Portada » Español » Modalizacion y cohesión
Comentaremos los elementos de repetición (repeticiones, palabra clave y familias léxicas) y las relaciones semánticas (sinonimia, antonimia, hiperonimia, campos semánticos y figuras retóricas). Comenzamos con las repeticiones: generación perdida (titular, 1,26), mola (titular, 8,26), jóvenes (2,17), precario/s (5,20) y trabajo (15, 15). Todas estas son palabras clave: generación perdida y precario. Las familias léxicas, tenemos la de jóvenes (2), joven (5), juvenil (11) y juventud (19); la de precario (5), precaria (20) y precariedad (23), y la de jubilen y jubilarse (21). Como sinónimos, podemos señalar la traducción al inglés de: the lost generation (7). Sin embargo, sí encontramos parejas de antónimos: suene chulo y no mola nada (8), los jóvenes y los no tan jóvenes (13), años jodidos y buenos tiempos (17), juventud y vejez (19 y 20), y signas (21) y precaria (20). En cuanto a los hiperónimos, tenemos el de la familia (23) con los hipónimos: madres y padres (20). Los campos semánticos, son más amplios. X ejemplo tipos de persona, formado por jóvenes golpeados por la crisis (2), escritores borrachos (3), rockeros malditos (4), madres y padres (20). Otro campo semántico es el de la economía: crisis (2), población activa joven (12), tiempo parcial (13), trabajo basura (15), contrarreformas de pensiones (22) y cotizar (22). Este campo semántico, puede abarcar más de una categoría gramatical dado que vertebra el contenido de texto, será también la isotopía léxica. Por último, las figuras retóricas, de las que únicamente encontramos dos metáforas: genio del storytelling político (1) y vivir a salto de mata (23).
Esta hace referencia a la dimensión sintáctica y semántica, es la propiedad textual que se establecen relaciones entre los enunciados que componen un texto y lo conexionan mediante recursos sintácticos y semánticos. Los mecanismos que cohesionan un texto son la deixis, la elipsis, las relaciones temporales y los conectores textuales. La deixis, destaca la deixis personal: señala en tercera persona, como algún genio (1), escritores borrachos; también en 1ª persona que hace referencia al emisor: me la pongo hasta yo (6), no soy yo (13). También hay deixis de 2ª persona pero hace referencia al emisor: te entran (7). La deixis social, el autor habla de usted al receptor. Podemos verlo en los verbos: reconocerán (2), oigan (8). En caso de la deixis de tiempo y de espacio no abundan en el texto. Pero hay adverbios: ayer (10), ya (18 y 26) y siempre (18). En caso del tiempo predomina el presente, ya que el autor está hablando de una situación actual. Combina el presente y pasado para recordar hechos y con el futuro, ya que imagina una situación futura: pondría (4), se perderán (14), aceptarían (14). Destaca la perífrasis modal de posibilidad: debíó de inventar (1), puede ser (18), En cuanto a los elementos, las anáforas: su significado (2, generación perdida), esos (9, para referirse a los de las telecomedias y el cine independiente), en la que (10, foto de grupo de la generación perdida); y las catáforas: esto (2, que se refiere a crisis; aunque no concuerde en género, sí se refiere a crisis porque lo hace para referirse a todo lo que envuelve a la crisis),. Comentaremos las elipsis, destacan las elipsis verbales, señala el uso de estructuras paralelísticas.: pero (no mola) nada (8), (ser de la generación perdida) tiene algo (3), (ser de la generación perdida) evoca (3), (significa/es) una tasa (11), es decir, (se trata de) un mercado (13), (podéis) entender… y (podéis) empezar… (26), etc. Para terminar el análisis de la cohesión gramatical, hablaremos de los conectores, los cuales escasean en el texto. Así, encontramos de contraste (en cambio, 5), continuadores del discurso (pues, 8), reformuladores (es decir, 13) y de adición (y, 23
Comenzamos a comentar la adecuación definíéndola como la propiedad que todo texto posee por medio de la cual el emisor tiene en cuenta el contexto, el receptor, el código y el canal, es decir, a todos los elementos de la comunicación. Y, por ello, los tiene en cuenta y toma una serie de decisiones que se adapten a todos ellos. En primer lugar, diremos que el ámbito de uso de este texto titulado “La generación perdida no mola” es el ámbito periodístico (aparece publicado en el periódico digital Eldiario.Es); concretamente, se trata de un artículo de opinión. Según su tipología textual, es un texto expositivo-argumentativo. En este caso, la parte argumentativa es dominante respecto a la expositiva. La parte explicativa la encontramos en toda la información que da el autor, Isaac Rosa, respecto a la generación perdida. Y la parte dominante se ve en todos los argumentos que aporta respecto a su opinión sobre dicha generación (no le gusta y no nos debe gustar a nadie). En segundo lugar, y en relación con lo dicho antes, diremos