Portada » Arte » Maestros de la Pintura Renacentista: Italia y España en el Cinquecento
La primera mitad del siglo XVI supone la conquista plena del clasicismo, con figuras cumbre como Leonardo da Vinci, Rafael y Miguel Ángel. Sus rasgos principales son:
Profundamente intelectual, considera toda actividad artística como una labor del intelecto. Sus actos no se limitan al arte, sino que se ocupa de otras ramas del saber, desde las matemáticas hasta la anatomía. Introduce el concepto de la valoración del medio atmosférico que envuelve las figuras, base de la perspectiva aérea. Todo ello conlleva la riqueza de la tonalidad cromática y el sfumato. Se interesará también por el movimiento y la expresión de una sutil melancolía en sus figuras, sin una emoción precisa. Ejemplos: La Virgen de las Rocas, La Última Cena.
Su obra sobresale porque concilió armoniosamente las conquistas de pintores anteriores: la grandiosidad de las figuras de Miguel Ángel y la búsqueda de la perfección del cuerpo humano, mientras que de Leonardo imitará el sfumato. Se distingue en el dibujo y en composiciones perfectamente clásicas. Señala su predilección por el tema de la Virgen y el Niño. Obra fundamental es el gran conjunto de frescos de las Estancias Vaticanas. Ejemplos: La Escuela de Atenas, Los Desposorios de la Virgen.
La plasticidad y el relieve son aspectos fundamentales de su obra: crea amplias anatomías llenas de expresión y vida, generando a veces angustia espacial. Son cuerpos robustos con espíritus sólidos. Su estilo y color anuncian el Manierismo, con figuras gigantescas en esa atmósfera angustiada, con colores estridentes, fuertes y chillones que agudizan la sensación de escándalo y zozobra. La luz presenta bruscos y violentos contrastes de claroscuro que dinamizan composiciones movidas y agitadas. Ejemplos: Fragmentos de la bóveda de la Capilla Sixtina (La Creación de Adán), El Juicio Final.
Se caracteriza por la importancia dada al color y a la luz, grandes contrastes en sus temas, pintan ante el modelo vivo y otorgan gran importancia a los elementos anecdóticos y al paisaje.
Para él, el color es luz, con una pincelada suelta que transmite sensación de suavidad y atmósfera. En sus pinturas mitológicas exalta el desnudo como expresión de la belleza. Ejemplo: Carlos V en la Batalla de Mühlberg.
Magnífico colorista con composiciones dominadas por muchos personajes y objetos. Ejemplo: Las Bodas de Caná.
Emplea luces artificiales y dramáticas. Predominan los escorzos y posturas inestables, amplias perspectivas logradas por un punto de vista bajo. Su estilo es muy cercano al Manierismo. Ejemplo: La Última Cena.
Destaca por el carácter alegórico de sus obras y el uso de la tonalidad para expresar el claroscuro y la atmósfera.
Las características fundamentales son:
El más típico representante manierista. Ejemplo: Madonna del cuello largo.
Características generales:
Conocido como «El Divino». Su primera obra conocida es La Virgen del Pajarito (1546).
Un pintor de origen griego (nacido en Creta, entonces parte de la República de Venecia) que desarrolló su estilo único en España. Se formó en su isla natal como pintor de iconos, donde conoció la obra de Tiziano y Tintoretto, junto con la de Miguel Ángel, quienes más influyeron en su etapa italiana. Su aspiración de convertirse en pintor de corte en España se vio frustrada (fue una decepción para El Greco), pero esto no entorpeció su exitosa carrera independiente en Toledo. Se conocen algunas de sus creaciones anteriores a su llegada a España, pero se puede afirmar que El Greco creó su estilo personal y definitivo después de su establecimiento en Toledo.
Sus figuras alargadas, pintadas con pinceladas fluidas y energéticas, parecen criaturas inmateriales, carentes de solidez física e imbuidas de una intensa espiritualidad. A esto se añade su original paleta de colores fríos (azules, grises, blancos) que creaba efectos sorprendentes junto con rojos y amarillos vibrantes, dando intensidad y nitidez a sus composiciones. Pintó sobre todo obras religiosas y retratos, destacando la expresividad de los rostros. Obras clave incluyen El Entierro del Conde de Orgaz (retrato colectivo y escena religiosa), El Expolio de Cristo, y el Bautismo de Cristo. En sus últimos años de carrera pintó también paisajes (como la famosa Vista de Toledo) y un cuadro mitológico: Laocoonte y sus hijos.