Portada » Arte » Maestros del Renacimiento Italiano: Escultura y Pintura (Siglos XV-XVI)
Se inició en el taller de Ghirlandaio y se formó con las colecciones de los Médici. Sus obras se ven afectadas por su carácter (duro, agrio, violento) y por sus circunstancias (interrupción frecuente de las obras). Busca el equilibrio entre la masa y el movimiento. Su obra se divide en varias etapas.
Famoso por su Autobiografía, por su maestría en la fundición del bronce, la orfebrería, el esmalte, las medallas y las gemas. En conclusión: célebre orfebre y escultor.
De origen flamenco (Jean Boulogne), activo en Italia. Gran orfebre y escultor manierista.
Discípulo de Lorenzo Monaco. Suaves combinaciones de colores. Temas religiosos imbuidos de profunda espiritualidad y delicadeza.
Domina la figura humana con un gran conocimiento de la anatomía. Sentido escultórico del volumen, amplios escenarios y uso pionero de la perspectiva.
Aprendió la perspectiva de Ghiberti y se convirtió en su obsesión. También se preocupa por el color, que utiliza de manera peculiar. Usó la perspectiva para crear un sentimiento de profundidad, a veces de forma experimental y decorativa. Sus obras más conocidas son las tres tablas que narran la Batalla de San Romano.
Se preocupa por la perspectiva, la luz y la geometría. La proporción y la simetría regulan sus composiciones solemnes y monumentales. Escribió un tratado sobre la perspectiva en la pintura: De Prospectiva Pingendi.
Pintor sensible y apasionado, influido por el neoplatonismo florentino. Su maestro fue Fra Filippo Lippi. Destaca por su idealización de las figuras, su delicadeza lineal, sus detalles decorativos y su melancolía.
Perteneciente a la Escuela de Padua, influido por Donatello. Su pintura busca ser monumental y escultórica. Maestro del escorzo y la perspectiva.
Originario del sur de Italia (Sicilia), puente entre la pintura flamenca y la italiana. Introduce y perfecciona el uso de la técnica del óleo en Italia, lo que permite mayor brillantez, detalle y luminosidad en sus obras. Gran sensibilidad para el retrato y la captación psicológica.
Arquetipo del genio renacentista. Polifacético, con inquietudes técnicas (diseño de máquinas de guerra, vehículos, estudios de hidráulica), científicas (anatomía mediante disección de cadáveres, botánica, geología, estudio de la luz y la sombra – desarrollo del sfumato) y artísticas (autor de un tratado de pintura).
Trabaja en el taller de Andrea del Verrocchio.
Al servicio del duque Ludovico Sforza. Realiza estudios para una gran escultura ecuestre de Francesco Sforza, que resultó un fracaso por problemas con la fundición del bronce.
Representa los ideales más clásicos del Alto Renacimiento romano: grandiosidad, equilibrio, armonía y belleza ideal.
Trabaja en el taller de Perugino, cuya influencia es notable en sus primeras obras.
Contacto con la obra de Leonardo y Miguel Ángel. Gran intérprete de la belleza femenina serena a través de sus numerosas Madonnas.
Llamado por el Papa Julio II, alcanza la culminación de su arte y se convierte en el pintor dominante en Roma. Defiende el saber humano (filosofía, arte) como complementario de la revelación divina (teología). Decora las «Estancias» del Vaticano (aposentos papales en el Palacio Apostólico): Sala de la Signatura, Sala de Heliodoro, Sala del Incendio del Borgo y Sala de Constantino (esta última completada por sus discípulos).
Fue también un experto retratista, capaz de expresar el carácter y la posición social de la persona retratada con gran naturalidad y elegancia.
Él se consideraba fundamentalmente escultor. En su pintura se observa:
Venecia ofrece un panorama distinto al de Florencia y Roma. Ciudad rica por su pujante actividad comercial y sus contactos con Oriente, su arte refleja un carácter más sensorial, colorista y festivo.
Figura enigmática y de corta vida, pero fundamental. Introduce la novedad de pintar al óleo directamente sobre el lienzo, sin dibujos preparatorios detallados (o con bocetos muy someros). Concibió la pintura fundamentalmente en términos de color y luz. Los paisajes adquieren un protagonismo esencial, cargados de lirismo y misterio (pintura tonal).
Discípulo de Giorgione, larga y exitosa carrera. Pintor predilecto del emperador Carlos V y de Felipe II. Combina la belleza clásica y la armonía compositiva con un cromatismo rico, brillante y sensual que evolucionará hacia una pincelada más suelta y dramática en su vejez. Cultivó todos los géneros: retratos, temas religiosos y mitológicos.
El pintor que mejor reflejó el lujo, la fastuosidad y el espíritu festivo de la Venecia del siglo XVI. Composiciones grandiosas, llenas de personajes, arquitecturas suntuosas y colores brillantes y claros.
Expresión de la crisis del ideal renacentista, acercándose al Manierismo. Estilo dramático y agitado, con composiciones dinámicas (diagonales, perspectivas forzadas), uso audaz del escorzo y fuertes contrastes de luces y sombras (tenebrismo). Pincelada rápida y enérgica.