Portada » Magisterio » Mediación y comunicación con personas sordociegas
El mediador debe ser un compañero competente en cuanto al uso de sistemas alternativos de comunicación y otros aspectos comunicativos, y que, además, respetando las iniciativas y los intereses de las personas con sordoceguera con las que interviene, sabe cómo conducir la relación sin dirigirla, y lo hace con el objetivo de ofrecer la mejor respuesta a las necesidades de esas personas.
Es el profesional que maneja con fluidez, en general, diferentes sistemas de comunicación alternativos al lenguaje oral, en especial el de la persona con sordoceguera con la que interviene, y sabe actuar como nexo entre estas y el mundo, ayudándola a que conozca lo que hay y pasa en él, a la vez que motiva, facilita y dinamiza la relación de interacción y comunicación entre la persona con sordoceguera y su entorno, propiciando la adquisición de aprendizaje. Debe ser, además, capaz de actuar como soporte en el desarrollo social y la inserción laboral cuando es necesario.
Desarrollar intervenciones de mediación comunicativa con personas sordas, sordociegas y con discapacidad auditiva que sean usuarias de la lengua de signos española o con dificultades de comunicación, lenguaje y habla. Ámbitos de actuación: asistenciales, educativos, sociolaboral, psicosocial, apoyo a las gestiones básicas, autonomía, sensibilización (dinamización comunitaria).
El mediador tiene como objetivo:
El intérprete tiene como objetivo:
Consiste en deletrear el mensaje apoyando cada una de las letras sobre la palma de la mano de la psc.
La forma de colocarse dependerá de las costumbres y preferencias de cada psc. Este sistema de comunicación es cansado para ambos interlocutores, debido a la colocación corporal, el desgaste físico, además de la concentración, es por ello que hay que tratar de que la posición de ambos sea la más cómoda posible.
Si la comunicación va ser prolongada, la persona que emite el mensaje debe tratar de sentarse con el tronco derecho y relajado. Los brazos relajados al lado del cuerpo, sin elevarlos.
El interlocutor toma la mano receptora de la psc con su mano libre, quedando la mano abierta y con la palma hacia arriba. La mano de la psc debe quedar firmemente apoyada en la del interlocutor para que no oscile al apoyar las letras. No apretarla demasiado ni sujetarla por la muñeca.
Grupo I. PSC Congénita. Común la expresión por gestos naturales. Podrán aprender la lengua de signos aunque sea a nivel muy básico, y alfabeto dactilológico. La recepción de la comunicación será en los mismos sistemas.
Grupo II. Sordos congénitos con ceguera adquirida. Al ser sordos de nacimiento utilizan la lengua de signos. Pero cuando les sobrecoge la deficiencia visual, seguirán utilizando este sistema o lo adaptaran a la versión táctil de la lengua de signos. La persona que ha recibido apoyo utilizara el lenguaje oral.
Grupo III. Ciegos congénitos, con sordo adquirida. Utilizaran la lengua verbal tanto en la comunicación expresiva como receptiva. Cuando sobreviene la sordera, si es posible utilizaran audífonos, sino podrán utilizan sistemas de comunicación táctil, pero no perderán el sistema verbal. Les será complicada la lengua de signos. Muchos aprenderán a usar el Sistema Braille.
Grupo IV. Sordociegos no congénitos. Si han desarrollado la lengua oral, cuando le sobrevenga la sordoceguera seguirá conservando su comunicación verbal, excepto en casos especiales. Es muy raro que adquieran la lengua de signos. Se comenzara con la escritura en la mano para pasar a dactilológico o dactilológico combinado con signos.
es esencial, dentro de lo posible:
• Buscar la colocación más cómoda para ambos y más adecuada para cada situación de interpretación en concreto
• Utilizar sillas cómodas, con reposabrazos o sin ellos, dependiendo de las necesidades del usuario. El cuerpo y los brazos de ambos deben estar lo más cómodos posibles
• Buscar la forma de sentarse más adecuada según el sistema de comunicación y lo que resulte más confortable para los dos, sin estar forzados, para evitar que se produzcan lesiones.
• Es importante dejar suficiente espacio alrededor para que no se golpeen los brazos al signar o moverse.
• Tratar de no ubicar a la persona sordociega cerca de fuentes de calor o corrientes de aire.
• No dejar objetos en el suelo con los que las personas sordociegas que se desplacen de manera independiente se puedan tropezar
• Cuidar que las puertas y ventanas estén abiertas o cerradas completamente.
• En el sistema dactilológico ambos interlocutores se colocan en frente, pero la distancia a la que se ubican va a depender de las características visuales de la persona