Portada » Historia » Manifiesto del partido nacionalista vasco 1906 comentario
LA OPOSICIÓN AL SISTEMA. EL NACIMIENTO DE LOS NACIONALISMOS PERIFÉRICOS
INTRODUCCIÓN
Dentro del sistema canovista se encontraban básicamente dos partidos
El partido Conservador. Estaba formado por antiguos moderados y unionistas. Su líder Cánovas del Castillo.
El Partido Liberal estaba formado por antiguos progresistas, demócratas, radicales y el ala izquierda de la Unión Liberal.
Ambos partidos tenían pactado no promulgar ninguna ley que forzase al otro partido a abolirla cuando regresara al poder.
Pero el Sistema de la Restauración marginó a amplios sectores del mundo político y social: las clases populares urbanas, sectores de la clase trabajadora rural y el naciente proletariado industrial: las clases medias y los círculos intelectuales. Republicanos, carlistas y socialistas quedaron relegados a la oposición y nunca consiguieron obtener un número suficiente de diputados para formar gobierno o constituir una minoría parlamentaria influyente. Estos grupos constituyeron la oposición política al régimen de la Restauración
Tras el fracaso del la experiencia republicana durante el Sexenio Democrático, el republicanismo español tuvo que hacer frente al desencanto de parte de sus seguidores y a la represión de los gobiernos monárquicos.
Las principales facciones eran:
Partido Republicano Posibilista, liderado por Emilio Castelar
Partido Republicano Progresista, liderado por Ruiz Zorrilla.
Partido Republicano Centralista, liderado por Salmerón.
Partido Federal de Pi y Margall
A pesar de su división, los diferentes partidos republicanos coincidían en una serie de aspectos como son:
Tras su derrota en 1876 entró en una grave crisis. Los carlistas mantuvieron su fuerza en Navarra, País Vasco y Cataluña. El carlismo se reconvirtió en un nuevo partido político capaz de tomar parte en el juego parlamentario: mantenía antiguos principios como el catolicismo, el fuerismo, la autoridad del pretendiente carlista y la oposición a la democracia, pero ya no se manifestaba a favor del Antiguo Régimen y aceptaba el nuevo orden liberal-capitalista.
En 1888 el carlismo sufrió una escisión liderada por Ramón Nocedal, quien fundó el Partido Católico Nacional, el cual dejó de reconocer a Carlos VII y se convirtió simplemente en un partido católico integrista. El partido carlista aunque no olvidó su completamente su tradición insurreccional (organizó una milicia, el Requeté) terminó optando por la vía política
A finales del siglo XIX se produjo la eclosión de los nacionalismos periféricos. Surgen en las regiones con lengua e historia propia, en Cataluña y País Vasco inicialmente, poco después en Galicia, Valencia y Andalucía
En la Restauración expresaron reivindicaciones políticas frente al modelo de Estado, que era centralista y uniformizador
El catalanismo
Coincidiendo con el desarrollo económico de Cataluña, a mitad del siglo XIX, la primera manifestación del regionalismo catalán fue el movimiento llamado Renaixença (Renacimiento),cuyo objetivo era la recuperación de la cultura y la lengua catalanas.
En la década de 1880 nació el catalanismo político, cuya figura más destacable fue Vanlentí Almirall (republicano
Un grupo de intelectuales contrarios al progresismo de Almirall fundaron en 1891 la Unió Catalanista, de tendencia conservadora,que elaboró el primer programa del catalanismo: las Bases de Manresa de 1892
. Proponía la autonomía de Cataluña dentro de España, mediante un pacto con la corona.
El regionalismo pasó entonces a convertirse en verdadero nacionalismo. La crisis del sistema político de la Restauración en 1898 hizo que la burguesía catalana dejara de apoyar a los partidos dinásticos y pasara a defender una representación política catalanista.
De este modo en 1901 se creó la Lliga Regionalista, fundada por Prat de la Riba y Francesc Cambó. Su triunfo en la elecciones de 1901 hizo perder peso a los partidos dinásticos en Cataluña y provocó la crisis de la política caciquil.
Los propósitos autonomistas colisionaron con el cerrado centralismo de la Restauración, cuya única e insuficiente respuesta fue la creación en 1914 de la Mancomunidad de Cataluña, organismo de las diputaciones catalanas con fines administrativos.
