Portada » Latín » Modelos narrativos en la literatura española
Este tipo de novela, protagonizada por una pareja de jóvenes enamorados, bellos y castos, se centra en la separación de estos hasta su unión final. Su estructura gira en torno al viaje, donde el protagonista se enfrenta a sí mismo y al mundo, superando las pruebas con la ayuda de la gracia divina. Los jóvenes deben sortear múltiples impedimentos que funcionan como pruebas de su castidad y fe. Algunos de estos obstáculos son:
En España, el héroe de la novela bizantina, joven y casto, cuyo objetivo primordial es el amor, se transforma con el tiempo en un peregrino, símbolo del hombre cristiano, y el viaje en una peregrinación de carácter religioso. Se acentúan los rasgos morales y didácticos.
Incorpora recursos narrativos de Heliodoro, como el inicio in media res y la interpolación de historias. Al interrumpirse el relato, se crea una suspensión, una de las técnicas más admiradas. Los episodios intercalados aportan variedad a la trama.
Su fuente más importante es La Arcadia de Jacopo Sannazzaro. Sus orígenes se remontan a narradores griegos, con elementos pastoriles presentes en églogas dramáticas y líricas. El ambiente bucólico, combinado con el cortesano, permitió una lectura en clave donde se transmitían alusiones.
La historia se construye mediante el viaje. Los personajes se desplazan en busca de la felicidad. Hay dos tipos de acciones: una en presente, lenta, y otras en pasado, formadas por relatos de los pastores. Se suman problemas amorosos.
Los personajes de la novela pastoril son pastores idealizados que se comportan y hablan como cortesanos. Se caracterizan por su castidad, y sobresale el protagonismo de personajes femeninos. El espacio representa el mundo ideal al que se aspira como evasión de la realidad, un espacio bucólico con elementos naturales propio del locus amoenus.
Coincide con la novela de aventuras en el comienzo in medias res y en la interpolación de historias intercaladas. El diálogo es importante; el narrador se limita a ceder la palabra a los personajes y a iniciar y concluir escenas. Se utiliza básicamente un discurso dramático.
El diálogo puede verse interrumpido por dos procedimientos:
Novelas críticas españolas que narran imaginarias peripecias entre cristianos y moros, quienes rivalizan en gentileza y cortesía durante la Reconquista. Destacan obras como «La historia del Abencerraje» y «La hermosa Jarifa», anónima.
Una serie de textos que siguen el modelo de La tragicomedia de Calisto y Melibea. Todas las historias narran amores con la ayuda del criado del enamorado y de una alcahueta, con un marcado carácter erótico.
La que más sobresale fue creada a finales del siglo XV por Diego de San Pedro (Cárcel de amor) y Juan de Flores, y fueron continuamente reeditadas. Nuevos títulos desarrollaron el tema de la pasión desdeñada con sucesos históricos, además del relato epistolar.
Este tipo de novela tuvo un desarrollo prodigioso. Se escriben continuaciones del Amadís (los «amadises») y de su serie rival, los «palmerines», originada en Palmerín de Olivia. Al caballero enamorado y heroico se le suman el caballero cristiano en lucha contra los infieles y, luego, el caballero aventurero. De imaginación deslumbrante, pretende deslumbrar al lector.
Una de las obras más importantes de la literatura española, da origen a un nuevo subgénero: la novela picaresca. Narraciones en forma de relato pseudoautobiográfico de un personaje de orígenes miserables que abandona el medio familiar y presta servicio a varios amos. El protagonista posee caracteres picarescos y un acusado afán de medro. Las historias picarescas pretenden explicar un estado final de deshonor a partir de las circunstancias del pasado del protagonista. Las primeras ediciones fechadas en 1554 provienen de ediciones perdidas.
Lázaro de Tormes, obligado desde pequeño a abandonar su núcleo familiar, pasa a estar al servicio de varios amos y a desarrollar distintos oficios. Su vida se estructura en torno a tres módulos ternarios correspondientes a las etapas vitales de la infancia, adolescencia y juventud.
Al contrario que otras novelas, Lázaro se va formando como personaje a través de las peripecias que vive y sufre. Lázaro está solo, vive inmerso en un mundo sin amor. El espacio de la obra no es ni el de la novela de caballerías, ni bizantina, ni pastoril; se localiza en un espacio urbano.
El referencial, descriptivo y dramático. Destaca el empleo de:
Solo se percibe atendiendo al contexto y según lo que se lee y la intención del emisor de diferentes mensajes.