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MARX.
La obra de Marx es el resultado de una triple influencia: la de la filosofía hegeliana; la de la economía política inglesa y la del socialismo francés (llamado posteriormente «socialismo utópico», por contraposición a su propia interpretación del socialismo, conocida como «socialismo científico») 1. De la filosofía hegeliana conservará algunos conceptos que resultarán fundamentales en su pensamiento (especialmente las ideas de dialéctica y de historia como proceso orientado hacia un fin) 2. Del socialismo utópico francés (Saint-Simon, Fourier, Proudhom) tomará las ideas socialistas y revolucionarias de su pensamiento político, como la idea de la lucha de clases. 3. De la economía política inglesa (Adam Smith y David Ricardo), tomará las herramientas técnicas del análisis económico y sobre todo la idea del valor-trabajo como eje articulador de toda actividad productiva. // Marx considera que la filosofía de Hegel (1770-1831) (idealismo) suponía la afirmación de que todo lo real no era más que una manifestación del Espíritu Absoluto, de la Idea. Marx rechazará esta concepción de la realidad como Espíritu Absoluto, al considerar que no es la conciencia (el pensamiento) la que determina la realidad, sino la actividad material el agente productor de la conciencia. Marx encontrará en la teoría del valor de David Ricardo (1772-1823) el punto de partida para su propia teoría del trabajo. Según Ricardo, el valor del trabajo equivale a lo que cuesta renovar, regenerar, la capacidad de trabajo consumida. El patrón ha de pagar al trabajador lo necesario para que éste recupere sus fuerzas y esté en condiciones de seguir trabajando. Pero el trabajo, observa Marx, es una mercancía especial: su consumo no sólo satisface una necesidad (como hace cualquier otra mercancía) sino que, además, genera un producto que es superior a lo consumido, genera plusvalía. Al retribuir al trabajador, mediante el salario, lo necesario para recuperar su «fuerza de trabajo», esa plusvalía no se le restituye, sino que queda en manos del patrón. Y la acumulación de esas plusvalías es lo que da origen al capital. De ahí la producción de las desigualdades sociales, de la división en clases, de la conversión del trabajo en instrumento de alienación y esclavitud, en lugar de realización y libertad de los seres humanos.
Según Marx, el hombre es un ser natural y también sujeto de un proceso histórico y social. La praxis, la producción material de los medios de vida, el trabajo, es la característica fundamental humana y lo que nos diferencia del resto de los animales. El objeto del trabajo es la naturaleza, que es modificada con los medios de producción y como resultado se obtiene el producto. El sujeto activo-productivo se desposee de algo de sí mismo (la fuerza de su trabajo) en el proceso de producción. Aquello de lo que se desposee pasa al objeto (producto). Esta desposesión (alienación) puede ser positiva (cuando el trabajador reconoce el producto de su trabajo como obra suya) o negativa (trabajo alienado, en el que al trabajador no le pertenece ni el producto de su trabajo ni su propia actividad productiva) El trabajo alienado se produce porque el trabajo se convierte en mercancía y también a causa de la división del trabajo y de la propiedad privada de los medios de producción. El trabajo se convierte en mercancía debido a la distinción entre valor de uso (el que posee el producto en tanto que satisface unas necesidades) y el valor de cambio (el que posee el producto al ser intercambiado con otros productos en el mercado. Valor que no viene determinado por la necesidad sino por las leyes del mercado) La división del trabajo produce alienación porque: a. Conduce a la separación de los aspectos manuales e intelectuales del trabajo. b. El proceso de mecanización hace que la máquina determine el ritmo del trabajo. c. Hace surgir la lucha de clases, al estar los medios de producción en manos de una minoría. No es la propiedad privada como tal, sino la propiedad privada de los medios de producción lo que genera el proceso de explotación y alienación.// Marx distingue tres formas de alienación: a. Económica (Trabajo alienado): Es causa de las demás formas de alienación. La superación de la alienación económica consiste en la supresión de la propiedad privada y de la división del trabajo. b. Política: Los derechos políticos en la sociedad capitalista son meramente formales: Igualdad ante la ley, pero no igualdad real (igualdad económica) c. Religiosa: El individuo se refugia en un mundo imaginario (mundo trascendente, más allá) para escapar de la miseria económica real (la religión es el opio del pueblo).
La filosofía hegeliana se había bifurcado en dos corrientes, la derecha y la izquierda hegeliana. La izquierda hegeliana, representada por Bruno Bauer y Ludwig Feuerbach (1804-1872) realiza una interpretación crítica de la filosofía de la religión, partiendo de la crítica que Hegel había hecho del cristianismo. Según Feuerbach la causa de la alienación religiosa está en que el hombre no reconoce que la idea de Dios es algo que él mismo ha creado. La idea de Dios es una proyección de las cualidades humanas más elevadas (Reducción de la Teología a Antropología) El hombre no reconoce que la imagen de la divinidad es obra suya y ve a Dios como algo exterior y extraño que le exige adoración y obediencia. Marx creyó que la crítica de Feuerbach a la religión era inadecuada porque este filósofo no consiguió entender la razón última de la aparición de la religión. Marx considera que la alienación religiosa se produce a partir de las propias condiciones miserables de existencia: el individuo se refugia en un mundo trascendente para escapar de la miseria económica real. La religión es un poderoso medio de justificar los privilegios de las minorías dirigentes y de aletargar la capacidad de respuesta del resto de la sociedad (La religión es el opio del pueblo) La superación de la alienación religiosa consiste en la transformación de las condiciones que hacen posible la ilusión religiosa, es decir, consiste en la actividad revolucionaria (praxis) y en la destrucción de la ideología que falsifica la realidad.