La Lliga mantuvo en el primer cuarto del siglo XX su predominio electoral en Cataluña hasta el advenimiento de la Dictadura de Primo de Rivera en 1923.
A partir de la Constitución de 1876, el centralismo de Cánovas termina con la foralidad de los Territorios Vascos, que es sustituida paulatinamente por los conciertos económicos, mediante los cuales las Diputaciones provinciales recaudan los impuestos que sirven de pago a los servicios del Estado. Sin embargo, es sentimiento foralista se mantiene vivo en parte de la población rural vasca.
El nacionalismo vasco adquirió carta de naturaleza política con la fundación en 1895 de Partido Nacionalista Vasco (PNV) por Sabino Arana Goiri
El desarrollo del nacionalismo estuvo vinculado a los cambios políticos económicos experimentados en el País Vasco durante los años de la Restauración:
Como todo discurso nacionalista el de Sabino Arana también se fundamentaba a partir de la diferencia.
La identidad de los vascos se plantaba desde el integrismo católico y la exaltación de los valores culturales de la sociedad tradicional rural.
Raza, costumbres antiespañolismo y profundo catolicismo serán, en definitiva, los rasgos distintivos del nacionalismo vasco
Los principales apoyos del nacionalismo vinieron de la clase media, pequeña burguesía y el mundo rural. La gran burguesía se distanció del nacionalismo. El proletariado tampoco se unirá a los nacionalistas. Tuvo mayor arraigo en Guipúzcoa y Vizcaya, mucho menos en Álava y Navarra, donde el carlismo tenía mucha más fuerza.
4.1 Las corrientes anarquistas a partir de 1881
En 1881 la Federación Regional Española cambió su nombre por el de Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE).
. Aumentó el número de afiliados y desarrolló una acción sindical de carácter reivindicativo, pero una parte del movimiento anarquista optó por la “acción directa” (“propaganda por el hecho”) con la práctica de atentados contra los pilares básicos del capitalismo: el Estado, la burguesía y la Iglesia.
Los atentados fueron seguidos de una gran represión contra el anarquismo y provocaron una espiral de violencia: Procesos de Montjuic en 1897 (5 ejecutados) y asesinato de Cánovas como respuesta.
Esta proliferación de atentados dividió al anarquismo entre los partidarios de continuar la acción directa (anarco-comunismo) y aquellos que propugnaban una acción de masas (anarco-sindicalismo).
La CNT consiguió ser hegemónica en Cataluña y una fuerte implantación en Andalucía y Valencia. La CNT se definía como revolucionaria con la voluntad de derribar el capitalismo, mediante huelgas y boicots hasta proceder a la huelga general revolucionaria. Sus líderes fueron: Salvador Seguí, Ángel Pestaña y Joan Peiró.
4.2Las organizaciones socialistas durante la Restauración
El socialismo español se debe a la influencia de Paul Lafargue, yerno de Marx sobre un grupo de intelectuales y obreros de Madrid.En 1879 Pablo Iglesias, fundó el PSOE
En 1888 los socialistas impulsaron la creación de un sindicato socialista, la UGT
). Partido y sindicato tuvieron en Madrid, Vizcaya y Asturias sus zonas de mayor influencia.
El PSOE se definía como partido marxista, de orientación obrerista y partidario de la revolución
Entre sus objetivos inmediatos estaban: el derecho a la huelga, la reducción de las horas de trabajo, la supresión del trabajo infantil, etc.… El partido se afilió a la II Internacional y participó en la celebración del 1º de Mayo de 1890.
La UGT era un sindicato de masas que englobaba a todos los sectores de la producción, se declaró no vinculado a la política, defendió la negociación colectiva entre obreros y patronos así como el derecho a la huelga
CONCLUSIÓN
La Restauración duró más de cincuenta años, desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931, con una importante inflexión en 1898. Durante este largo período, que abarca el reinado de Alfonso XII, la regencia de María Cristina y el reinado de Alfonso XIII, se consolidó un régimen constitucional parlamentario.
Con el paso del tiempo, los dos partidos hegemónicos se fueron descomponiendo y no fueron capaces de dar entrada a las nuevas fuerzas emergentes, como el obrerismo y el republicanismo, para ensanchar la base social del régimen y darle estabilidad.