Portada » Diseño e Ingeniería » Métodos Efectivos para Estabilizar Taludes y Prevenir Deslizamientos
Estas técnicas se enfocan en modificar la forma del talud para mejorar su estabilidad:
El objetivo de estas técnicas es disminuir las presiones intersticiales que actúan sobre la superficie de deslizamiento, aumentando así su resistencia.
Estas medidas buscan frenar o fijar el deslizamiento mediante estructuras que se oponen al movimiento.
Son armaduras metálicas colocadas en taladros perforados desde el talud y cementadas. Trabajan a tracción y contribuyen a la estabilidad del talud de dos maneras:
La longitud de los anclajes suele variar entre 10 y 100 metros, y el diámetro de perforación entre 75 y 125 mm. Los anclajes se clasifican según su tiempo de servicio:
También se clasifican según su forma de trabajar:
Se emplean para estabilizar deslizamientos al introducir un elemento de contención en el pie. Sin embargo, pueden presentar inconvenientes, como la necesidad de excavar en el pie del talud y la posibilidad de no evitar deslizamientos por encima o por debajo del mismo. Los muros se clasifican en:
Tipos de muros:
Las pantallas de pilotes son alineaciones de estos elementos. Se emplean en taludes para:
Son muros enterrados de hormigón armado hormigonados in situ. Funcionan de manera similar a los muros de pilotes, pero son estructuras continuas.
Estas estructuras detienen el avance de bloques mediante su interceptación y frenado. Se clasifican en:
Protegen de desprendimientos rocosos en carreteras y ferrocarriles. Se construyen de hormigón y se coloca una capa de material granular sobre su techo para amortiguar el impacto de los bloques y evitar rebotes.
Estas medidas se aplican a la superficie del talud para reducir la erosión, la meteorización, las caídas de piedras y aumentar la seguridad frente a pequeñas roturas superficiales.
Se busca mantener una cubierta vegetal en el talud para evitar la erosión superficial, drenar la parte superficial (absorción de agua por las plantas) y aumentar la resistencia al esfuerzo cortante en la zona de suelo ocupada por las raíces.
Consiste en una capa de hormigón rociada sobre la superficie de taludes en roca. Evita la meteorización de la roca y proporciona resistencia en los bordes exteriores de las discontinuidades que afloran en el talud, aumentando la resistencia del bloque frente al deslizamiento.