo final de cualquier política económica.
Este fragmento parece ser una defensa al nacionalismo económico y a la industrialización. Comienza diciendo que, si no existieran ANCAP, UTE y BSE, los sectores estratégicos de la economía estarían controlados por empresas extranjeras. El uso del término “nuestra pequeña riqueza” sugiere vulnerabilidad de los recursos limitados del país, lo que refuerza la idea de necesidad de protección frente a los más poderosos. Cada una de las empresas mencionadas representan un sector clave en la economía: ANCAP, el combustible y la energía; UTE, la electricidad; y BSE, el sector financiero y de seguros. Al decir «conquistas», indica que no siempre estuvieron bajo el control estatal, y su creación o nacionalización presentó un proceso de lucha política. Hay un papel del Estado protector. La intervención estatal es una defensa necesaria para asegurar que los beneficios económicos se repartan entre la población local en lugar de ir a manos de extranjeros. Por último, hay una crítica implícita al libre mercado. El fragmento da a entender que, si estas empresas no fueran estatales, estarían en manos de privados y llevaría a una pérdida de control sobre los recursos del país.