Portada » Biología » Metabolismo Celular: Una Guía Completa de Reacciones y Procesos
El metabolismo celular es un conjunto de reacciones químicas que ocurren en el interior de las células. Estas reacciones transforman unas biomoléculas en otras, obteniendo materia y energía para las funciones vitales.
Las diferentes reacciones químicas se organizan en vías metabólicas, y las moléculas que intervienen en ellas se denominan metabolitos. Las sustancias finales de una vía metabólica se conocen como productos. Las pequeñas vías que conectan las grandes vías metabólicas reciben el nombre de metabolismo intermediario. Todas las reacciones metabólicas están reguladas por enzimas, que son específicas para cada metabolito inicial o sustrato.
El adenosín trifosfato (ATP) es un nucleótido que actúa como molécula energética de uso inmediato. Almacena y cede energía gracias a sus dos enlaces ésterfosfóricos. Cuando el ATP se hidroliza, se rompe el último enlace ésterfosfórico por desfosforilación, produciendo adenosín-difosfato (ADP), una molécula de ácido fosfórico y energía. El ADP también puede ser hidrolizado, generando adenosín-monofosfato (AMP) y otra molécula de ácido fosfórico.
La síntesis de ATP se puede realizar mediante:
Si la energía no se necesita inmediatamente, la célula utiliza otras biomoléculas capaces de almacenar más energía por gramo, como el almidón, el glucógeno o los triglicéridos.
Según la fuente de carbono:
Según las fuentes de energía:
El control bioquímico del metabolismo regula las reacciones metabólicas y el momento en que deben producirse. Este control se lleva a cabo mediante biocatalizadores o enzimas, sustancias que posibilitan estas reacciones y regulan las vías metabólicas.
En los organismos pluricelulares, el sistema endocrino también participa en el control bioquímico. Las hormonas son moléculas segregadas por ciertas glándulas que actúan como mensajeros químicos, regulando el metabolismo interno de las células diana.
La energía libre es la energía que posee un sistema para realizar trabajo. Para que una reacción química ocurra, es necesario superar una barrera energética llamada energía libre de activación. Los catalizadores, como las enzimas, aceleran las reacciones químicas al reducir la energía de activación, permitiendo que la reacción alcance un estado conocido como estado de transición.
Las enzimas son biocatalizadores que aumentan la velocidad de las reacciones químicas al disminuir la energía de activación. Excepto las ribozimas, todas las enzimas son proteínas globulares. En la cadena polipeptídica de una enzima se distinguen tres tipos de aminoácidos: los estructurales, los de fijación y los catalíticos. Las enzimas son solubles en agua y se difunden bien.
Las ribozimas son moléculas de ARN que catalizan la pérdida o ganancia de nucleótidos, sin consumirse ellas mismas.
Las enzimas no son activas hasta que no actúan sobre ellas otras enzimas o iones, los denominados zimógenos o proenzimas. Algunas enzimas presentan isoenzimas, formas moleculares diferentes que catalizan la misma reacción química.
La sustancia sobre la cual actúa una enzima se llama sustrato. La enzima y el sustrato se unen mediante enlaces débiles, formando el complejo enzima-sustrato. Luego se forma el complejo activado, y al finalizar la reacción, se obtiene el complejo enzima-producto. Finalmente, el producto se libera de la enzima.
El centro activo es la región de la enzima que se une al sustrato. Constituye una parte muy pequeña de la enzima y tiene una estructura tridimensional que facilita el encaje del sustrato y dificulta el de otro tipo de moléculas. El centro activo está formado por aminoácidos de fijación, que establecen enlaces débiles con el sustrato, y aminoácidos catalíticos, que establecen enlaces fuertes con el sustrato y crean tensión para facilitar la reacción.
La especificidad entre enzima y sustrato se debe a la presencia de radicales de fijación y aminoácidos catalíticos en el centro activo.
La constante de Michaelis-Menten (Km) es la concentración del sustrato a la cual la velocidad de reacción es la mitad de la velocidad máxima. La Km depende del grado de afinidad entre la enzima y el sustrato.
Las holoenzimas están formadas por una parte proteica llamada apoenzima y una parte no proteica llamada coenzima. Las coenzimas actúan como transportadores de grupos químicos, modificándose durante la reacción al aceptar o perder átomos. La unión entre la apoenzima y la coenzima es temporal, y la coenzima se puede considerar como un segundo sustrato.
El catabolismo es la fase degradativa del metabolismo, en la que se obtiene energía. Las moléculas orgánicas iniciales se transforman en otras más sencillas, hasta llegar a los productos de excreción. La energía almacenada en los enlaces ricos en energía del ATP se utiliza para realizar actividades celulares o sintetizar compuestos orgánicos complejos, donde se almacena la energía sobrante.
