Portada » Filosofía » Marxismo: Teoría, Materialismo Histórico, Trabajo y Alienación
Marx
Cansado de contemplar el mundo, Marx subordina el pensamiento a la acción. No se vive como se piensa, sino que se piensa como se vive. No son las ideas las que gobiernan el mundo, sino la materia, la economía y la forma de pensar. La filosofía marxista es crítica con la filosofía en general. La dialéctica es la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento.
Concepción de la historia guiada por la materia, especialmente la economía. La materia no es producto del espíritu, sino que el espíritu es una manifestación de la materia. No son las ideas las que gobiernan el mundo, sino la economía. Los elementos clave son: fuerzas productivas, relaciones de producción, sistema y modo de producción de los bienes materiales. El verdadero motor de la historia es la infraestructura, el conjunto de fuerzas productivas y relaciones de producción, y no las creencias, ideologías, normas o instituciones.
La historia ha generado diversos modos de producción:
La llegada a una futura sociedad tendrá que provenir de la revolución del proletariado. La lucha de clases desembocará en el alzamiento de la clase obrera que, reprimida por el capitalista, se rebelará contra la opresión. Para Marx, esto es inevitable, pero no debemos esperar que suceda por sí solo.
La economía presenta la primera necesidad básica de todos los hombres, que se fundamenta en la manera en que nos procuramos los medios de existencia. En definitiva, es el trabajo y la producción.
La tesis de Marx es que el ser humano es el conjunto de relaciones sociales y el hombre es el resultado del trabajo. Sin embargo, el trabajo, en lugar de realizarle, le ha alienado, como resultado del capitalismo. El hombre produce objetos que se convierten en mercancías. Si estas se intercambiasen, no habría problemas, pero el trabajador vende su trabajo, es decir, a sí mismo. Además de producir mercancías, se convierte en mercancía y se vende a sí mismo, que es la peor esclavitud. El producto del trabajo no se vende por su precio de costo, sino por mucho más, generando plusvalía, es decir, el beneficio del capitalista por el trabajo ajeno.
Tenemos dos valores:
Con ello, Marx presupone que el final del sistema capitalista llega con la desaparición de este y la dictadura del proletariado.
Es la despersonalización que sufre el hombre en la sociedad capitalista, lo contrario a la realización personal. Es aquello que impide al hombre ser feliz, las ataduras que sufre el proletario en su vida por la estructura social en la que se halla.
La filosofía de Marx es materialista. Solo existe la materia o lo que ella pueda producir. Por lo tanto, no existe nada espiritual, como el alma, Dios o los espíritus. Es totalmente ateo. La doctrina es que el hombre es para el hombre el ser supremo. Toda la crítica religiosa se fundamenta en que Dios no hace al hombre, sino que el hombre hace a Dios. Esto se da en tres grados:
Esta filosofía tiene un trasfondo humanista, ya que pretende salvar al hombre de su situación, rescatándolo de la humillación por la clase dominante. El hombre no tiene una naturaleza fijada, sino que ha de hacerse. La esencia del hombre la constituye el trabajo, el sentido de producción. Es en la práctica diaria donde debe mostrar la realidad y el poder de su pensamiento. El trabajo le distingue de los animales, ya que este es el centro de su ser. Por el trabajo, el hombre se abre al mundo y a la realidad. Realiza y desarrolla su ser en la historia. Configura la totalidad de la vida social.
La esencia humana es el conjunto de relaciones sociales, y estas, que deberían satisfacer al hombre, lo oprimen. El trabajo, que es donde más debería realizarse, lo oprime, lo limita y lo anega, lo aliena. Marx busca la lucha de una clase sometida por su liberación. El trabajo debe dignificar al hombre, y la clase capitalista no lo permite. El marxismo quiere liberar al hombre de las cadenas capitalistas, laborales y sociales.