Portada » Lengua y literatura » Monografias sobre el materialismo histórico y problemas sociales
El teatro es el género más afectado negativamente por la Guerra Civil. Durante los años de la posguerra (1939-1975), el panorama escénico quedó marcado por el exilio de algunos autores. En los años cuarenta se cultivó un teatro al servicio de la dictadura, burgués y humorístico; en la década siguiente irrumpíó el teatro realista y comprometido social y políticamente; en los sesenta y principios de los setenta, se desarrolla un teatro experimental y vanguardista, y nacerá el teatro independiente. Con el inicio de la democracia (1975) y hasta nuestros días se estrena de todo según dos tendencias; la neorrealista y la neovanguardista.
Los escritores en el exilio no podrán ver sus obras representadas en España hasta fines años 60.
– Rafael Alberti, que cultivó un teatro político y simbólico-poético
-Max Aub, temas como los desastres de la guerra, la soledad y la ética del exiliado; por ejemplo en San Juan, sobre emigrados judíos que huyen de los nazis en un barco, el “San Juan” no bien recividos
– Alejandro Casona, que nos ofrece un teatro poético: La dama del alba, por ejemplo, con la muerte como un personaje más en la vida.
El teatro cumplíó dos funciones básicas entretener al público y moralizar. El estado y la iglesia establecieron un férreo control, la actividad teatral fue muy abundante, aunque mediocre. Destacan dos tendencias:
-La comedia burguesa, conservadora , dosifica la intriga y la alterna el humor y el sentimentalismo.Temas relacionados con las clases medias y acomodadas, como asuntos matrimoniales con desenlace feliz, y la finalidad de entretener y educar. José María Pemán (Callados como muertos ), Juan Ignacio Luca de Tena (¿Dónde vas, Alfonso XII?). Esta tendencia seguirá teniendo éxito en los años sesenta y setenta.
-El Teatro del humor. Alejado de la realidad, presenta obras insustanciales e intrascendentes que rozan lo absurdo. Representantes Enrique Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro) y Miguel Mihura, (Tres sombreros de copa), se adaptaban a los gustos del público.
Pretenden denunciar las injusticias sociales: algunos dramaturgos atenúan sus críticas para que sus obras se representen, usando metáforas y alusiones para burlar la censura. Representantes
-Antonio Buero Vallejo, autor dramático más importante de la segunda mitad de siglo. Temas fundamentales son el anhelo de libertad y el deseo de superar las miserias humanas. Comienza escribiendo obras de tipo existencial, como Historia de una escalera.
En su teatro social e
histórico, en el que experimenta la ruptura temporal y los escenarios múltiples, trata las injusticias sociales situadas en otras épocas para evitar la censura (Un soñador para el pueblo o El tragaluz).
– Alfonso Sastre, autor inconformista en cuya trayectoria teatral alternan las prohibiciones de la censura con los estrenos. Por ejemplo su obra
Escuadra hacia la muerte, que plantea el conflicto entre la autoridad de un cabo y la libertad de los soldados, fue prohibida a la tercera representación. Otras obras son La cornada, donde se incrementa el carácter social o La taberna fantástica, ésta última muy parecida al esperpento de Valle-Inclán.
El teatro realista continuará cultivándose en décadas posteriores hasta la actualidad (neorrealistas), con mayor éxito comercial gracias a los cambios sociales y políticos impulsados por la democracia que posibilitan la desaparición de la censura.
. En los años 60 y 70 se crea un teatro novedoso y vanguardista influido por el teatro del absurdo y el de la crueldad, buscan nuevas propuestas que se caracterizan por su oposición estética a los “realistas”. Muchas de estas obras lo tuvieron difícil para ser representadas, por problemas de censura, ni encontraron fácil eco en el público de ahí la denominación de “teatro soterrado” o “teatro vanguardista”. Los temas del teatro vanguardistas son la crítica al régimen, denuncia social y se considera el teatro como un espectáculo donde el texto literario es solo un ingrediente más, se rompe la división entre escenario y espectadores y los personajes, el lenguaje y la acción son simbólicos. Autores más significativos Fernando Arrabal y Francisco Nieva. El teatro comercial y de éxito sigue siendo heredero de la comedia burguesa y heredero del teatro realista, destacando la figura de Antonio Gala con obras como Anillos para una dama.
La restauración de las libertades democráticas a partir de 1975 posibilitó la llegada a los escenarios de buena parte del teatro que había permanecido soterrado, con gran diversidad de tendencias diferenciándose dos líneas: los vanguardistas como Francisco Nieva y Fernando Arrabal y los neorrealistas o “generación del 82”, con José Sanchis Sinisterra y José Luis Alonso de Santos cuyas obras se fueron adaptando a las nuevas tendencias y a los nuevos problemas de nuestra sociedad