Portada » Historia » Nacionalismos Periféricos en España: Cataluña, País Vasco y Otros
En 1906 se produjo otro impulso nacionalista en el catalanismo político, una nueva reunión que dio cita a todo lo catalán. Se formó el conglomerado Solidaridad Catalana, cuyos integrantes tenían 2 puntos en común:
Solidaridad Catalana logró en 1906 un destacable éxito electoral, obteniendo 44 de 41 diputados. Esto tuvo una influencia decisiva en la ruptura del turno pacífico. Las organizaciones mayoritarias a partir de entonces fueron:
Los orígenes del vasquismo se encuentran en la defensa de los fueros y el sustrato carlista. El caso vasco es complejo. Tras la I Guerra Carlista (1833-1840), los fueros quedaron pendientes de reforma, sin llegar a derogarse. Surgió entonces un movimiento fuerista de corte liberal que apostaba por el mantenimiento del estatus foral de dichas provincias. Fue hasta el final de la III Guerra Carlista (1872-1876) cuando los fueros vascos y navarro fueron derogados, produciéndose la unificación legislativa y fiscal española, que creó los conciertos económicos. Surgieron entonces grupos opositores, precedentes inmediatos del nacionalismo vasco, como la Asociación Euskara de Navarra de Arturo Campión y la Sociedad Euskalerria de Fidel de Sagarmínaga, que mantenían la idea de continuar dentro de España. El catalanismo y el vasquismo compartían la defensa de los fueros.
Se identifican dos fórmulas de respuesta social:
En origen, confluyeron dos procesos:
La aparición de Sabino Arana Goiri fue crucial. Vizcaíno carlista, fue convencido por su hermano Luis para abrazar posiciones nacionalistas. En 1885, tenía ya fijadas 4 ideas centrales en su ideario:
Recogerá la influencia del catalanismo e intentará “trasplantarla” a Vizcaya. Es fundamental la relación del nacionalismo vasco con la industrialización vizcaína.
En 1892, Arana publicó Bizkaya por su independencia, un auténtico grito de guerra contra España. En 1893 fundó el primer periódico nacionalista, Bizkaitarra, y pronunció el discurso nacionalista vasco radical en el Juramento de Larrazábal, con el que pretendió atraer el apoyo de notables vasquistas. En 1894 fundó el primer batzoki, el Batzoki Euskeldun, y el 31 de julio de 1895 fundó el PNV con el lema «Dios y leyes viejas». En 1898, Arana fue elegido a la Diputación de Bilbao y en 1899, diputado a las Cortes de Madrid. Sus orígenes son vizcaínos y Arana impuso su liderazgo.
Arana creó toda una ideología en torno a una supuesta “patria vasca”, manteniendo postulados tradicionalistas unidos a la defensa de la esencia de lo vasco, que estaría sufriendo un agravio a manos del castellanismo centralista.
De 1896 a 1898, realizó trabajos sobre el euskera, idioma que nunca llegó a hablar con soltura, y se dedicó a la propaganda política, enfrentándose al carlismo y a los vasquistas moderados de la Sociedad Euskalerria, encabezados por Ramón de la Sota. Sabino les llamará “fenicios” por subordinar el ideal patriótico al dinero. Pero tendrá que contar con ellos a pesar de la excomunión doctrinal. Funda el “Centro Vasco”, apolítico por fuera y nacionalista por dentro. Sectores ilustrados elevaron la lengua vernácula a la categoría de idioma. La lengua era exclusivamente oral y rural, siendo los únicos textos escritos los catecismos.
El programa del nacionalismo vasco incluía:
La influencia del catolicismo en la acción política comenzó en 1890 a través de revistas, y en 1893, Sabino anunció, en el “Juramento de Larrazábal”, su intención de crear el partido PNV. Funda en 1899 El Correo Vasco, órgano fundamental de expansión. También creó los batzoki, casas del pueblo vasco, espacios de socialización vasca que adecuaban la política a la cultura de masas. El nacionalismo vasco tendría en común con los republicanos y socialistas el fomento de espacios político-culturales.
Dos cuestiones fundamentales en la creación del PNV son:
Según Antonio Elorza, el programa político nacionalista vasco se basaba en:
El ideario del programa estaba muy entroncado con el Vaticano. Se produce la formación de la Sociedad El Sitio, organización del liberalismo radical. También se produce la aparición política del PSOE en el País Vasco. Los socialistas crecen en Bilbao a finales del XIX. Consiguen la tercera parte del electorado de la ciudad por la labor de la UGT. UGT y PSOE crecen en torno a los trabajadores inmigrantes en la industria. La sociedad está políticamente dividida.
El primer manifiesto del regionalismo republicano-federalista es de 1876, con Manuel Murguía y Alfredo Brañas. Éste último publica El regionalismo, que contiene ideas del vasquismo y el catalanismo; habla de nacionalidad, costumbres, religión y creencias enlazadas por el derecho y la historia.
Blasco Ibáñez introduce la cuestión por la vía republicana reformista. Presenta el dualismo basado en la lengua catalana o valenciana.
El nacimiento de los movimientos cantonales en 1873 es una expresión particularista. Se reúnen en Antequera para realizar una constitución republicana federalista. Se reivindica una Andalucía soberana regionalista.
El carlismo defiende el pasado y los territorios. En la Historia de España existe una posición diferente: la que plantea que el regionalismo y el nacionalismo periférico lo “vuelca” en las provincias. La defensa de lo propio pasa a la provincia. En Cataluña surge su teoría como aspecto territorial. Lo que surge como regionalismo acaba configurándose como nacionalismo periférico. En España no hubo un nacionalismo fuerte para integrar a todos. Inglaterra es un ejemplo de nacionalismo centralista. España se hizo débilmente con “Cádiz”. El gobierno central español no tiene instrumentos ni símbolos para crear un nacionalismo integrador. El modelo a seguir es Francia, que se asienta en el sistema público de enseñanza y da a conocer su historia (nace de una revolución), y luego está el ejército central. A lo largo del XIX no hay una educación estatalizada. El relato histórico no tiene suficiente fuerza. El ejército tampoco es unitario por la exención del alistamiento en las Provincias Vascas. El regionalismo surge en las zonas más prósperas.