Portada » Español » Luces de Bohemia: Contexto Histórico y Literario
Valle-Inclán inicia su carrera literaria tras el denominado desastre del 98, fecha de la pérdida de las últimas colonias. España era un país rural, con una industrialización creciente en focos alejados del poder político (Cataluña y Euskadi), con salarios bajos, altos niveles de analfabetismo y gran conflictividad social a los que el régimen político de la Restauración (basado en la alternancia de liberales y conservadores) ya no sabía dar respuesta. Luces de Bohemia apareció publicada por entregas en la revista ‘España’ en 1920. En 1924 se editó en forma de libro y Valle hizo numerosos cambios, supresiones y adiciones que dotaron a la obra de mayor intensidad, sobre todo en los aspectos de denuncia social y política. En esta obra Valle nos acerca a la vida bohemia, tema de muchas producciones literarias y de otras artes. La bohemia había sido para muchos artistas de fin de siglo más de un simple modo de vivir: fue una forma de entender el arte y la vida. Fue una época heroica, donde con orgullo aristocrático se confinaba arte al mundo de la belleza, fuerza del alcance de la vulgar sociedad cuyos valores se despreciaban. Ese es el mundo era de Max pero este mundo en 1920 ya no tiene sentido. El liberalismo burgués desemboca en la 1 Guerra Mundial y en la revolución rusa de 1917, donde se alumbraban nuevos caminos de organización económica y social.
Luces de Bohemia es una particular elegía de este mundo ya acabado. Mundo en el que España se mantuvo neutral durante la I Guerra Mundial y la aprovechó a oxigenar su proceso de industrialización. Pero los beneficios de la exportación se reinvierten en la industria, lo que provoca su ruina, sino en la compra de fincas y la construcción de grandes edificios en las principales ciudades. De este modo la riqueza generada no sirvió para mejorar la sociedad en general, sino más bien al contrario pues debido a la fuerte subida de los precios, consecuencia de la exportación y la especulación, la clase obrera se ve empujada hacia la miseria más absoluta. El paro y bajos salarios tanto en la agricultura como en la industria provocaron revueltas campesinas y la movilización obrera se producen enfrentamientos y los primeros atentados anarquistas en Barcelona todos duramente reprimidos por los gobiernos de turno. En 1920 se fundó el partido Comunista de España, aunque son la CNT y el Partido Socialista los que remen mayor número de militantes en esos momentos. Por otra parte, todavía no recuperado del desastre del 98 se suman los problemas que produce el arcaico colonialismo español de África, que culmina con la derrota de Annual en 1921. Ante un estado incapaz de actuar la monarquía promueve el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923, sin embargo el cambio no sirve para regenerar el panorama político y social y el fin de la dictadura arrastra a la monarquía y en 1931 se proclama la II República.
Desde el punto de vista literario tanto cómo Luces de Bohemia son excepcionales en su época y difíciles de incluir en ninguna clasificación. Valle es una mezcla excepcional del decadentismo modernista, el malestar por la degradación de la sociedad y la política española, propios de la generación del 98, y la necesidad renovadora de las vanguardias. Luces de Bohemia es la obra excepcional de un ser excepcional que escapa a las clasificaciones porque tiene algo de todas. En el panorama teatral de su época, el esperpento convive con muchas fórmulas de hacer teatro: el teatro de consumo, la comedia burguesa, el teatro poético y el teatro del 98.
La comedia burguesa y su variante ‘el drama rural’. En 1922 la academia sueca concede el Nobel de literatura a Jacinto Benavente, cuyas obras principales son ‘Intereses Creados’, ‘Señora’ y ‘La Malquerida’ (estas dos últimas obras son ejemplo del ‘drama rural’). Desde Benavente quedó anclado en un realismo que, si bien supuso en su momento una renovación respecto al neorromanticismo grandilocuente de la etapa anterior, no supo luego continuar la evolución que llevó desde el Modernismo a las vanguardias. Ideológicamente, la crítica de la sociedad burguesa traspasó el límite del buen tono si bien atacó la hipocresía y el convencionalismo burgués. Los dramas rurales de Benavente se ambientan en un mundo dominado por la fatalidad y los atavismos ancestrales. Las obras de Benavente se caracterizan por su riqueza verbal, la fluidez y la inteligencia de los diálogos y la precisión en la descripción de ambientes.
El teatro poético, de raíz modernista, intenta unir teatro y poesía para hacer un teatro lírico. Con el tiempo se convierte en teatro de corte histórico, en verso, que se centra en la tradición teatral española. Se recrean asuntos de la historia con un verso sonoro, efectista y retórico. Los autores principales son Francisco Villaespesa, Manuel Linares Rivas y, sobre todo, Eduardo Marquina.
Teatro renovador. Los autores del 98 no gozaron del apoyo del público ni de los empresarios por sus argumentos centrados en la preocupación por España, su carácter experimental y las dificultades de montaje. La obra de Valle-Inclán se insertaría en parte en esta corriente pero la supera y va mucho más allá en la investigación, la deformación y la sátira.
Teatro comercial. Bajo este epígrafe se aúnan géneros como el género chico, el astracán y la revista. La figura es Carlos Arniches, autor de sainetes de ambiente madrileño, que creó un lenguaje castizo que pasó de la lengua literaria al uso popular. También debe incluirse en este apartado la obra de los hermanos Álvarez Quintero, a medio camino entre el sainete de costumbres andaluz y la comedia burguesa con tintes modernistas. La suya es una obra poco crítica, conservadora a nivel formal pero que gozó de gran éxito de público por retrato regionalista del habla y los tipos andaluces. Pedro Muñoz Seca crea el astracán basado en la parodia y los juegos verbales. Las dos primeras décadas del siglo XX son testigos del auge decadencia del género chico, mixto de teatro y musical del nacimiento de la revista.
En definitiva, en España encontramos en esa época dos tipos de teatro: un teatro que triunfa comercialmente hablando (Jacinto Benavente, el teatro modernista, tradicionalista e histórico, y el teatro cómico de Carlos Arniches y a los hermanos Quintero) y un teatro innovador sociedad y experimental en sus formas y estructuras dramáticas muchas veces relegado a una difusión escasa ya escenarios, no comerciales. No olvidemos que Luces de Bohemia no se estrena hasta cuarenta años después de la fecha de su publicación. En este último tipo de teatro encontramos más obras de Miguel de Unamuno (un teatro desnudo, donde los personajes se reducen al máximo), Federico García Lorca (un teatro en el que rompe la lógica del espacio y del tiempo y recupera la tragedia) y Valle-Inclán, sobre todo en el esperpento. Luces de Bohemia comparte con este teatro comercial cierto ambiente de sainete (escenarios populares), una visión deformadora de los tipos y sobre todo la parodia literaria y la creación de un lenguaje singular, mezcla de cultismos y vulgarismos llena de expresividad.