Portada » Tecnología » Materiales de construcción y su impacto: desde el hormigón hasta los polímeros
Una de las actividades que demanda y consume más materiales (vidrio, metal, PVC…) es la construcción de edificios e infraestructuras. Entre los materiales de construcción, el hormigón es el preferido.
El hormigón es una mezcla de elementos inertes (arenas y gravas) y una sustancia aglutinadora, el cemento. Este, mediante su reacción química con el agua (hidratación), se endurece y al mismo tiempo adquiere resistencia y rigidez. En la actualidad, se añaden unos aditivos que sirven para dar color, para mejorar el fraguado e incluso para mejorar las propiedades impermeabilizantes. Gracias a la naturaleza pastosa de la mezcla inicial, el hormigón puede adquirir cualquier forma.
Los antecedentes más primitivos de su uso se pueden encontrar en los antiguos constructores egipcios, que empleaban limo húmedo y yeso como sustancia cementante. Los romanos mejoraron este hormigón al descubrir que, al añadir cenizas volcánicas, se hacía más resistente, duradero y podía fraguar bajo el agua. Esto resultó útil sobre todo para la construcción de los pilares de los numerosos puentes que se han conservado hasta la actualidad. Otra innovación importante fue la invención del cemento Portland, obtenido mediante calcinación de una mezcla de materiales calizos y arcillosos que después se muelen y mezclan con yeso. En el siglo XIX, las propiedades constructivas del hormigón mejoraron al introducir barras de hierro en la mezcla antes de su fraguado; de esta forma, se corregía su debilidad a la flexión y estiramiento. Otro avance fue el hormigón pretensado, que revolucionó la construcción.
Los metales son abundantes, duros y maleables, conducen el calor y la electricidad, y se pueden combinar entre sí para crear aleaciones que potencien sus propiedades. Tienen un inconveniente: casi todos son sensibles a la corrosión.
El tipo de corrosión más habitual es la oxidación, que se puede interpretar como una vuelta de los metales a su estado natural, ya que la mayor parte de ellos se encuentran en la naturaleza en forma de óxidos. Las técnicas metalúrgicas han conseguido separar el oxígeno del metal puro, pero con el tiempo el contacto con el agua y el aire tienden a devolverlos a su forma original. En la actualidad, es posible diseñar aleaciones y tratar los metales con técnicas que retrasan la corrosión, pero su eficacia no es universal y suelen exigir mantenimiento.
El uso de algunos materiales plantea riesgos para el medio ambiente o la salud de las personas, unas veces porque la extracción de sus materias primas es contaminante y otras por los procesos de transformación. Algunos materiales poseen cierto nivel de toxicidad, sobre todo cuando se someten a condiciones para las que no han sido diseñados. Algunos materiales se siguen usando a pesar de su toxicidad (mercurio). Otras sustancias se utilizan durante un tiempo hasta que se descubre que son tóxicas (aislante térmico). En la actualidad, existen agencias internacionales que elaboran listas de sustancias peligrosas. El que ha tenido más éxito ha sido el Protocolo de Montreal, que promovió la sustitución de los CFC.
Se asocia a los plásticos, pero existen muchas sustancias que pertenecen a esta categoría.