Portada » Griego » Mundos Narrativos: Una Exploración de los Tipos de Relatos
Los relatos literarios se desarrollan en diversos mundos que determinan la atmósfera, los personajes y la trama. A continuación, exploramos los principales tipos de mundos narrativos:
Este tipo de relato se centra en la realidad, describiendo objetivamente objetos, paisajes, eventos y acciones. Se enfoca en lo regional y autóctono, creando un cuadro de costumbres. En Chile, este tipo de relato fue abundante a mediados del siglo XIX y hasta el tercer tercio del siglo XX, vinculándose al realismo posterior. Algunos autores representativos son: Baldomero Lillo (Subterra y Subsole), Mariano Latorre (Cuna de Cóndores), Luis Durand (Frontera) y Marta Brunet (Montaña Adentro).
Los relatos oníricos exploran el interior del hombre, sus problemas existenciales, la soledad, la angustia y la incomunicación. Abandonan la ley de causa y efecto, creando un mundo confuso, inestable y contradictorio, gobernado por el sueño, los instintos y las intuiciones. María Luisa Bombal es una clara exponente de este tipo de mundo en la literatura chilena.
Los mitos son relatos orales anónimos que explican sobrenaturalmente la creación y existencia del mundo. Se relacionan con lo religioso, y en su época, tenían un carácter verídico. Son conocidos los mitos griegos y latinos, pero también los de pueblos latinoamericanos, como los mapuches, quechuas, pascuenses, chilotes y mayas.
Los relatos realistas se ajustan a la realidad, reflejando objetivamente los rasgos de una época, los lugares, los tipos humanos y las causas y efectos de los hechos. Algunos escritores realistas son: Guy de Maupassant (El collar), Manuel Rojas, y Volodia Teitelboim (La semilla en la arena).
El mundo fantástico transgrede el orden racional, relacionándose con lo maravilloso, lo extraordinario y lo sobrenatural. Autores como Julio Cortázar, Jorge Luis Borges y Franz Kafka han cultivado este tipo de relato.
La utopía describe un Estado ideal, un lugar que no existe. El concepto fue inventado por Tomás Moro. Las antiutopías, por otro lado, reflejan un estado negativo de la humanidad, como en las obras de A. Huxley (Un mundo feliz) y G. Orwell (1984 y Rebelión en la Granja).
Lo maravilloso escapa a las leyes espacio-temporales. Las mil y una noches es un ejemplo de lo maravilloso puro, así como la ciencia ficción (Crónicas marcianas, Viaje al centro de la tierra). Las leyendas también se relacionan con este mundo.
En este mundo, la realidad y la maravilla se funden. El milagro y lo racional coexisten. Alejo Carpentier (El reino de este mundo) y Gabriel García Márquez (Cien años de soledad) son sus mayores exponentes.
Las leyendas, inicialmente orales y anónimas, pueden basarse en hechos históricos o en la fabulación popular. Un ejemplo es Rodrigo Díaz de Vivar. En Chile, El Caleuche es una leyenda conocida.