que las funciones del lenguaje que predominan en el texto son tanto la expresiva (“La generación perdida no mola”, titular, por ejemplo) como la apelativa, especialmente en las interrogaciones del quinto párrafo. También lo vemos cuando dice “oigan” (8) o “así es, amigos” (26). Dicho esto, vamos a analizar el registro utilizado por el autor. Se trata de un registro estándar con desviaciones coloquiales, vulgares y cultas. Ejemplos de coloquialismos serían las expresiones “y si encima” (5), “te entran ganas de” (6), “pues no” (8), el adjetivo “chulo” (8), el verbo “mola” (8), “vivir a salto de mata” (23), “es todo cuesta abajo” (24) o “está en juego” (27). También vemos un vulgarismo: “jodidos” (17) y varios cultismos: “estética del perdedor” (3), “precaria” (20) o “magnitud” (26). Asimismo llaman la atención algunos anglicismos como “storytelling” (1), “cool” (3) o “punk” (6), o el neologismo “gamonalear” (27), surgido de las protestas en el barrio burgalés de Gamonal. A continuación, analizaremos la modalización del texto, definida como el grado de subjetividad que hay en él. Empezaremos con la modalización valorativa, donde encontramos sustantivos valorativos como “basurero del siglo” (16) o “crudeza” (19), adjetivos como “los no tan jóvenes” (13), el positivo “precaria” (19) o el superlativo “muy triste” (24), o verbos como “extrañe” (14). También encontramos metáforas como “basurero del siglo” (16), la comparación de la línea 12 (“como en una posguerra”) o las interrogaciones retóricas de las líneas 15-16 o 20-22. También podemos comentar el cambio de registro que, como ya hemos visto, pasa del estándar al coloquial, al culto y algo al vulgar, aunque sea en pequeñas dosis. Seguimos con la modalización epistémica, donde encontramos un grado de certeza alto, ya que predomina la modalidad oracional enunciativa y los verbos en presente. Y, en cuanto a la modalización deóntica, vemos un par de ejemplos en los que vemos cómo el autor aconseja al receptor: “oigan” (8), “olvidad” (8) y “ya podéis asumirlo” (26). Por todo ello, podemos afirmar que el grado de modalización es muy alto, es decir, el texto es muy subjetivo.
Elementos de cohesión léxica . Los fundamentales son los correspondientes a la red léxico-semántica del texto, que está organizada en tomo a los campos conceptuales o semánticos de la «violencia de género» {víctimas mortales, violencia machista, verdugos, cadáveres, femicidios, asesinadas, asesino, …), de la «juventud» (jovencísimos, juventud, adolescentes, novietes, imberbes, chica, niñas, primer amor, estudiantes y estudiantas, jóvenes, crías, cachorro, …) y de la «educación» {transmisión de valores, boletín de notas, escuela, profesoras, coeducación,…). A partir de aquí, posibles comentarios sobre fenómenos de relación semántica como los de la hiponimia, hiperonimia, sinonimia, polisemia, etc. . En íntima relación con lo anterior llaman la atención algunas figuras retóricas que suponen siempre la reiteración, semánticamente intensificada, de elementos léxicos previos: Naufragio educativo (línea 4), Penélopes (línea 11), cachorro (línea 20),….
1. Intencionalidad o propósito comunicativo: dado que el destinatario es todo posible lector, la intencionalidad o el propósito comunicativo de la autora es transaccional (informativo) y persuasivo (creador de conciencia), pudiendo identificarlo con la advertencia de que es absolutamente necesario el replanteamiento de la educación juvenil para evitar que haya víctimas mortales de la violencia machista cada vez más jóvenes. 2. Funciones lingüísticas dominantes: la expresiva o emotiva (Qué terrible comprobar… (línea 1)) y la representativa o referencial. 3. Modalidad oracional predominante en el texto: enunciativa o asertiva, aunque también se muestra la dubitativa (probablemente (línea 3) y Quizá (línea 17)). 4. Modalización del enunciado: la autora, para llamar la atención de sus destinatarios de acuerdo con su intencionalidad o propósito comunicativo, utiliza elementos valorativos de índole intensificativa y a veces irónica: sustantivos {víctimas, verdugos, «novietes», cachorro, asesino, …), adjetivos (jovencísimos, estrepitosos, imberbes inseguros, «celosos» y posesivos, «modernas», penúltimo, …), verbos {llevamos caídas, mudado,…) 5. Procedimientos lingüísticos y paralingüísticos para inscribir otros discursos en el discurso propio {«su» y «una coeducación sentimental consciente que pueda transmitir conceptos saludables y placenteros del amor») o para marcar semánticamente determinados elementos léxicos {«novietes», «celosos» y «modernas»). 6. Ámbito de uso: periodístico {El País). 7. Registro o variedad lingüística principal: registro formal, aunque con no pocos rasgos de oralidad cotidiana o coloquial. 8. Tipo de texto: expositivo-argumentativo, puesto que se trata de un artículo de opinión. 9. Género discursivo: artículo de opinión.