Portada » Educación Artística » Modernismo y Transformaciones Arquitectónicas del Siglo XIX en Europa
Surge en Europa alrededor del cambio de siglo como una reacción contra el historicismo académico dominante en el arte del siglo XIX, proponiendo una arquitectura con tipologías decorativas inspiradas en la naturaleza.
La burguesía y parte de la aristocracia demandaban formas más refinadas que las de la producción industrial, caracterizando al Modernismo como integrador de las artes y defensor del trabajo artesanal.
Recibió diversos nombres en Europa (Art Nouveau en Francia y Bélgica, Jugendstil en Alemania, Sezessionstil en Austria, Liberty en Italia, Modern Style en Reino Unido, Modernismo en España), pero compartía la ruptura con la tradición y la incorporación de ventajas tecnológicas e industriales.
Comenzó en la artesanía con líneas serpenteantes y motivos florales y geométricos, luego se trasladó a la arquitectura, adoptando formas curvas y orgánicas.
Además del estilo orgánico, surgió un Modernismo más geométrico representado por arquitectos como Charles Rennie Mackintosh.
En un contexto de Revolución Industrial, el movimiento Arts & Crafts, liderado por William Morris, cuestionaba la producción industrial en favor del trabajo artesanal y objetos bellos.
Se centra principalmente en Cataluña, especialmente en Barcelona, con destacados arquitectos como:
La pintura catalana mostró diversidad temática y estilística, mientras que en las artes decorativas destacaron ceramistas, mueblistas, joyeros y diseñadores gráficos.
El proceso de industrialización transformó la sociedad de Europa del siglo XIX. El crecimiento urbano provocó un nuevo urbanismo debido a la intensa actividad constructiva. La arquitectura es adaptada a las necesidades y posibilidades de la nueva sociedad. Se recuperaron estilos del pasado (historicismo), se priorizó la arquitectura no popular (Arts and Crafts) y la posibilidad de nuevos materiales (arquitectura de hierro). A finales del siglo XIX surgen el modernismo y la Escuela de Chicago para solucionar las necesidades estéticas y funcionales de la sociedad.
En la segunda mitad del siglo XIX, los ideales nacionalistas propiciaron la indagación en el pasado en busca de las propias raíces. Esto provocó la existencia simultánea de tendencias artísticas de diferente signo, a menudo contradictorias entre sí. Este eclecticismo se manifestó en la arquitectura historicista con ejemplos como:
La corriente más importante fue el neogótico, que provenía de la atracción por el espíritu romántico. El arquitecto más importante fue Augustus Pugin, junto con Charles Barry (Parlamento de Londres). En Francia, Eugène-Emmanuel Viollet-le-Duc restauró Notre-Dame y Carcasona. En España, Elies Rogent proyectó la Universidad Central de Barcelona en estilo neorrománico.
El progreso exigió encontrar respuestas a problemas como el aumento de la población, los nuevos medios de comunicación con nuevas obras públicas, el desarrollo de la industria y el progreso en cultura y educación. A finales del siglo XVIII aparecieron materiales como el vidrio o el hierro colado, que destacó como material resistente que permitía la construcción de grandes estructuras, principalmente en edificios industriales y obras públicas (puentes y estaciones), y de columnas en el interior de edificios.
A mediados de siglo se llevaron a cabo experiencias más técnicas y se construyeron grandes pabellones de hierro y cristal. Finalmente, las estructuras metálicas reemplazaron en gran medida la función de los muros, permitiendo el uso del vidrio como una piel translúcida y la introducción del cemento como nuevo material en la arquitectura del siglo XX.
Entre 1777 y 1779 se construyó en Coalbrookdale el primer puente de hierro. Hierro y vidrio adquirirían gran importancia en el siglo XIX, como se ve en el Museo de Historia Natural de Oxford (1855-1860), diseñado por Deane y Woodward. Las exposiciones universales fueron cruciales para popularizar este estilo arquitectónico, destacando el Palacio de Cristal en la primera exposición de Londres de 1851 (por Joseph Paxton) y la Torre Eiffel en la Exposición Universal de París de 1889 (por Alexandre Gustave Eiffel).