Portada » Psicología y Sociología » Modelos Pedagógicos: Enfoques y Prácticas para la Enseñanza
Se centra en la transmisión de conocimientos al alumno. La pedagogía se concibe como el arte de comunicar y transmitir un saber.
Se identifican métodos dogmáticos (de la regla a las aplicaciones) o mayéuticos (preguntas/respuestas).
Se parte de los intereses, motivaciones y necesidades del alumno, así como de su entorno.
Se identifican las diferentes corrientes llamadas «métodos activos».
Se propone partir de modelos o concepciones preexistentes en el alumno y ponerlas a prueba para mejorarlas, modificarlas o construir nuevas.
Es importante notar que ningún docente utiliza exclusivamente uno de los modelos. El acto pedagógico, en su complejidad, utiliza elementos de cada uno de ellos. Sin embargo, cada uno hace una elección, consciente o no, y de manera privilegiada, de uno de ellos.
Agreguemos que el estudio de estos modelos provee una buena herramienta de análisis de las situaciones didácticas y de reflexión para los docentes en formación.
Tres elementos de la actividad pedagógica se muestran privilegiados para diferenciar estos tres modelos y reflexionar sobre su puesta en práctica:
Esto conduce a menudo a estudiar tipos de problema: confrontado a un nuevo problema, el alumno busca si ya ha resuelto uno del mismo tipo.
Es el modelo de referencia de numerosos manuales, siendo la idea subyacente que es necesario partir de lo fácil, de lo simple para acceder a lo complejo, y que un conocimiento complejo puede ser, para el aprendizaje, descompuesto en una serie de conocimientos fáciles de asimilar y que, finalmente, todo aprendizaje debe ir de lo concreto a lo abstracto.
Al principio, se desea que el alumno sea un «demandante activo, ávido de conocimientos funcionalmente útiles».
Pero las situaciones «naturales» son a menudo demasiado complejas para permitir al alumno construir por sí mismo herramientas y, sobre todo, demasiado dependientes de «lo ocasional» para que se tenga en cuenta la preocupación por la coherencia de los conocimientos.
Resolución de problemas como fuente, lugar y criterio de la elaboración del saber:
Es principalmente a través de la resolución de una serie de problemas elegidos por el docente como el alumno construye su saber, en interacción con los otros alumnos.
La resolución de problemas (y no de simples ejercicios) interviene así desde el comienzo del aprendizaje.
Los conocimientos no se apilan, no se acumulan, sino que pasan por estados de equilibrio a estados de desequilibrio, en el transcurso de los cuales los conocimientos anteriores son cuestionados. Una nueva fase de equilibrio corresponde entonces a una fase de reorganización de los conocimientos, donde los nuevos saberes son integrados al saber antiguo, a veces modificado (cf. Piaget).
Así, un nuevo saber puede cuestionar las concepciones del alumno originadas por un saber anterior: por ejemplo, el estudio de los decimales debería conducir al alumno a cuestionar la idea de que la multiplicación «agranda» siempre (idea que él ha podido elaborar estudiando los naturales).
Del mismo modo, un saber adquirido puede hacerse fracasar fácilmente aun ante mínimas modificaciones de las variables de la situación: así, G. Vergnaud (1981) ha mostrado que la «noción de adición» o las estructuras aditivas no son totalmente dominadas hasta muy tarde…
El rol de la acción en el aprendizaje: Piaget también ha subrayado el rol de la acción en la construcción de conceptos. Por supuesto, se trata de la actividad propia del alumno que no se ejerce forzosamente en la manipulación de objetos materiales, sino de una acción con una finalidad, problematizada, que supone una dialéctica pensamiento-acción muy diferente de una simple manipulación guiada, tendiente a menudo a una tarea de constatación por parte del alumno… Hay que subrayar aquí el rol de la anticipación: la actividad matemática consiste a menudo en la elaboración de una estrategia, de un procedimiento que permite anticipar el resultado de una acción no realizada todavía o no actual sobre la cual se dispone de ciertas informaciones.
Sólo hay aprendizaje cuando el alumno percibe un problema para resolver…
…es decir, cuando reconoce el nuevo conocimiento como medio de respuesta a una pregunta. Aquí también podemos recurrir a Piaget, para quien el conocimiento no es ni simplemente empírico (constataciones sobre el medio) ni preelaborado (estructuras innatas), sino el resultado de una interacción sujeto-medio (cf. arriba punto 2). Lo que da sentido a los conceptos o teorías son los problemas que ellos permiten resolver.
Así, es la resistencia de la situación la que obliga al sujeto a acomodarse, a modificar o percibir los límites de sus conocimientos anteriores y a elaborar nuevas herramientas (idea de conflicto cognitivo). Habrá que tener esto en cuenta para la elección de las situaciones.
En la misma perspectiva, se tiende a preferir la motivación propia de la actividad propuesta (dificultad que se desea salvar, franquear) a la motivación externa (necesidades de la vida corriente, observaciones) cuyo interés, sin embargo, no se debe descartar: el problema es entonces percibido como un desafío intelectual.