Las reacciones catabólicas liberan energía porque las sustancias iniciales tienen una energía libre mayor que la de los productos. La energía libre de un compuesto aumenta cuanto mayor sea la energía acumulada en sus enlaces químicos internos y cuanto menor sea el grado de desorden de sus moléculas.
Las reacciones redox son reacciones de transferencia de electrones. Si una sustancia se oxida, pierde electrones; mientras que otra sustancia los acepta, reduciéndose. La sustancia que provoca que otra pierda electrones se denomina agente oxidante, y la sustancia que provoca que otra gane electrones se llama agente reductor.
La liberación de energía en el catabolismo ocurre de forma gradual, en forma de energía química almacenada en los enlaces del ATP. Esto es posible gracias a las siguientes características:
En el aparato digestivo de los animales, los polisacáridos de los alimentos se hidrolizan y degradan en disacáridos y luego en monosacáridos como la glucosa, la fructosa y la galactosa. Las reservas de glucógeno y almidón también pueden ser hidrolizadas en glucosa.
En la degradación total por respiración de la glucosa se distinguen dos procesos principales:
La glucólisis, o ruta metabólica de Embden-Meyerhof, tiene lugar en el citosol tanto en células eucariotas como procariotas. En la glucólisis, la glucosa se escinde en dos moléculas de ácido pirúvico a través de nueve etapas. La energía liberada en este proceso se utiliza para sintetizar dos moléculas de ATP mediante fosforilación a nivel de sustrato, donde una molécula de sustrato que contiene un grupo fosfato se lo cede a un ADP para formar ATP.
El balance global de la glucólisis es de 2 ATP y 2 NADH por cada molécula de glucosa.
El ciclo de Krebs ocurre en la matriz mitocondrial de las células eucariotas y en el citosol de las procariotas. El ácido pirúvico obtenido en la glucólisis entra en la mitocondria por transporte activo, donde el sistema piruvato deshidrogenasa lo transforma en acetil-CoA. En este proceso, se libera un grupo carboxilo en forma de CO2 y dos hidrógenos, que son aceptados por un NAD+ que se reduce a NADH + H+. El grupo acetilo resultante se une a una coenzima A, formando acetil-CoA.
El acetil-CoA se incorpora al ciclo de Krebs, transfiriendo su grupo acetilo a una molécula de oxalacetato. Se producen una serie de reacciones que regeneran el oxalacetato y degradan el grupo acetilo en dos moléculas de CO2. En cada vuelta del ciclo se genera 1 GTP, 3 NADH, 1 FADH2 y 1 ATP. Como se introducen dos moléculas de acetil-CoA por cada molécula de glucosa, el balance final del ciclo de Krebs es de 2 GTP, 6 NADH, 2 FADH2 y 2 ATP.
En la cadena respiratoria, las coenzimas reducidas (NADH y FADH2) se oxidan, y la energía liberada se utiliza para sintetizar ATP mediante tres procesos:
El balance global del catabolismo respiratorio de la glucosa es de 38 ATP por cada molécula de glucosa: 2 ATP de la glucólisis, 2 ATP del ciclo de Krebs, 4 ATP de la oxidación de 2 FADH2 del ciclo de Krebs y 30 ATP de la oxidación de 10 NADH (6 del ciclo de Krebs, 2 de la transformación de ácido pirúvico a acetil-CoA y 2 de la glucólisis).
: Transformación de ácido pirúvico en etanol y dióxido de carbono. Determinadas levaduras. En una primera etapa, se realiza la glucólisis y la glucosa se tranforma en ácido pirúvico, y en la etapa siguiente se realiza la transformación del ácido pirúvico en acetaldehído y dióxido de carbono, y luego el acectaldehído en etanol. Como productos secundarios se pueden producir glicerina, ácido succínico, y ácido acético.
Fermentación láctica: Se forma ácido láctico a partir de la degradación de la glucosa. Normalmente, ocurre si determinador microorganismos inician la fermentación de la lactosa de la leche, produciendo su agriamiento y coagulación de la proteína caseína. Los microorganismos pueden ser Lactobacillus casei, L. bulgaricus, Streptococcus lactis y Leuconostoc citrovorum, y se obtiene de ello productos derivados de la lece como el queso o el yogur. Otro caso de fermentación láctica ocurre cuando un animal realiza un sobreesfuerzo físico, las células musculares pueden quedarse sin suficiente oxígeno para catabolizar por respiración ácido pirúvico procedente de la glucólisis, entonces lo degradan por fermentación a ácido láctico. Después el ácido láctico es transportado de forma gradual hasta las células hepáticas donde, en condiciones aeróbicas, se reconvierte en ácido pirúvico.
En las células musculares primero se realiza la glucolisis, en donde se obtienen 2ATP y se producen 2(NADH+ + H+), y luego la transformación del ácido pirúvico en ácido láctico, regenerando coenzimas oxidantes (NAD+) con lo que el proceso no se deriene.