Portada » Psicología y Sociología » Miedos Infantiles, Regresiones y Rabietas: Cómo Abordarlos con Éxito
Rocío, una niña de 4 años, ha desarrollado un intenso miedo a la oscuridad. Se despierta en la noche gritando y llorando, buscando la compañía y la luz de sus padres. Esta situación genera preocupación en sus padres, quienes buscan la mejor manera de ayudarla.
Sí, es habitual que los niños de esta edad experimenten miedos evolutivos, como el miedo a la oscuridad. Es una fase del desarrollo emocional que refleja su imaginación en crecimiento y la dificultad para diferenciar entre la fantasía y la realidad.
Lucía, de 2 años y medio, había logrado controlar la orina, pero tras el nacimiento de su hermano José, ha vuelto a orinarse encima conscientemente. Sus padres, que antes celebraban sus avances, ahora se enfrentan a este retroceso.
Lucía está experimentando una regresión, un comportamiento común en niños pequeños ante cambios significativos, como la llegada de un nuevo hermano. Este retroceso en el control de esfínteres es una manifestación de su necesidad de atención y su inseguridad al sentirse desplazada.
No. Regañarla podría intensificar su inseguridad. Es fundamental entender que su comportamiento es una expresión de sus emociones.
Carmen, entusiasmada con su nuevo chubasquero de Pocoyó, se enfrenta a la negativa de su madre de usarlo porque aún no hace frío. La frustración desencadena una rabieta con llanto, gritos y pataleo.
Carmen experimenta una intensa reacción emocional debido a la frustración. A su edad, los niños aún no han desarrollado completamente la capacidad de gestionar emociones como la decepción.
Sí, es crucial. Un enfoque coherente entre ambos entornos refuerza los valores y límites. Los educadores pueden brindar apoyo adicional trabajando habilidades emocionales en el aula.
Natalia, de 4 años, enfrenta la pérdida de su perro, su fiel compañero. La tristeza se manifiesta en preguntas constantes sobre su mascota y cambios en sus hábitos alimenticios, mostrando desinterés por la comida y preferencias muy específicas.
Sí, es una reacción común después de una pérdida significativa. El duelo infantil puede manifestarse en cambios de comportamiento y hábitos, incluida la alimentación, ya que los niños aún no comprenden completamente sus emociones.
Cada situación refleja etapas normales del desarrollo infantil. La clave reside en la paciencia, la empatía y la aplicación de estrategias coherentes para abordar las necesidades emocionales de los niños.