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A continuación, se explican cuatro diferencias esenciales entre el marxismo y el anarquismo:
La oposición entre marxistas y anarquistas dificultó la vida de la Primera Internacional (creada en Londres en 1864) y fue la causa más importante de su fracaso.
La conciencia de que los problemas del proletariado eran similares en todos los países y la necesidad de una actividad organizada de las masas, como pedía Marx, son los factores que explican la aparición de una organización internacional del movimiento obrero. La sesión inaugural de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) tuvo lugar en Londres en 1864. En los congresos anuales se formulaban la estrategia y reivindicaciones del movimiento obrero, se difundía la solidaridad internacional y la formación de una conciencia proletaria. Pronto surgieron las divisiones entre marxistas y anarquistas. Este hecho, junto con el fracaso de la Comuna parisina, contribuyó a la desintegración de la Internacional en el Congreso de La Haya (1872).
La Segunda Internacional nació en París en 1889 y solo estaba formada por marxistas. Ahora el enfrentamiento será entre socialistas revolucionarios (Lenin, Kautsky…) y revisionistas o reformistas (Bernstein). Los primeros defendían no participar en los gobiernos “burgueses capitalistas” y la toma del poder mediante un proceso revolucionario que llevaría a la dictadura del proletariado; los segundos buscaban la alianza con las clases medias y partidos de izquierdas y participar en las democracias parlamentarias para lograr sus objetivos mediante reformas en una evolución pacífica.
Además, estaban los sindicalistas que creían que los sindicatos eran el medio idóneo para alcanzar la revolución social mediante huelgas y acciones violentas. Otros problemas que surgieron entre las diversas tendencias fueron la postura de los internacionalistas ante la expansión colonial y ante la posibilidad de una guerra. La guerra que comienza en 1914 marcó el final de la Segunda Internacional.
“Desde este punto de vista, lo repito, la fundación de una colonia es la creación de un mercado (…). En el tiempo en que estamos y con la crisis que pasan todas las industrias europeas, la fundación de una colonia es la creación de una salida. Allí donde permanezca el nudo colonial entre la madre-patria que produce y las colonias que ella fundó, se tendrá el predominio de los productos: económico, y también político. (…)
Hay un segundo punto que debo igualmente abordar: es el lado humanitario y civilizador de la cuestión. Es preciso decir abiertamente que, en efecto, las razas superiores tienen un derecho con respecto a las razas inferiores porque existe un deber para con ellas. Las razas superiores tienen el deber de civilizar a las razas.”
Discurso de Jules Ferry ante la Cámara, París, 1885.
Mediante la fundación de nuevas colonias se pretendía crear nuevos mercados para hacer frente a la crisis que estaban atravesando las industrias europeas.
En el texto también se hace referencia a los aspectos humanitarios y civilizadores del colonialismo. La supuesta superioridad de la raza blanca y la obligación moral de ayudar a las razas inferiores es el argumento utilizado por la élite política para justificar la legitimidad de su expansión colonial a escala mundial y el sometimiento de las poblaciones indígenas.
Causas económicas:
Consecuencias económicas: