Portada » Griego » Luces de Bohemia: Análisis de los Epígonos Modernistas y el Esperpento
Analiza cómo aparecen los epígonos del modernismo (los modernistas tardíos) y su actitud ante diferentes temas político-culturales. Los epígonos modernistas apenas conservan la actitud del modernismo; no comparten sus ideas políticas y han derivado hacia la peor parte del movimiento literario y artístico.
Como representantes, Valle-Inclán cita a: Rafael de los Vélez, Dorio de Gadex, Lucio Vero, Mínguez Gálvez, Clarinito y Pérez. Los modernistas tardíos de esta escena están en contra de la huelga matutina. Dorio de Gadex le dice a Max que, como poeta y aristócrata, debería estar en contra. Max responde que pertenece al pueblo.
Max se siente parte del pueblo y rechaza la postura de Dorio de Gadex, que lo incluye entre la aristocracia. Está de acuerdo con la revuelta contra la monarquía. Rechaza la cultura al sentirse olvidado por sus contemporáneos, quienes no lo consideran para la Academia. Está disgustado con los intelectuales por la falta de reconocimiento a su poesía. Posiblemente, debido a su embriaguez, se burla de la autoridad, lo que lleva a su encarcelamiento. Su actitud se debe a su naturaleza anarquista.
Los vulgarismos de las fuerzas del orden se repiten en la escena siguiente. En la acotación sobre la aparición de la policía (llamada “ejército romano”), el nombre grandioso contrasta con la burla que recibe de Max y los modernistas. Otros vulgarismos para referirse a la policía son: troglodita asturiano o guindilla.
Max y el preso comparten ideas políticas anarquistas. Están en contra del sistema y la situación en España, donde ni intelectuales ni trabajadores son valorados; solo importa el dinero. El preso menciona la Revolución Rusa y la necesidad de destruir la riqueza para la igualdad. Ninguno está de acuerdo con el sistema económico que enriquece a los ricos y mantiene a los pobres en la miseria.
Estas ideas se reflejan en frases como: “En España el trabajo y la inteligencia se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero (El preso)”, “El ideal revolucionario tiene que ser la destrucción de la riqueza, como en Rusia (El preso)”, “El judaísmo barcelonés (El preso)”, “Barcelona semita sea destruida, como Cartago y Jerusalén. ¡Alea jacta est! (Max Estrella)”.
Max trata al preso como un igual, encontrando a alguien que comparte sus ideas. Admira al preso por sus convicciones, que lo llevarán a la ejecución. Esto se relaciona con el esperpento, que resalta la visión amarga de una sociedad controlada por un gobierno que abusa del poder y controla todos los aspectos de la sociedad, sin libertad de prensa.
En esta escena, Max y Rubén se profesan reconocimiento y respeto. Rubén considera a Max el mejor poeta de España, y Max lo nombra su sucesor. El tema de la muerte entristece la escena; Max le pide a Rubén que recuerde la cena, su última juntos.
Al ver a Max degradado, Rubén siente amargura y compasión. A diferencia de Max, que alude irónicamente a la muerte, Rubén la evita. Darío también es víctima del esperpento, animalizado como un cerdo.
Que Darío escriba sobre el Marqués de Bradomin es un homenaje a Valle-Inclán. Esto, junto a la relación entre Alejandro Sawa (en quien se basa Max Estrella) y Rubén Darío, justifica la inclusión de Darío en la obra.